Todo o nada con Álvaro Cervera

El club prescinde de Claudio Barragán a falta de sólo cuatro jornadas y apuesta por un nuevo técnico que firma hasta final de curso y asegura que simplificará los conceptos

Álvaro Cervera se sentó ayer en el que será su banquillo en el Carranza al menos hasta final de temporada.
Jesús Jaques Nuche Cádiz

19 de abril 2016 - 05:02

Todo sucedió con una rapidez endiablada. Se notó que el Cádiz tenía preparado un plan B desde hace tiempo. De hecho, un asesor del club ya avanzó hace un par de meses el nombre de Álvaro Cervera cuando Claudio Barragán ocupaba plaza en el banquillo y gozaba de la confianza del presidente, al menos de cara al exterior. Otra cosa es lo que se cocía a nivel interno. Álvaro Cervera no fue la primera opción que manejó la entidad cadista en su día como relevo del técnico cesado. De hecho, el club llegó a mantener contactos serios con César Ferrando cuando Claudio empezó a estar en la cuerda floja e incluso algún representante del Cádiz, tras la derrota en Algeciras, se reunió con Jose González, quien declinó el ofrecimiento unas semanas antes de hacerse cargo del banquillo del Granada.

El caso es que ayer, algo más de dos horas después del anuncio del cese de Claudio, Álvaro Cervera era presentado a última hora de la mañana en la sala de prensa del estadio Ramón de Carranza. Firma hasta final de campaña en una especie de todo o nada. Arriesga él pero sobre todo arriesga el club, que pone se juega a una carta en manos de un recién llegado que en dos meses tiene que cumplir un objetivo que no se logra de ninguna forma en los últimos seis años. En principio llegará con un segundo, aunque todavía no se conocía el nombre del que será su mano derecha.

"No me lo pensé mucho, el Cádiz es un equipo a tener en cuenta", afirmó el otrora extremo zurdo durante su carrera como futbolista. "Agradezco la confianza que el presidente y el Cádiz depositan en mí. Estoy contento por llegar a este club y espero devolver con éxito la confianza que me han otorgado". Esas fueron sus primeras palabras como entrenador antes de subrayar su deseo de enfundarse cuanto antes la vestimenta de trabajo. "Tengo ganas de empezar a trabajar, de conocer a los jugadores y de realizar la misión que tengo encomendada. He entrenado a algunos jugadores de una plantilla con futbolistas conocidos a nivel nacional, la mayoría han estado en buenos equipos y por eso los conozco. Hay que estar más cercanos, más en el día a día, trabajar con ellos e intentar sacar el máximo rendimiento de cada uno".

"Todos los equipos tienen problemas y tienen virtudes y el Cádiz tiene muchas virtudes. Hay que intentar acertar en que cada vez sea el número de futbolistas que den el máximo. Se trata de que las cosas bien hechas sean más que las malas", indicó el míster antes de ser preguntado sobre el aspecto futbolístico, del que apuntó que "hay que cambiar detalles". Sólo restan cuatro partidos de Liga y como mucho seis más de la fase de ascenso -diez encuentros en total-. "Con lo poco que queda no soy capaz de cambiar mucho ni la plantilla tampoco sería capaz de asimilarlo. Lo mejor es simplificar dentro de las virtudes de cada uno, tener la mente clara". La apuesta es diáfana: sintetizar al máximo los conceptos para que el equipo los pueda absorber con celeridad de cara al exigente sprint de temporada que se echa encima. El cambio de técnico no varía un ápice el objetivo del ascenso. "Si fuera pretemporada, llegaría con 20 cosas, pero ahora sólo apareceré con cinco".

Se refirió también al entorno, que quizás no conozca demasiado porque no lo ha vivido. "El entorno del Cádiz es difícil tenerlo en contra, a poco que le des lo vas a tener a favor. Un entorno enrarecido es complicado para todo el mundo, intentaremos cambiar la situación".

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