El tranvía en Cádiz, de referente del transporte público al cajón del olvido

Antes de la fiebre del carril bici, el tranvía estaba llamado a ser el referente del transporte público en Cádiz, uniendo la capital con Chiclana, por una lado, y con Jerez de la Frontera, por otro. Y, a la vez, rodeando todo el casco histórico de la ciudad como medio de comunicación escasamente contaminante.

Siguiendo la estela de las capitales europeas más avanzadas en el desarrollo del transporte público, y de la apuesta realizada por otras capitales andaluzas, el tranvía debía servir de apoyo al proyecto de reducción del transporte privado en el Cádiz de intramuros, previsto en el Plan Integral de Transporte.

La apuesta era tan clara que llevó al Ministerio de Fomento, presionado por la Junta de Andalucía, a modificar el proyecto del puente de la Constitución para instalar una plataforma (dos carriles más) dedicada expresamente al futuro tren metropolitano, con un sobrecoste para el tercer acceso de al menos 30 millones de euros.

Sin embargo, el cambio de gobierno en la Junta ha modificado su estrategia sobre el tren metropolitano, al dejar la nueva administración en el aire la línea dos, que debía conectar Cádiz y Jerez por el puente.

Este proyecto, además, tenía una importante incidencia en la trama urbana de la ciudad pues el trazado del tranvía iba a atravesar toda la avenida de Astilleros e incluso se planteaba llegar, en principio, hasta la plaza de España utilizando suelo portuario e, incluso, culminar en la Punta de San Felipe, una vez urbanizado todo este espacio.

La decisión de la Junta coincide en el tiempo con la intención del Ayuntamiento de activar de una vez por todas la reforma integral de la avenida de Astilleros, una vez se firme en febrero el nuevo convenio con Adif.

Hay que tener en cuenta que por el carril central de la nueva Avenida está pintado, en el proyecto municipal, el trazado del tranvía, procedente de la avenida de las Cortes de Cádiz. En febrero de 2017, cuando el Ayuntamiento presentó el diseño de la avenida, planteó su deseo de que la Junta “compartiese”una parte del coste de la vía, teniendo el cuenta que debía instalar las vías del tranvía.

El Ayuntamiento tiene ahora dos alternativas: aclarar con la Junta si esta línea del tranvía se va a ejecutar o urbanizar la avenida dejando espacio para el hipotético paso del tranvía, con lo que ello supone para la estética de la zona y el coste de la obra.

Cabe recordar que la conexión del tranvía con el puente de la Constitución también obligó a modificar en su día el proyecto inicial de una única y gran rotonda. Finalmente se construyó una segunda, de menor tamaño, para conectar con la plataforma del puente destinada a este medio de transporte, rotonda hoy infrautilizada y que, encima, se comió buena parte de un espacio público que estaba destinado a equipamientos de ocio para niños y jóvenes.

Junto a todo ello, el plan de integración urbana del suelo portuario, una vez funcione la nueva terminal de contenedores, prevé la llegada del tranvía urbano en unos terrenos que están llamados a ser uno de los pulmones del desarrollo de la ciudad a medio plazo. Así al menos se afirmaba desde la Autoridad Portuaria hace unas semanas.

Sin embargo, está posibilidad puede quedar también en el aire pues para que el tranvía llegue a estos terrenos es obligado, lógicamente, que el trazado cubra antes el recorrido por el muelle Ciudad hasta alcanzar la avenida de Astilleros. Y si lo segundo está más que en el aire, el proyecto hasta el puerto parece más que inviable por el momento.

La línea 1 del tranvía metropolitano, pendiente de inauguración, tiene en la ruta hasta Cádiz desde Chiclana su trayecto esencial, pues se prevén 30.000 pasajeros al día. En mismo estudio elaborado en su día por la Junta cifraba en 10.000 los pasajeros entre la capital y Jerez, aunque en este caso se destaca la importancia de la parada que se iba a situar en el Campus de Puerto Real, esencial para mejorar el acceso a estas instalaciones universitarias.