Aires de incapacidad (1-1)

Cádiz CF - Córdoba | La crónica

El equipo amarillo vuelve a dar una pésima imagen en casa, no pasa del empate ante el colista y se complica la vida en su carrera hacia el 'play-off'

Jairo, entre dos jugadores del Córdoba durante el partido disputado en el estadio Carranza.
Jairo, entre dos jugadores del Córdoba durante el partido disputado en el estadio Carranza. / Jesús Marín

Cádiz/El Cádiz CF se empeña en complicarse la vida en su carrera hacia una fase de ascenso para la que una vez más da muestras de no estar preparado. Vuelve a dejarse puntos en el camino en una apología de la inoperancia impropia de un supuesto candidato a la zona noble. Fue incapaz de superar al colista, el Córdoba, y hasta estuvo a un paso de perder.

El empate no pudo ser más justo. La debilidad defensiva de los blanquiverdes se fundió con la ceguera atacante de los amarillos y la consecuencia fue un pastiche insoportable, con un un equipo local incapaz de hacer un solo gol al rival más bizcochable que ha pasado por el Carranza en los últimos tiempos.

El Cádiz tomó el camino contrario y pese a su insistencia no encontró el camino del gol. Y cuando dio con la tecla lo echó podo por tierra en cinco minutos. Sin jugones, con peleones, ne mereció más que el punto, del todo escaso.

Hasta cinco cambio introdujo en el once Álvaro Cervera con un 4-4-2 y dos hombres altos en punta: David Querol y Dejan Lekic. Todo lo contrario en que el choque contra el Lugo, cuando salió con dos ‘bajitos’ arriba (Aketxe y Manu Vallejo).

El partido estuvo condicionado por el molesto viento, enemigo de equipos entregados a la pelea y poco más. Los locales buscaron las bandas y el juego directo para el juego de espaldas de los delanteros. Todo ello frente a un rival encerrado por completo en su parcela a la espera de su momento.

No tardaron en deshilacharse las costuras defensivas de los visitantes en una clara demostración de por qué es el más goleado de la Liga. En el minuto 8, David Querol se quedó solo con el balón dentro del área tras una clamorosa indecisión de la zaga, pero no acertó con su disparo con la zurda que salió desviado.

Casi sin respiro, el catalán recibió un golpe en la cara en el interior del área que si pareció algo fue penalti más que la falta en ataque señalada por el colegiado.

El control era absoluto por parte de los de casa. Les costaba muy poco llegar a los dominios de Carlos Abad hasta el punto de el balón entraba en el área una y otra vez por tierra y por alto, en un jugada y en acciones de estrategia. Otra cuestión era mirar a la portería.

El único dueño del esférico era un Cádiz persistente tras los continuos robos en la medular. En el 19 tuvo Kecojevic muy cerca el 1-0 al repeler la zaga su remate después de que el portero no atrapase tras un saque de esquina. En plena estampida amarilla, casi si respiro, Lekic envió fuera un remate desde el corazón del área.

Los gaditanos amagaban pero no terminaban de golpear, con la sensación de poder marcar en cualquier instante pero sin clarividencia a la hora de la verdad.

El paso del tiempo destapó la ansiedad de un equipo que empezó a caer en las garras de la precipitación. Y eso que todavía no había llegado el descanso. Poco antes del intermedio, un cohete bien dirigido de Edu Ramos desde el balcón del área lo rechazó Flaño y desde la grada reclamaron un penalti por posibles manos que el árbitro no concedió.

Tímidos silbidos de la afición siguieron al pitido del colegiado que indicaba el final del primer acto. No le gustaba a la parroquia cadista la deriva que había tomado un partido que se había enredado. Los de Cervera no sacaron rédito a su posesión ni aprovecharon los fallos del oponente y dejaron la tarea pendiente para el tramo definitivo.

Poco varió la situación en la reanudación, con un Cádiz atrapado en su laberinto, arrastrado por un quiero y no puedo que ponía en peligro la victoria. El Córdoba capeó sus carencias con un orden milimétrico, sin llegar a sufrir favorecido por la inoperancia de los anfitriones.

Los blanquiverdes olieron el nerviosismo de los amarillos y se volvieron más atrevidos. La cosa no pintaba bien y Cervera dio entrada a Álex Fernández por David Querol con mas de media hora por delante.

El madrileño se ubicó como segunda punta, entregado a la presión del rival y a la circulación con criterio. Cuatro minutos después de su ingreso al partido, en el 59, llegó el esperado 1-0. Kecojevic remató a la salida de un córner, el portero rechazó el cuero pero se fue lentamente hacia dentro hasta Fernández terminó de empujarlo hasta a red en su intento de despeje.

Los amarillos respiraban por fin con el 1-0 pero la alegría apenas les dio para cinco minutos. Fue estirarse el Córdoba y empatar en su primera aparición peligrosa. En el 65, Andrés Martín desbordó con habilidad por línea de fondo, salvó la salida de Cifuentes centro y Piovaccari no falló de cabeza a portería vacía para pone el 1-1.

Los locales tiraron por la borda más de una hora y además se vinieron abajo en una señal de debilidad mental indigna de un supuesto aspirante a la fase de ascenso.

Los de Cervera se hundieron y los de Rafa Navarro se fueron arriba a por el triunfo. Lo tuvo Bodiger en el 70 solo delante de Cifuentes con toda la vida para decidir por dónde marcaba, pero hizo lo más difícil al mandar el balón al poste con todo a su favor. El fallo de su vida.

El Córdoba perdonó la vida a un Cádiz desnortado que respondió con acciones inconexas, ya con Rennella y Jovanovic sobre el césped, este último en su puesta de largo.

Los gaditanos afrontaron la recta final con ellos dos en punta, Álex en la media y Edu Ramos de central. De nada sirvieron los movimientos. El equipo estaba ofuscado y fue el Córdoba el que dio más impresión de poder llevarse los tres puntos.

Renella lo intentó al final con un derechazo que repelió Carlos Abad. Había tiempo para una más, peor Jovanovic cabeceó fuera con toda la portería para él.

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