Cádiz CF - Celta: montaña rusa de emociones en una tarde de infarto
La afición transita por un sinfín de estados de ánimo con un final de locura
Cádiz CF - Celta: vivo de milagro (2-2)
La hora de almuerzo se transformó en un duelo de alto voltaje de difícil digestión. Menudos noventa y tantos minutos de infarto se vivieron en el estadio Nuevo Mirandilla en uno de esos partidos considerados claves en el devenir de una temporada. El Cádiz CF estuvo desde el minuto 11 por debajo en el marcador en el choque por la permanencia contra el Celta de Vigo disputado el domingo 25 de febrero y evitó la debacle en el 99 cuando la derrota era casi un hecho. Uno de esos milagros que suceden de vez en cuando en la historia del club.
El antiguo Carranza fue una especie de montaña rusa de emociones con constantes subidas y bajadas en el ánimo de una afición que atravesó por constantes cambios de estado. Una locura con un desenlace pleno de euforia porque aunque el equipo no ganó, impidió el descenso que hubiese supuesto una derrota.
El personal sabía de sobra lo que se jugaba el equipo de su alma. Sabía con creces qué papel debía desempeñar desde la grada y eso fue lo que hizo. Desde el principio llevó en volandas a sus futbolistas, que arrancaron a toda pastilla.
El Cádiz CF estaba siendo superior a su adversario hasta que recibió un mazazo en el minuto 11 en la primera llegada de un Celta que hasta entonces no había hecho nada.
El 0-1 no hizo mella en la parroquia local en primera instancias, pero el tiempo empezó a correr y la impaciencia hizo acto de presencia. Justo después de la media hora inicial, salieron a relucir los pitos y los cánticos contra el presidente, Manuel Vizcaíno, al que pidieron su dimisión.
El equipo se vino arriba en la recta final del primer acto y con él la hinchada que también dio su aliento mientras asistía desesperada a la falta de acierto en el remate. Volvieron los gritos de reprobación en el descanso y después en la segunda mitad cuando se repitió la secuencia del principio. Más de uno se engollipó con el bocadillo.
Los locales apretaron en la reanudación pero fueron los visitantes los que marcaron de nuevo en el 58 y con el 0-2 llegó otro bajonazo. Cundió el desánimo entre los seguidores con una derrota que parecía definitiva hasta que Juanmi acortó distancias (1-2) en el 66, con tiempo suficiente para completar la reacción.
El primer tanto de Juanmi como cadista provocó un subidón en una afición que de nuevo creyó en el milagro y vivió con nervios la recta final del partido. El personal la tomó con Iago Aspas, insultado con insistencia desde la grada. Un feo gesto de una afición que se ensañó con el veterano ariete. Cuando todo se iba al garete, se desató la euforia con el golazo de Machís que mantiene al Cádiz CF con vida.
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