Polémica
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La zona verde y naranja de estacionamiento se instaura en un Loreto con el corazón "partío"

El Ayuntamiento ha dado un plazo prudencial y no multará hasta que los vecinos del barrio no tengan ya en su poder el distintivo que les permite aparcar en su barrio sin tener que pagar

Los comerciantes del barrio son los que se llevan a peor parte porque serán ahora los que tendrán que pagar por tener cerca sus coches o bien pagar una cuota mensual que consideran muy elevada

Gana el “sí” a la zona verde en un referéndum entre los vecinos del gaditano barrio de Loreto

Loreto y Los Corrales, en la Barriada de La Paz ya cuentan con las zonas de aparcamiento pintadas de naranja o verde / Jesús Marín

Cádiz/Loreto ha sido el único barrio de Cádiz que ha llevado a cabo un referéndum entre sus habitantes para pedirle al Ayuntamiento de Cádiz que instaure en su zona el sistema de aparcamiento regulado. La votación, con sus más y sus menos, tuvo lugar en junio pasado y el resultado fue 294 personas a favor del "sí" y 47, a favor del "no".

Es evidente que en Loreto viven a día de hoy más de 341 personas por lo que el nivel de participación de los vecinos de Loreto en este proceso electoral fue bastante poco representativo. Pero la democracia es la democracia y a todos los niveles consta en acta, sobre todo para el Ayuntamiento, que ha sido la voz del pueblo la que les ha llevado a poner un sistema de pago para aparcar en este barrio gaditano.

A nadie le gusta pagar. La gente de Loreto no está loca. Lo que sí estaba loca y lo habían repetido hasta la saciedad era por tener aparcamiento para sus coches y así evitar tener que estar hasta hora u hora y media buscando un sitio en el que estacionar sus vehículos. "Y al final para tenerlo que aparcar fuera del barrio", según indicaba este martes por la mañana una vecina del barrio.

Eso sí, el barrio estaba irreconocible este martes por la mañana. Había sitios de sobra para aparcar. Huecos para elegir. Una sensación nunca vivida para los miles de habitantes de este poblado barrio de la ciudad de Cádiz.

Y ha llegado el momento de cambiar las cosas y, sobre todo, a petición de sus propios habitantes. Pidieron al Ayuntamiento que activaran todo el proceso para que sus aceras se pintaran de verde o de naranja y así ha sido medio año después, por lo que habría que destacar también la diligencia de la Casa Consistorial que se ha andado con prisas para poder empezar a cobrar con el año las cuantías que tienen ahora que pagar anualmente sus vecinos o mensualmente sus comerciantes para poder dejar allí sus vehículos.

Han cambiado el azul y amarillo por el verde y el naranja. Y no es porque sus pobladores hayan cambiado de equipo de fútbol. Siguen siendo más cadistas que nadie ya que sus viviendas se encuentran a muy pocos metros del estadio Nuevo MIrandilla o Ramón de Carranza, según sea quien te lea o escuche.

Vienen denunciando desde hace mucho tiempo que aparcar en este barrio es toda una epopeya y que se ha convertido en una de sus pesadillas, por lo que optaron por pedirle al Ayuntamiento que se les pintara el barrio de naranja y verde para que sus propios vecinos tuvieran la prioridad suficiente para poder aparcar allí sus coches. De esta manera, entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche, todo aquel que no tenga la tarjeta pertinente como residente del barrio, tendrá que pagar para aparcar en Loreto si se trata de una zona naranja. Y ni hablar de la peluca eso de aparcar en zona verde se pague o no se pague, ya que esos espacios son sólo para el uso y disfrute de los "loreteños".

Pero nunca llueve a gusto de todos. En el bar Montaditos, ubicado a la entrada de Loreto, su camarera ya avanzaba que ella no vivía allí y coincidía, para colmo, que su único cliente que disfrutaba de un suculento café y un pan con sobrasada no conducía, por lo que, al principio optó por no participar.

La camarera confesó que ella había escuchado de todo a los vecinos sobre esto de la zona naranja y la verde. "Los hay que están contentos y los hay que no tantos. Hay vecinos que no ven claro eso de tener que pagar ahora al Ayuntamiento para poder aparcar en tu propio barrio".

Pero ese único cliente, con la tostada aún a medias no pudo resistirse y entró a saco en la conversación: "Los residentes no deberían pagar, pero tragamos, como siempre y así de fácil se lo ponemos a los políticos".

La camarera retomó el diálogo mientras su cliente gozaba del pan con sobrasasa para recordar que los días de fútbol eran los peores y había coches por las aceras mal aparcados y los vecinos tenían que aparcar en otros barrios aunque tuvieran que andar luego kilómetros y kilómetros. "Pero era ya algo tradicional desde hace muchos años".

Ella misma destacaba que el barrio se veía este martes distinto, ya que nunca se habían visto tantos huecos libres para aparcar: "La gente todavía no se atreve a dejar sus coches, hay algunos que no saben cómo funciona esto, otros no tienen aún la tarjeta pertinente y dicen que se están produciendo muchos retrasos en Emasa para poder sacarse las tarjetas así que no saben qué hacer".

De momento, el mapa de Loreto queda pintado de verde en todos sus espacios para aparcar a excepción de la Plaza Virgen de Loreto, donde el color de sus aparcamientos es el naranja, de manera que los vecinos no pagan para aparcar y si llegara alguien sin la tarjeta puede estacionar pero pagando como siempre se ha hecho con la zona azul que sí lleva ya muchos años entre nosotros.

¿Un aparcamiento ibre en Loreto? Ya no es un espejismo gracias al nuevo sistema de estacionamiento regulado para sus vecinos / Jesús Marín

Sin ir más lejos, la calle Hermanos Ortiz Echagüe, tenía huecos para muchos coches. Y allí estaba María Isabel, en la puerta del edificio en el que se ubica su domicilio. "Yo estoy encatanda con este nuevo sistema de aparcamientos. Llevo ya una semana con el coche aparcado en la puerta de mi casa (lo dijo señalando cuál era concretamente su vehículo). Lo cojo todos los días, salgo, vuelvo y sigo teniendo el sitio libre. Es un sueño así que no tengo cómo agradecer esta decisión".

En cuanto a los 70 euros que hay que pagar al año, "no es dinero. Nos hemos llevado hasta hora y media para aparcar así que es dinero que ahora estamos ahorrando en gasolina y creo que si pudiéramos hacer cálculo nos sale más barato tener que pagar esos 70 euros".

Recuerda que este verano "ha sido brutal". Su marido llegaba tarde a casa de trabajar y se llevaba horas buscando un hueco para su coche para, al final, tenerlo que aparcar en las afueras del barrio".

La recién estrenada señal de tráfico en la que se indican los horarios en los que se puede aparcar de pago o de manera gratuita / Jesús Marín

Y María Isabel reconocía que también entiende a aquellos vecinos que no quieren pagar por aparcar ("están en su derecho"). "Siempre hay gente para todo".

Pero muchos no se quejan por quejarse. Es el caso de José Antonio Oneto de Congelados y Alimentos Oneto, ubicado a pocos metros de la plaza Virgen de Loreto, justo en el lugar en el que el color verde llega a desaparecer para convertirse en naranja en el todo el contorno de populosa plaza pública.

El caso de Oneto es el mismo de otros muchos propietarios de negocios que se ubican en este barrio de la ciudad. Él vive en San Fernando y su prima, que trabaja con él, reside en Río San Pedro, y ambos necesitan trasladarse en coche desde sus domicilios pero, por supuesto, necesitan un lugar en el que aparcar al menos durante el tiempo que tienen el negocio abierto.

"Antes no teníamos muchos problemas porque yo llego aquí sobre las siete y a esa hora siempre había aparcamiento si no en un lado en otro, pero ahora ya no puedo aparcar porque no soy residente y no estoy empadronado en este barrio". En estos casos, el Ayuntamiento, y más concretamente Procasa, ofrece a estos comerciantes la posibilidad de un pago mensual de 90 euros para que puedan hacer uso del espacio como si fueran residentes. "Pero quién es capaz de asumir ese gasto mensual. Serían 90 míos y 90 de mi prima. Me parece que esto no tiene ni pies ni cabeza. Dicen que van a rebajar esa cuantía porque ellos mismos saben que es inasumible, así que imagine lo que yo pienso de esta magnífica idea que ha tenido el Ayuntamiento de esta ciudad".

Otra comerciante del lugar, una mujer que atendía Alimentación Charcutería Carburín, en la calle Carlos Haya, sí se mostraba muy contenta con la medida. "Llevamos años aguantando que viniera al barrio a aparcar gente de medio mundo, de otros barrios, de La Laguna. Eso nos obligaba a estar horas buscando aparcamiento. Pero, ojo, me queda la duda de si cuando todos los vecinos tengan ya sus tarjetas de residentes en su poder va a existir aparcamiento para todos. Vamos a ver qué pasa al final".

Un cliente de esta tienda de alimentación que entraba en ese momento en el establecimiento aprovechaba para usar a este Diario como portavoz para pedirle al Ayuntamiento que el barrio necesita más plazas para discapacitados (dicho queda).

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