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Broncano
El Tren Al-Andalus, la más novedosa oferta turística que se ha puesto en marcha en Andalucía en los últimos tiempos, llegó ayer a Cádiz, como hará a partir del 6 de mayo todos los miércoles de este mes y de junio. El Al-Andalus se define a sí mismo como un crucero de lujo sobre raíles, y partió el pasado domingo al mediodía de Sevilla, adonde ha de volver mañana viernes después de recorrer los lugares más turísticos y monumentales de Córdoba, Granada, Úbeda, Baeza, Ronda, Cádiz, Jerez y Sanlúcar. Un tren que tiene como objetivo ofrecer al turista de alto poder adquisitivo una visión general de Andalucía, un viaje de seis días, cinco noches, con todo incluido.
Marcelino Oreja, el presidente de FEVE, la compañía que opera este tren y que es la más importante de Europa en este tipo de servicios turísticos, ofreció ayer una rueda de prensa en Cádiz para presentarlo. Oreja expresó su confianza en el éxito de esta iniciativa por el atractivo que ofrecen las ciudades andaluzas, además lo definió como uno de los objetivos de la compañía que es pública y encuadrada en el Grupo Fomento. "Queremos ofrecer un servicio turístico y a la vez potenciar la marca España", dijo el presidente, que aseguró no tener miedo de la crisis. "El sector de lujo no lo está sufriendo, de hecho es uno de los que más crece. Nuestro público es el llamado senior y mayoritariamente extranjero. En el Transcantábrico, que es la gran joya de la compañía, la proporción es del 30 al 70% entre españoles y extranjeros, y la ocupación media supera el 80%".
Continuó diciendo que en el caso del Al-Andalus "esperamos superar el 60%, porque además tenemos la ventaja de circular por el ancho ibérico, mientras que en el norte lo hacemos por la vía estrecha, que se limita a 1.200 kilómetros entre Bilbao y Ferrol. Esto daría también la posibilidad de usar el tren en otros territorios, como por ejemplo, pueblos de alrededores de Madrid o por Cataluña".
Según Oreja, las mayores dificultades por la que se pueden enfrentar es que "no conocemos la zona, aunque el personal tiene una amplia experiencia contrastada en el Cantábrico" y que operan con un dueño de la infraestructura diferente, es decir, que la vía es propiedad de Adif, y en caso de contratiempo tienen que hablar con un personal que no es el suyo.
Destacó también que la gran experiencia que atesoran hace que una gran parte de su negocio esté en el asesoramiento a otros países, en el campo de los trenes turísticos.
El tren de lujo Al-Andalus es una especie de reedición del Al-Andalus Exprés, que dejó de funcionar en 2004.
Los vagones son fabricados en los años 20 y fueron utilizados por la familia real británica en sus desplazamientos.
Oreja habló también de que ya tienen reservados para la campaña entre mayo y junio el 50% de las plazas, y la inversión que se ha hecho en este tren es de unos dos millones de euros. "Esperamos que atraiga a muchos turistas extranjeros y que sobre todo sirva de escaparate internacional, algo que es muy importante para nosotros".
También manifestó que la relación con Adif es muy buena y que, aunque no sabe aún qué publico puede venir, la experiencia que tienen en el Cantábrico, es "sobre todo de norteamericanos, alemanes, ingleses y cada vez más rusos".
Destacó también la calidad de la gastronomía que se elabora a bordo del tren, en el que trabajan 18 personas y que cuenta con 450 metros de largo, el doble del que opera en la cornisa cantábrica, y que viaja a una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora, mientras que el Transcantábrico marcha a 80.
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