La vivienda en Cádiz: cada vez más difícil alquilar un piso por años

Alquilar un piso en Cádiz como residencia permanente es cada vez más complicado. Ciertamente nunca ha sido sencillo, pero en los últimos meses se ha reducido de forma más que notable la oferta que se puede encontrar en las principales inmobiliarias de la ciudad o la que se encuentra en los portales digitales.

En una oferta históricamente baja, que ya se sufría en los años donde abundaban las obras públicas de rehabilitación del parque de viviendas en el casco antiguo que iba acompañado de una intensa búsqueda de pisos para el realojo, se vio afectada en el último quinquenio con la proliferación de pisos turísticos y el escaso interés de propietarios que, contando con viviendas vacías, preferían no sacarlas al mercado por temor a impagos o daños en sus inmuebles por parte de posibles usuarios.

A la vez política del Ayuntamiento de avalar alquileres sociales no ha tenido apenas efectos, a pesar de garantizar al propietario el abono mensual de la renta y el buen estado de su piso.

Por si fuera poco, el propietario de un piso cuando lo saca al mercado en Cádiz acostumbra a preferir el alquiler estacional, centrado en la temporada escolar y, sobre todo, en la de verano, además de buscar al inquilino por acude a la ciudad por temas médicos o laborales. De esta forma, el número de viviendas centradas en el alquiler residencial, que se cuenta por años, cada vez se limita más, aunque sea éste el que más necesita una ciudad con un parque de viviendas tan limitado y un coste tan alto.

Hoy en la ciudad, atendiendo a lo que se oferta en inmobiliarias y en internet, se cuenta con una oferta de no más de 250 pisos en alquiler. El dato es preocupante, no solo por la necesidad que hay de este tipo de viviendas, sino por que el número va en descenso en los últimos cinco años, cuando llegaban a cuantificarse más de medio millar de viviendas, o las 300 que había hace seis meses.

Según los datos recabados por este diario, aproximadamente el 58% de los pisos que están puestos en alquiler se limitan a la temporada de verano, a determinadas fechas festivas o al curso escolar, tanto para profesores como para alumnos. El resto se abre a alquiler residencial, con mínimo de un año, aunque hay un número reducido de pisos que no aclaran si tienen un límite específico de tiempo.

Si el crecimiento desmesurado de la oferta de viviendas con fines turísticos (este lunes estaban registradas por la Junta 2.333 unidades, doce más que hace un mes, con una oferta de 11.080 camas, y un aumento de 63 en el mismo periodo de tiempo) sacó del mercado a muchos pisos que estaban en alquiler residencial o, simplemente cerrados, la nueva ordenanza municipal ha llevado a algunos propietarios a recuperar el uso primitivo de estas viviendas.

Esta situación es claramente visible en anuncios de alquileres estacionales o anuales con alojamiento con el típico diseño de un piso turístico.

La escasa oferta ante una demanda tan elevada dificulta una reducción efectiva de los precios. Es cierto que ya casi han desaparecido del mercado pisos que salían a preciso asumibles, como 400 euros al mes de alquiler, pero que ofrecían, a cambio, condiciones de habitabilidad deplorables. Ahora, lo más bajo que se encuentra son 600 euros, en viviendas de poco más de 50 metros cuadrados útiles y dos habitaciones. Abundan, por el contrario, las que están por encima de 900 y 1.000 euros, e incluso alguna que va más allá de los 2.000, que son todas cantidades muy alejadas de la disponibilidad de muchas de las familias gaditanas que necesitan una nueva residencia y no pueden afrontar el paso de una hipoteca.

En este sentido, el último estudio publicado por el portal inmobiliario Idealista, el que tiene una oferta mayor, fija en 10,7 euros el metro cuadrado el coste medio del alquiler en toda la ciudad. El dato hace referencia al pasado mes de noviembre, cuando en agosto estaba en 10,1 euros.