Aterrizaje conciliador
Rafael Fernández avisa de sus intenciones: "Haber dado este paso me permite presionar para que haya un entendimiento y todo el mundo se sacrifique un poquito por el Cádiz"
Rafael Fernández Bernal, el hombre de la semana en lo que atañe al Cádiz CF, ofreció ayer una rueda de prensa como presentación ante el cadismo y con el objetivo de exponer sus inquietudes acerca del presente y el futuro del club una vez que acaba de adquirir los paquetes de acciones que estaban en poder de Federico González y la familia Puig, los cuales suman aproximadamente el 20% del capital total. El primer contacto con el empresario sirvió para comprobar en persona el cierto parecido de sus rasgos faciales con los de Roman Abramovich, el dueño del Chelsea. Ojalá su llegada al Cádiz sirva para engrandecerlo como hizo el multimillonario ruso con el club inglés.
Tras leer el escrito de presentación que aparece reflejado de manera íntegra junto a estas líneas, se sometió a las preguntas de los numerosos representantes de los medios de comunicación presentes en el Carranza.
Aprovechando la inicial, Rafael Fernández dejó entrever que a las primeras de cambio ya está viendo algo de luz: "Dar este paso adelante me permite presionar para que empiece a haber entendimiento. Ya he tenido conversaciones con las dos partes y me parece que esa presión quizá haya comenzado a hacer un poco de efecto. Les va a costar ceder, pero no cabe duda de que hay que salvar esta temporada porque Cádiz no se merece otro año negativo. Quiero trabajar en silencio porque no soy amigo de hablar públicamente en los medios de comunicación, no soy oportunista y no persigo el protagonismo. Simplemente, creo que había que hacerlo y lo hago por Cádiz y el Cádiz. Actúo de buena voluntad, trayendo un mensaje de paz".
Tan solo horas después de que se conociera la compra por su parte del paquete de acciones, curiosamente saltó también la noticia de que próximamente se acudirá a una ampliación de capital: "Lo he leído en la prensa y me lo ha confirmado el presidente. Cuando eso salga oficialmente tendré que hacer una valoración. Pienso que se tratará de cantidades importantes y para mí ha sido al menos sorprendente. Yo me he embarcado en este proyecto de acuerdo a mis capacidades y entonces veré qué hago. Reconozco que si hubiese sabido lo de esa futura ampliación de capital mi negociación hubiera sido otra, pero sigo estando convencido de que había que hacer algo. Eso sí, cada cosa tiene un precio y la negociación ahora mismo sería diferente. Incluso así voy a hacer mis cálculos. Estoy sorprendido pero no asustado. A lo mejor vale la pena dar un apretón, según lo que cueste".
Tiene muy claros sus planes y la viabilidad de su idea conciliadora: "Quiero dar un zapatazo encima de la mesa y decir a las dos partes venga, que hay que sentarse a hablar. Dar este primer paso ha sido el modo de hacerme escuchar para buscar una entente cordial que resulta muy necesaria. Con que todo el mundo se sacrifique un poquito por el Cádiz, que es lo que importa, me sentiré satisfecho".
El gerente de Puerto y Bahía rechaza que se alinee con Vizcaíno o Buitrago, declarando su independencia: "Si dos personas están enfrentadas y cada una de ellas habla por separado contigo, las dos te convencen con argumentos de que llevan razón. Yo no quiero convertirme en parte de este conflicto. Lo único que pienso es hacerles ver que están aquí por una única razón, el Cádiz Club de Fútbol, y que no se deben olvidar de él".
Asegura que no tiene pelos en la lengua a la hora de trasladarle sus verdades al mismísimo presidente del club: "Se lo he dicho a Manolo con todas las letras, que la situación está haciendo daño al Cádiz. Ahora existe una sensación de pesimismo generalizada y el equipo muestra un nerviosismo que afecta negativamente. La realidad es que, aunque necesite refuerzos, convendría que estuviera más centrado".
Fernández Bernal ya tuvo la oportunidad de formar parte del consejo de administración, invitación que acabó rechazando: "Manolo ya me pidió ser consejero cuando aún no había guerra, pero no me dieron las explicaciones que pedí y para meterme en un consejo de administración hay dos opciones: o mando o tengo capacidad de mando. No pretendo instalarme aquí porque tengo mi empresa, pero tengo la sensación de que puedo ayudar a que surja un entendimiento respetando los derechos de cada uno. Estoy convencido de que esto saldrá adelante; si no, no estaría aquí".
Se le preguntó a continuación por su relación tanto con Quique Pina, persona muy cercana a David Buitrago, como con Manuel Vizcaíno: "A Pina lo conozco poco, de estar una o dos veces con él. Con Manolo sí he tratado más. Reconozco que no le ha sentado bien que tras enterarse por mí de la compra del paquete accionarial enseguida saliera la noticia en los medios de comunicación. Anoche cenamos juntos y nos dimos un abrazo porque el Cádiz está por encima de él, de Buitrago y de mí. Y con Buitrago he ido más allá, he hablado hasta de la posibilidad de comprarle sus acciones, aunque eso sea algo imposible en la situación actual".
Acerca de si existe una fecha límite para que se fume la pipa de la paz, no vacila al resaltar la apertura del nuevo plazo para realizar fichajes: "El mercado de invierno está ahí mismo y al equipo hay que reforzarlo. Si en diciembre no veo un acercamiento, ¿qué sentido tiene seguir insistiendo? Considero que ya sería tarde, por lo que el plazo irá en función de la marcha de las negociaciones. No busco ninguna repercusión personal, pero creo que puedo servir para arreglar este problema. Ayer mismo hablé con Jorge Cordero y me animó a hacerlo porque tiene aquí un trozo de corazoncito. En mi ánimo no está ser presidente ni consejero, y quiero que las dos partes se den cuenta de que les estoy ayudando para encontrar al menos una solución temporal. Del futuro ya hablaríamos en junio".
Su defensa de Jorge Cordero y de la conveniencia de su regreso fue rotunda, a pesar de que la plantilla que fabricó no esté deslumbrando: "Es evidente que Claudio y Jorge Cordero forman un tándem muy bueno. En cuanto las dos partes se entiendan, Jorge estará aquí de vuelta. Si la cosa no se hizo bien del todo en verano, para eso está el mercado de invierno".
Después de volcarse en respuestas sobre los temas institucional y deportivo, le llegó la hora al económico: "Sobre la parcela económica he hablado con Manolo y sé cómo se encuentra la cosa. Si Vizcaíno y Buitrago alcanzan un acuerdo, habrá equilibrio y solvencia en lo económico, tanto para cubrir el presupuesto como para fichar. Esa es mi misión, que se produzca la entente que lo propicie. No nos podemos pelear porque hace falta unidad para ascender. Si se sube de categoría crecerán los intereses económicos y posiblemente surjan peleas, pero entonces ya estaríamos en Segunda A".
Que se preparen Vizcaíno y Buitrago porque Fernández avisa que no cejará en su empeño por horas y horas de negociación que cueste enterrar el hacha de guerra: "Para sentarnos juntos, el no tajante no lo tengo. Con eso ya estoy algo feliz. Negociando soy muy pesado y tengo bastante paciencia. A mí me mueve ser feliz y no el dinero, por lo que seguiré buscando la felicidad plena en este asunto".
La única vez que titubeó durante toda la mañana fue al responder cuando se le planteó la hipótesis de que su nombramiento como presidente fuera condición sine qua non para el arreglo entre las partes enfrentadas: "No sé. Si la paz pasara por que yo fuera el presidente, creo que parte de mi tiempo se lo podría dedicar. Me lo plantearía seriamente. Ser presidente del Cádiz no es ninguna tontería".
La extensa rueda de prensa se cerró con otra hipótesis, basada en que Vizcaíno vuelva a ofrecerle a Rafael Fernández el cargo de consejero. La contestación, de lo más concluyente: "No es el momento. Ahora juego a otra cosa, que es buscar un consenso porque si no hay consenso estaremos dejando de lado al Cádiz. Lo que tenga que venir ya vendrá, pero ahora solo busco un entendimiento a corto plazo. Y para eso vengo con las pilas cargadas".
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