Lección de eficacia (1-2)

El resultado de Las Palmas-Cádiz

El conjunto de Cervera aplica a la perfección su manual de estilo para sumar una victoria con la que da un golpe a la Liga

Alberto Perea corre para celebrar el gol que supuso el 0-1.

El Cádiz CF dio un auténtico golpe de autoridad con una victoria (1-2) en Las Palmas que vale su peso en oro. El equipo gaditano tiró de manual para reencontrarse con el triunfo a domicilio. Impuso su consistencia, sacó petróleo en ataque y supo agarrarse al partido en los momentos más difíciles pare llevarse tres puntos con los que pone tierra de por medio en la clasificación tras las derrotas del Almería y el Huesca.

El Cádiz CF aplicó a rajatabla lo que mejor sabe hacer. Orden y solidez en su entramado, rapidez a la contra y manejo de la situación pese a no tener la pelota. Lo que sirve no es el balón sino la efectividad y en esa faceta no hay nadie mejor que el líder de la Liga, que alcanza los 52 puntos y pone la directa hacia el ascenso directo.

Álvaro Cervera sorprendió con un once netamente ofensivo, con dos puntas (la primera titularidad de Malbasic) y Álex Fernández incrustado como mediocentro en lugar del lesionado Garrido. Sobre el papel un planteamiento ambicioso.

Lo que no varió fue el sistema (4-4-2) ni el modus operandi. El balón correspondió al conjunto local y los visitantes, ataviados con la segunda equipación, se plantaron en su parcela sin dejar de mirar el lado contrario.

Malbasic y Salvi aparecieron por la derecha a modo de aviso en un arranque sin prisa pero sin pausa. Todo pasaba por arroparse atrás y aprovechar la más mínima en ataque.

Dicho y hecho. Srnic firmó el primer disparo a puerta (minuto 16) con el cuero a las manos de Alberto Cifuentes, y la respuesta de los gaditanos fue tan inmediata como contundente. En el 18, Malbasic resumió en una acción todo lo que es capaz de hacer. Trabajo, inteligencia y calidad. Robó el balón a un zaguero en la zona de tres cuartos y sirvió un centro exquisito al segundo palo, con una rosca que llegó perfecta al segundo palo que Alberto Perea agradeció para rematar a bocajarro con la zurda. No era fácil enganchar el esférico como lo hizo el albaceteño, que no perdonó delante de Vallés para elevar el 0-1 al marcador. Un golazo en la gestación y la ejecución.

El tempranero tanto asentó a los de Cervera y atenazó a los de Pepe Mel, nerviosos y escasos de ideas. El sistema de cinco defensas (tres centrales y dos carrileros) desplegado por el técnico local saltó por los aires a las primeras de cambio.

El Cádiz CF supo manejar el resultado con orden en sus líneas y con la máxima de dejar que el tiempo corriese sin que nada sucediese. Amagó con un par de contras aunque fue dando pasos atrás, se pegó a su área en demasía y dio pie a varias embestidas de los isleños con más corazón que cabeza.

Los insulares apretaron en la recta final antes del descanso con un Cádiz CF que se las arregló para capear el temporal. El asedio se reflejó en una secuencia de saques de esquina que inquietaron aunque sin consecuencias. En el 40, Cifuentes repelió de puños un derechazo de Lemos tras una indecisión de Iza Carcelén. Poco más dio de sí una primera parte que los visitantes controlaron de la manera que mejor saben: balón para el rival, cierre de espacios y máxima efectividad en ataque. Un tiro, un gol y 0-1 al intermedio.

Quedaba lo más difícil en la reanudación ante un Las Palmas obligado a volcarse arriba. Cervera tiró de prudencia y dejó en la caseta a Choco Lozano para fortalecer la media con la apuesta por Edu Ramos. Álex Fernández adelantó su posición aunque sin despegarse de la medular.

El partido se desarrolló en el terreno cadista. Era el guión esperado. El acoso de los de casa fue aumento y todo quedó a expensas de la eficacia defensiva.

El Cádiz CF estaba atrincherado, sin dar señales de vida más allá de su campo, sin entrar en contacto con el balón, como si quisiese vivir en exclusiva de la pequeña renta. Cervera buscó frescura en la banda con Iván Alejo en lugar de Perea.

Los locales fueron a más e hicieron sufrir de lo lindo a un Cádiz CF que perdió el control de la situación y se agarró al acierto de Cifuentes. El portero desvió un latigazo de Fede Varela desde la frontal (en el 55) y en el 61 desvió con un pie un cañonazo de Srnic en el mano a mano.

La cosa pintaba fea. Las Palmas dio una vuelta de tuerca, fue capaz de asociarse por el centro y las bandas y puso en aprietos a los visitantes, que por fin despertaron en el ecuador de la segunda mitad cuando dieron con la tecla.

Se trataba de sacar partido a los espacios que dejó el rival y cuando lo lograron los de Cervera pusieron tierra de por medio. Álvaro Giménez debutó como cadista y adquirió un papel relevante. En el 68 remató en boca de gol pero salvó Valles. Y en el 72 protagonizó la jugada clave del partido. Acudió al remate tras un centro de Iván Alejo y fue empujado por Aythami. El árbitro no lo dudó y señaló penalti que Álex Fernández transformó con su habitual solvencia para poner el 0-2.

El líder tomó aire con el segundo tanto y cuando la victoria parecía en el bolsillo, con el adversario contra la lona, emergió Rubén Castro para anotar de cabeza en el 84 y apretar el marcador. Momentos de agobios en la recta fina, con Cifuentes en plan Mazinger Z para volver a salvar con los puños tras un testarazo de Eric Curbelo. Fue la última y única ocasión de los isleños tras el 1-2.

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