Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Rubén Díaz es un cadista de corazón exiliado en el Recreativo de Huelva, donde tratará de demostrar su valía partiendo del filial del Decano. Julio Peguero, director deportivo del club onubense, ha apostado fuerte por el paternero al firmarle por dos temporadas siendo la próxima la última en la que será sub'23. El central desvela lo sucedido para que se haya visto obligado a dejar el Cádiz y matiza que lo económico "era lo de menos porque acepté jugar en el Cádiz cobrando casi el mismo dinero que en el filial". "Antepuse el proyecto deportivo a todo lo demás"
Rubén Díaz desea lo mejor al Cádiz "porque soy cadista y me gustaría volver", pero lamenta los capítulos de confusiones generados desde antes de la llegada de Quique Pina. "La semana que el Cádiz recibió al Mirandés, Suárez me comunicó que estaba muy contento con mi rendimiento y que iba a formar parte de la primera plantilla. Pero el Cádiz fue eliminado y pasó el tiempo sin que se me comunicara algo hasta que Suárez me presentó una oferta que dijo que estaba aprobada por los administradores", apostillando el defensa que "se nos aconsejó que pidiéramos más dinero porque podría haber acuerdo". "El dinero no era problema porque acepté jugar en el Cádiz cobrando casi lo mismo que en el filial", donde percibía 600 euros. "A partir de ahí -prosigue- Suárez avisó que estaba todo listo para firmar, pero me dijeron que Muñoz ordenó paralizar todo", por la inminente llegada de Pina.
"Los nuevos gestores me dijeron que mi contrato no iba a ser posible. Me lo bajaban a la mitad y con ficha del filial, lo que acepté un sábado con la sorpresa de que el lunes me comunicaron que tampoco podía ser y que tendría que salir cedido". Rubén cree que "Barla es el único que de verdad se ha preocupado por mí", aunque desde su cariño al Cádiz señala que "agradezco al club los cuatro años que he estado allí". "Me ha costado mucho decir adiós y espero demostrar en el Recre que se han equivocado".
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