El hijo de Alberto Benito firma por el Cádiz CF
Pedro es atacante, tiene 21 años, milita en el filial del UCAM Murcia y ha pasado por canteras de clubes de Gales, Chipre y Estados Unidos
Cádiz/A finales del siglo pasado Alberto Benito fue jugador del Cádiz CF, donde colgó las botas en 2002 para convertirse en director deportivo y sumar en el éxito de llevar al equipo amarillo a Segunda A, después de nueve campañas en Segunda B, y posteriormente a Primera. Dejó huella y descendencia en la ciudad, ya que su hijo Pedro Alberto es gaditano.
Precisamente éste es protagonista desde el UCAM Murcia B, donde ha jugado esta temporada con la ocasión de ser convocado en tres ocasiones por el primer equipo universitario. Este atacante -puede actuar de extremo y mediapunta- acaba de cerrar su fichaje por el Cádiz CF aunque para jugar en su filial. Firma por dos temporadas.
A sus 21 años, este jugador declarado cadista -celebró en los aledaños del estadio Ramón de Carranza el ascenso a Primera la temporada pasada-, tiene la oportunidad de defender el escudo que llevó su padre hace dos décadas porque su nombre está unido al futuro del Cádiz B en la nueva Segunda RFEF.
Pedro Benito nació en Cádiz en marzo de 2000 y cuando comenzó su etapa como canterano lo hizo en el Pavía y en la UD Almería. Hay una etapa de trotamundos que le llevó a canteras de Chipre (Anorthosis), Gales (Swansea) y Estados Unidos (Oklahoma y GW Bulldogs), movido en parte por las obligaciones laborales de su padre. En el UCAM B juega y estudia. Ya tiene la carrera de Marketing -obtenida en dos años en Estados Unidos- y aspira a tener la de Ciencias de la Actividad Física del Deporte.
En una entrevista hace unos meses, publicada por El Español, admitía su pasión por el Cádiz CF: "Soy del Cádiz y no puedo evitar decir que soy del Cádiz", a pesar del cariño que tiene al Almería, otro club en el que triunfó su padre como director deportivo.
Pedro Alberto Benito es la primera cara nueva del ciclo que se abre en el Cádiz B, donde se despide buena parte de una generación que llevó al filial a ser dos veces campeón en Tercera, ascender a Segunda B y obtener una permanencia en su primer año en la división de bronce. En un filial la edad es un muro insalvable si no se produce un salto al primer equipo. Muchas de esas promesas no lo harán y saldrán libres o cedidos para buscar un asentamiento como profesionales en otros destinos.
Esta campaña recién concluida ha tomado parte en 22 encuentros con el UCAM B, en los que ha anotado 13 goles en Tercera División.
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