Un triste cincuentenario

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Se acaban de cumplir 50 años de la apertura de Galerías Preciados en la calle Ancha

Desde su cierre en 1995, esta céntrica vía se vino abajo

La fachada de Galerías Preciados poco antes de que estos grandes almacenes cerraran sus puertas en el verano de 1995.
La fachada de Galerías Preciados poco antes de que estos grandes almacenes cerraran sus puertas en el verano de 1995. / Joaquín Pino
J.m. Sánchez Reyes Cádiz

14 de noviembre 2016 - 02:08

Decía Gianni Campo, el propietario de la heladería Los Italianos, en una entrevista concedida a este periódico en marzo de 2014 que durante las rebajas de julio de Galerías Preciados llegaba a vender 700 granizadas al día. Tal era la influencia de los recordados grandes almacenes de la calle Ancha, de cuya inauguración se cumplieron el sábado 50 años. Desde entonces, nada es cómo era en la céntrica calle. Galerías dio paso a un edificio de la Universidad y a su alrededor fueron cayendo como moscas los negocios. Ahora, el paisaje comercial de esa calle, que con Galerías reinando era un bosque de luminosos y letreros, es sombra de lo que fue. "La calle, los bares de las cercanías, lamentaron mucho el cierre. Alrededor había mucha actividad. En Los Italianos, el Liba, La Camelia, el Recreo Chico", destaca Manolo Morera, uno de los históricos empleados de Galerías. "Da pena ahora ver la calle con varios locales cerrados. Eso entonces era impensable", lamenta.

Morera, que entró en la empresa en 1961, antes del traslado a Ancha, fue jefe de sección e 'interesado', así llamados los empleados que participaban en la cuenta final de beneficios. "Llevé complementos, señoras, caballeros, campo y playa..", cuenta. Dice que "todavía nos echan de menos los antiguos clientes que nos encontramos por la calle". Y es que "el cliente que pisaba galerías era el rey", como bien apunta. Galerías Preciados era un referente en la ciudad. "Allí quedaba la gente, en la puerta de Galerías", señala. Era una empresa integrada plenamente en la capital. "Mirábamos mucho por los gaditanos, colaborábamos en todas las cosas de Cádiz, en la Navidad, con los colegios", evoca. ¿Quién no se hizo una foto con los Reyes Magos que colocaba Galerías en la puerta?, ¿qué niño de los 70 y 80 no participó en sus campeonatos de Scalectrix?

Habla Morera del ambiente "familiar" que había entre los empleados. No han querido perder el contacto. De hecho, casi un centenar de antiguos trabajadores se dieron cita en julio de 2015 en el Hotel Playa Victoria para revivir aquellos años en una entrañable convivencia.

"Lloramos por el cierre", apunta. Fue en el verano de 1995, junto con el resto de tiendas de Galerías en España. La mayoría de ellas fue comprada por El Corte Inglés. Morera entonces tenía 60 años. "Me hicieron la entrevista como a otros empleados para irme a El Corte Inglés de Bahía Sur, pero yo sabía que no me iban a coger, por la edad. Pues buscaban gente joven. Y me pude jubilar", relata.

Curiosamente Galerías Preciados estuvo a punto de abandonar la calle Ancha a comienzos de los 90. La inmobiliaria sevillana Proinsur estaba interesada en construir un gran centro comercial a la entrada de Cádiz, en los terrenos de la antigua Fábrica de Cervezas. Galerías estaba dispuesta a cerrar en Ancha y unirse a este proyecto al que también se iban a sumar la multinacional Alcampo y un centenar de tiendas del comercio local. Aquel proyecto nunca salió adelante y la firma, para desgracia del comercio local, alargó sus últimos años de vida hasta el verano del 95.

Ocupó dos locales distintos en la calle Ancha

Galerías Preciados, que en Madrid abrió en el año 1943, inauguró su primera tienda en Cádiz en octubre de 1958, en el número 7 de la entonces calle Duque de Tetuán, luego llamada Ancha. De allí se trasladó a la calle San Francisco esquina a Churruca, frente al recordado Cine Gades y en el local que luego ocuparon el Banco Atlántico y por último el Juzgado de Menores. Volvió a Ancha el 12 de noviembre de 1966, hace ahora 50 años. A un edificio donde estuvo el Círculo Mercantil e Industrial, con fachada de mármol de Macael. El obispo Antonio Añoveros bendijo las instalaciones y vinieron varios responsables de Galerías desde Madrid, aunque no pudo hacerlo el presidente, Pepín Fernández.

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