Borja Lasso, el calvario que le retiró del fútbol antes de tiempo
Dos años recuperándose de una grave lesión, con varias operaciones de por medio, fueron el principio del fin del nuevo secretario técnico cadista
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Cádiz/Francisco Borja Lasso de la Vega Gayán (1/1/1994, Sevilla). Era la tarde del día 14 de diciembre de 2019 y el balón había comenzado a rodar sobre el césped del Heliodoro Rodríguez López hacía apenas cuatro minutos. Era un Tenerife-Alcorcón de la jornada 20ª de Segunda A en la campaña 2019/20.
En el once inicial blanquiazul, con el dorsal 8, Borja Lasso, apodado 'el mago', realiza una conducción cerca del banquillo visitante cuando es objeto de una tremenda entrada que aterroriza a los espectadores. El centrocampista sevillano cae al suelo. No pocas son las dificultades para tratar de levantarse.
Un nudo en la garganta en el tinerfeñismo; todos intuían una grave lesión. Incluso así, todavía tiene los arrestos suficientes para ponerse en pie y abandonar el césped por sus propios medios. Ya desde ahí, desde ese preciso instante, Borja Lasso había comenzado su particular batalla.
La web del conjunto insular recuerda aquella triste y larga película. Habló con el club; él lo tenía plenamente decidido. Emprendería viaje a Sevilla lo antes posible, para así ser operado y ponerse manos a la obra con el proceso de recuperación. Tres días después de tan fatídica acción, Borja Lasso era intervenido de una fractura distal del peroné izquierdo en la Clínica Sagrado Corazón.
Fueron 80 minutos en el quirófano, con Borja Lasso consciente en todo momento, y donde el peroné presentaba múltiples fracturas. Desde ya había que pensar en la rehabilitación. En comunicación con los servicios médicos y sanitarios del Tenerife, el futbolista iba cumpliendo las primeras semanas de trabajo.
Sin embargo, ya desde el primer día todo fue demasiado complejo. La lesión era de mucha consideración. Luego llegó la pandemia y un confinamiento que comprometió, todavía más si cabe, el normal desarrollo de la recuperación. Borja Lasso ponía toda de su parte, pero la evolución de la dolencia no era la esperada. Hubo que tomar una nueva decisión, que se tradujo en un nuevo paso por el quirófano.
Poco más de un año después de la primera operación (en concreto, el día 18 de diciembre de 2020), desde el club insular se informa de que el futbolista sevillano ha sido intervenido "por la fractura en el tobillo izquierdo tipo C, con afectación de la sindesmosis, y realizándole una intervención inicial de urgencia en diciembre del 2019, mediante placa peronea, reducción abierta, osteosíntesis y dispositivo de reparación suprasindesmal. Hasta este momento, Borja Lasso presentaba secuelas, con dificultad para la flexión dorsal del pie y deformidad en garra del primer dedo del pie izquierdo".
Una vez más, "la intervención quirúrgica fue realizada en Sevilla, a solicitud del propio jugador, dado que es en dicha ciudad donde ha sido tratado desde que ocurrió la grave lesión, y donde igualmente fue sometido a una cirugía y su correspondiente rehabilitación, igualmente a petición del propio futbolista y con la autorización del Tenerife". Hay esperanzas para no arrojar la toalla.
Atrás quedaba un año de sufrimiento, de incertidumbre; de permanente lucha, por momentos, baldía. Aunque no se podía desfallecer. Había que redoblar esfuerzos, sacar precisamente fuerzas de flaqueza y encarar, con renovados bríos, estos inesperados contratiempos. Así, Borja Lasso prefirió trabajar de manera discreta, alejado por completo de los focos, de las mil y una preguntas que le formulaban a él y a las personas de su entorno; muy metido en su dura, durísima rutina diaria, y sin más distracciones que la de intentarlo una y otra vez.
El presidente Miguel Concepción, el ex director deportivo del Cádiz CF, Juan Carlos Cordero -con esta misma función en el Tenerife-, el entrenador Luis Miguel Ramis, sus compañeros de equipo… Ellos eran también objeto de interrogantes, y ellos también respetaron, en todo momento, la decisión del jugador: había poco que hablar… y mucho por trabajar. Más y más. Porque la recompensa bien merecía la pena. Eso sí, desde la distancia le reconfortaba sentir el cariño y el respeto que le tributaba la afición tinerfeñista.
Transcurrían los meses y esa mejoría no terminaba de cristalizar. No era tal. Había que intentarlo, aunque fuera por última vez. En esta ocasión, tras decidir entre varios especialistas, tomó rumbo a Oporto para ponerse en las manos del doctor Niek van Dijk. El día 30 de agosto fue sometido a "una cirugía artroscópica exploradora y terapéutica, en la que se le retiró tejido fibroso". Más horas de quirófano.
Septiembre, octubre, noviembre, mediados de diciembre… y el triste desenlace. Borja Lasso, con 27 años, anunció el 14 de diciembre, justo dos años después de resultar gravemente lesionado, que tenía que colgar la botas. Un profundo pesar, porque a los 27 años, un profesional intachable, una persona repleta de valores, un deportista ejemplar, se vio obligado a alejarse de su gran pasión: ser futbolista.
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