Los tornos de la factoría de Navantia de Cádiz controlarán las horas extras de los trabajadores de la industria auxiliar
Llevan diez meses detrás de conseguir que el torno de la factoría de Cádiz no permita el acceso al centro a todo aquel obrero que esté haciendo más horas de la cuenta
A pesar de ello seguirán luchando en contra de la picaresca
Los trabajadores de Navantia de Cádiz plantean que se cierre la factoría los domingos
No ha sido como un huevo que se echa a freír. Les ha costado diez meses de luchas demostrar que los convenios laborales están para cumplirse y que un trabajador de la industria auxiliar que haya cumplido ya con su jornada laboral tiene que ir se para su casa. Bueno, para casa o para donde le dé la gana. A cualquier sitio menos a entrar en el astillero de Cádiz a seguir haciendo horas extras, con lo que estoy conlleva desde el punto de vista de peligrosidad y seguridad en el trabajo.
En días pasados, el comité de empresa del astillero de reparaciones de Cádiz recibía un whatsapp que decía lo siguiente:
"Tras las pruebas realizadss de las que les informamos puntualmente, les comunicamos que la aplicación del control de tornos va a empezar a funcionar completamente a partir del próximo (ya pasado) lunes 1 de julio. Esto implica que el bloqueo de tornos será efectivo para todas aquellas personas cuyo tiempo de permanencia fuera de nuestras instalaciones sea incompatible con el descanso exigido por la reglamentación laboral".
"Por ello, rogamos su máxima colaboración en el cumplimiento del descanso de sus trabajadores".
"Es posible que durante los primeros días, y el ajuste final de la aplicación, se puedan producir errores que impidan el acceso a trabajadores que no se encuentren en esta situación, por lo que, para estos casos, les rogamos paciencia y les pedimos disculpas anticipadas".
¿Fin del problema?
Ahí debería ponerse fin al problema, de manera que, con ello, se podría conseguir poner un granito de arena más en la lucha por la seguridad de los trabajadores y así evitar muchos accidentes laborales que eran casi previsibles e inevitables a la vista de que muchos de ellos se producían, tal y como luego han demostrado las autoridades laborales, después de que el trabajador víctima del incidente o del accidente llevara más horas encima de la cuenta de trabajo. Esa demasía termina por convertirse en una losa que acaba por disminuir la capacidad de la persona para preveer y evitar posibles siniestros laborales que, muchos de ellos, acaban con la vida de muchos y muchas trabajadores en las factorías de Navantia, al igual que en otras muchas empresas del sector.
Desde el comité de empresa de la factoría de Navantia-Cádiz recuerdan las primeras reuniones en septiembre del año pasado. Ya allí se puso sobre la mesa la solución de los tornos.Algo tan sencillo como que éstos no permitieran el paso al interior de la factoría a todos aquellos trabajadores que no cumplan con los tiempos legales de descanso.
Eso mismo se trasladó a Navantia en octubre pasado y no lo vio con malos ojos. Tanto es así que ya, al parecer, empezaron a hacer pruebas en el astillero de Ferrol.
Posteriormente, un paso más. Desde el 1 de enero, en Cádiz, a modo de prueba, se quedaban registrados los datos pero no se bloqueaban los tornos. Ya ahí se veía la buena voluntad tanto por parte de la propia Navantia como por parte de sus representantes sindicales como de las industrias auxiliares que lo que querían eran la seguridad de todos sus empleados.
Pero nada, finalmente todo eso quedó en el aire, hasta que se retomaron las reuniones y ya, por fin, este 1 de julio los tornos se convirtieron en los ángeles de la guarda y todo aquel trabajador que al meter su tarjeta de entrada llevara encima más horas de la cuenta de trabajo tendría que darse media vuelta.
Esto es Cádiz y aquí hay que descansar
En teoría los descansos legales imponen que debe haber al menos doce horas entre los turnos. Por ejemplo, si sales a las siete de la tardes no podrás acceder al centro de trabajo hasta, al menos, las siete de la tarde.
Ahora faltan, como mínimo, dos asuntos pendientes. Uno que este mismo sistema no sólo se quede en la factoría de la capital sino que también se implante tanto en la factoría de San Fernando como en la de Puerto Real, algo que no debería tardar en ocurrir si realmente queda probado que el sistema funciona. Lo otro que falta es que las propias empresas auxiliares dejen la picaresca a un lado y haya trabajadores que hagan unas horas en una factoría, y otras en cualquier otro centro de trabajo.
De nada serviría toda esta parafernalia si se cae en esta picaresca, ya que, al final, el trabajador empezará de nuevo a acumular horas, a desgastarse y a poner en peligro su vida o la de sus propios compañeros.
Aparte, otra limitación. Un trabajor no destar al pie de cañón más de once días seguidos. Ahí está el límite esos "smart tornos" o tornos inteligentes sabrán de toda esta legislación y serán ahora los encargados de vetar la entrada a cualquier trabajador que quiera pasarse de la raya.
Desde el comité de empresa del astillero de la capital abordan otra cuestión. Y es que afirman, y con razón, que este control garantiza indirectamente que se genere empleo.
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