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El Cádiz y Brian, una situación insostenible

Cádiz CF

Arranca un segundo verano consecutivo con el caso del lateral sin solucionarse.

Cervera no lo quiere, el futbolista pretende salir y el club busca cómo hacer caja.

Brian se lleva su mano izquierda a la cabeza para colocarse bien el pelo mientras realiza un entrenamiento con el equipo amarillo. / Julio González
F. J. Díaz

21 de junio 2019 - 20:39

Cádiz/Como si el tiempo se hubiera detenido. Es lo que parece que sucede con Brian Oliván, posiblemente el mejor lateral izquierdo de la primera plantilla en la presente temporada tomando como referencia el rendimiento exhibido tanto por Matos como Espino.

La guerra interminable o una guerra fría y eterna entre el defensor catalán y el entrenador, que todos niegan con una alta dosis de cinismo en algunos momentos, va camino de marcar la pretemporada por segundo año consecutivo. Cervera no quiere a Brian, el jugador pretende salir y el club busca la fórmula de hacer caja porque por este futbolista abonó, en su momento, 500.000 euros.

El proyecto de la entidad, el primero que inicia Óscar Arias como director deportivo, tiene una misma piedra en varios zapatos. Al que más molesta es a Cervera, que muy posiblemente no quiere imaginarse un inicio de la pretemporada con el lateral izquierdo defenestrado trabajando para nada porque no entra en sus planes desde hace un año. Esa situación, que se ve venir y resultaría incómoda a más no poder, es una lucha contra el reloj para el director deportivo. Tiene que dar salida a Brian, que es un lateral zurdo interesante que el que manda entre las paredes del vestuario no desea en sus planes para el curso venidero.

El zaguero catalán, consciente de que un juvenil de su posición jugaría antes que él, necesita salir para no ser 'abonado de mayúscula fidelidad' a la grada de Tribuna. A sus 25 años no es lo más conveniente porque su participación de agosto a junio ha quedado reducida a muy poca cosa, a pesar de las expectativas que muchos clubes tendrían con un futbolista de su corte.

Analizar los motivos por los que hace un año Manuel Vizcaíno no fue capaz, o no pudo, de sentar al técnico y al futbolista para arreglar el asunto o finiquitarlo para siempre es a día de hoy secreto de sumario. Pero los días avanzan, las vacaciones siguen cumpliendo ciclos y la lucha Cervera-Brian no se resuelve ni tampoco se ha anunciado la venta o marcha del lateral.

Mucho se ha dicho y se ha escrito sobre los problemas entre dos puntos sin posibilidad de acercamiento. La sensación es que se enmascara en una cuestión deportiva; el estilo, un lateral ofensivo, descuidado en defensa... etc. Pero de fondo huele al típico "no te trago" con repuntes de obsesión por ambas partes para quedar uno por encima del otro. Lo que pasa es que el técnico decide y su ley castiga al jugador, que es claramente la parte perdedora por vivir los fines de semana de casi todo el año entre la butaca de su casa y la del campo.

Brian ha jugado algo más de una tercera parte de los partidos, que puede parecer mucho cuando realmente es poco para el lateral con mejores condiciones del equipo. Pero si aportamos otra información, puede cambiar el concepto. En la jornada 24ª (Oviedo, 2 - Cádiz, 1) fue la última vez que se le vio con la elástica amarilla. Si lo ubicamos en el tiempo suena más duro: el 3 de febrero. Ese día fue el último porque todo señala a que su despedida se llevará a cabo marchándose por la puerta de atrás. Una campaña antes (2017-18) le fue algo mejor porque entre Liga y Copa sumó 20 presencias sobre el césped. Pero las dos campañas recientes quedan lejos de sus registros en la temporada del estreno: 33 encuentros, titular y pieza fija en la doble cita del play-off de ascenso a Primera contra el Tenerife. Fue la última vez que Brian se pudo sentir un hombre importante para la plantilla y para Cervera.

El final de la historia está redactado a la espera de acontecimientos. Es un sinsentido que el equipo comience el trabajo y entre los protagonistas se tengan que cruzar mirada y saludo -si es que persiste alguna de las dos cosas-, lo que no será el deseo de uno y otro.

La entidad se plantea al menos recuperar la inversión (medio millón de euros) pero el ostracismo al que se ha visto sometido el carrilero desde el pasado 3 de febrero no es la mejor carta de presentación para pedir por algo que sobra en casa.

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