“Hay que trabajar contra las causas reales del tercer mundo, que están en el primero”
Alejandro Rodríguez | Sacerdote y misionero
El religioso participa en Cádiz en el comienzo de la campaña de Manos Unidas: “No hay que quedarse tranquilo solo apadrinando a un niño; los africanos no quieren padrinos, quieren hermanos”
El testimonio de un misionero salesiano
Alejandro Rodríguez es un sacerdote burgalés que pertenece a la diócesis de Asturias. Tras un paréntesis de cuatro años en España, se prepara en estos días para regresar a África, el continente en el que ha ejercido como misionero durante más de 20 años repartidos entre Burundi y Benin, y en el que empezará una nueva etapa en Zambia. Esta semana ha estado en Cádiz para acompañar a Manos Unidas en el comienzo de su campaña en favor de las misiones.
–Llega a Cádiz con Manos Unidas.
–Sí, me llamaron porque han colaborado durante bastantes años con los proyectos de allí; han colaborado muy generosamente, todo lo que les hemos pedido nos lo han dado, con un montante superior a los 300.000 euros. La mayor parte de los proyectos están relacionados con el mundo de la educación y la salud. Además de proyectos de perforaciones de agua para buscar agua limpia, profunda, y luego otros pozos normales y pequeñas huertas en las que cultivar las plantas que usan para sus salsas.
–¿Qué ha hecho en Cádiz?
–Manos Unidas me ha pedido que colabore en la campaña ‘Combatir la desigualdad’. Intento centrarme en mis charlas en las causas del hambre que, en general, coinciden con otros problemas que azotan a la humanidad.
–¿Pero algunas de estas causas son específicas de África?
–Evidentemente, África es uno de los continentes más castigados porque es el que tiene más potencialidad en minerales que nos hacen falta para seguir avanzando en este mundo de desarrollo tecnológico. Hay una depredación y un robo increíble desde hace muchísimo tiempo. Antes, los actores eran más bien los occidentales y desde hace unos años, bastantes, se incorporó Asia, China sobre todo, que ha pasado a superar a los otros con el mismo afán depredador y explotador. Y estas son palabras que usa el Papa Francisco. Ante todo esto, es necesario combatir los hechos, que es lo más urgente; hay que atender la asistencia, pero si se queda solo en asistencia desemboca en el asistencialismo, que es pernicioso.
–Es necesaria la promoción.
–Claro, pero la promoción hecha por los propios protagonistas. El Papa, en uno de sus discursos a los congoleños, hace referencia directa a la fe en el protagonismo de la propia persona. Ellos son los que tienen que desarrollar su propia historia porque tienen potencialidad suficiente. Ahora sí, pido al resto del mundo que deje de saquear África, que no la molesten, que dejemos de robar. África nos financia de muchas maneras con cientos de millones de dólares.
–Y eso no repercute en África.
–En absoluto, al contrario; ellos son víctimas. El trabajo que tenemos que hacer es de justicia, es un deber, una obligación moral de justicia, que no debe quedarse en la asistencia, que debe de ir más allá, al fondo. Hay dos maneras de trabajar: contra los hechos o contra las causas. Si trabajas sólo contra los hechos, tienes el riesgo de crear asistencialismo y de perpetuar el problema. Hay que incidir en el trabajo contra las causas reales de lo que pasa en el tercer mundo, que se encuentran en el primero.
–¿Cómo se recibe ese mensaje?
–Hombre, en el campo católico y biempensante se recibe con reservas. Nuestros términos, como latrocinio, expolio, robo, empobrecidos en lugar de pobres, enriquecidos en lugar de ricos... Porque, claro, pobreza y riqueza son estados, pero empobrecidos y enriquecidos son acciones.
–El lenguaje es importante.
–El lenguaje cambia las cosas, el lenguaje importa muchísimo. Como la palabra ayuda; la ayuda la necesitamos todos en algún momento de nuestra vida, pero la ayuda tiene que ser pasajera, por una emergencia. La ayuda que se perpetúa crea dependencia.
–¿Cómo ha sido su trabajo?
–Donde yo he podido incidir es a través de un hogar internado que teníamos en la misión. Con chavales y sin que fuera confesional, ya fueran católicos, cristianos, musulmanes, animistas..., lo que fueran. Eso es de una riqueza enorme.
–¿Cómo se vive el tema migratorio desde aquel continente?
–Desde donde yo he estado se ve más lejos que en otros países, se ve como algo a aspirar, algo que te puede liberar. Se imaginan que aquí lo tenemos todo, sobre todo cuando se vive sin nada y sometido a mil miserias.
–¿El objetivo, al final, es frenar esa desigualdad?
–Mucho más allá, el objetivo es combatir la injusticia. Que haya una conciencia de lucha, de verdad, por un mundo distinto donde no basemos toda la economía en oprimir, donde la economía deje ya de mancharse de sangre.
–¿Avanza la política en África?
–Bueno, hubo una época esplendorosa que fue con el furor de la independencia. Pero todo eso se acomodó, hubo muchas dictaduras, cambio de poder, disputas... Y en medio estaban los poderes poniendo a quien más le convenía. Detrás de cada golpe de Estado siempre había un poder extranjero.
–¿La educación juega un papel de cara al futuro africano?
–Claro. Fíjate en los pobres españoles a finales del siglo XIX, que ya no pedían comedores ni limosnas, pedían libros; frente a la miseria, libros. El deseo de leer, de saber son instrumentos de pensar, por eso nosotros, precisamente con el apoyo de Manos Unidas, montamos el hogar con salas de informática y conexión a internet, y otras salas con sus encerados para todos los chavales del pueblo.
–¿Qué mensaje trasladaría a los gaditanos sobre esta realidad?
–Lo primero es informarse bien sobre estos temas; en España no se sabe casi nada de África. Es necesario conocer, leer mucho, preguntarse por las causas y no caer fácilmente en la idea de que los africanos nos deben tanto dinero; no, la deuda es un camino de extracción, de negocio. Lo primero es tener conciencia del problema. Luego, ver lo que perjudica a los valores que tú tienes, a lo que tú crees. Si crees de verdad en la solidaridad, en la que da hasta lo que necesita para vivir, no de lo que le sobra, ver si te lleva a esto o no. Si crees en la justicia, que todo ser humano tiene que tener lo más indispensable para poder vivir dignamente, pues lucha por ello. Si crees en la libertad, si quieres ser libre, haz que los demás sean libres. Si tú quieres ser protagonista de tu vida, no te dejes esclavizar. En ese caso, que se informen con Manos Unidas, o con cualquier asociación. Soy testigo de que me han ayudado mucho en la labor que llevo. Y, por supuesto, hacer algo. No quedarse tranquilo solo apadrinando a un niño; los africanos no quieren padrinos, quieren hermanos.
Comienza la campaña 64 de Manos Unidas
La presencia de Alejandro Rodríguez en Cádiz ha coincidido con el comienzo de la campaña número 64 de Manos Unidas para combatir la desigualdad y el hambre en el mundo. La colecta de este domingo en las iglesias gaditanas irá destinada a esta organización no gubernamental para el desarrollo, católica, que cuenta en la actualidad con casi 500 proyectos en marcha en países de África, América y Asia para atender las necesidades y la promoción de más de un millón y medio de personas. Manos Unidas cuenta con más de 75.000 socios, 72 delegaciones en toda España y más de 6.000 voluntarios, además de dar empleo a casi 150 personas.
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