Combate nulo (1-1)
cádiz - huesca
Los amarillos plantan cara a un rival con calidad que sale líder del Carranza
Cádiz/El Cádiz y el Huesca firmaron tablas en un duelo de poder a poder por el ascenso directo cuyo desenlace favoreció los intereses de la escuadra aragonesa, que recuperó el liderato en el Carranza aunque el anfitrión fue capaz de reponerse de un gol en contra para empatar al inicio de la segunda parte. La garra de los gaditanos, sobre todo tras el descanso, actuó de parachoques frente a la calidad de los oscenses, que demostraron los motivos de su privilegiada situación desde la cima. El punto no le vale al Cádiz para acceder a la segunda plaza ni para conservar la tercera, pero suma y con 55 se coloca en un cuarto puesto que es todo un lujo en una Liga tan igualada.
La repetición de la alineación por tercera semana consecutiva, un hecho inédito esta temporada, no fue sino la traducción de la confianza del entrenador en el once que había hallado la senda de la victoria en las últimas dos victorias, el que afrontaba la misión de superar a un hueso duro.
Los locales arrancaron con ganas de comerse el mundo. Con una presión asfixiante, difícil de sostener en el tiempo, arrinconaron a un rival al que le costó entrar en materia, encogido ante el empuje de un equipo que enseñó sus garras desde el principio y avisó en el minuto 5 con un disparo fuera de Salvi tras una internada en el área por velocidad. Fue la única vez que el sanluqueño se se escapó en la primera mitad.
Unos y otros se ocuparon a fondo de proteger su portería. La prioridad pasaba por no recibir un gol y de ello se encargó Alberto Cifuentes en el 12 al repeler un peligroso centro de Chimy Ávila.
El esperanzador inicio de los amarillos derivó en un espejismo cuando los visitantes se adueñaron de la pelota e impusieron su juego. El Huesca empezó a ganar a batalla en el centro del campo, a obligar a los gaditanos a correr detrás del esférico. Alberto Perea no terminaba de aparecer y las intentonas de Salvi y Álvaro García, muy vigilados, quedaban en nada. Apenas hallaban espacios mientras los aragoneses se sentían más cómodos y se acercaban al gol. Lo tuvo Moi Gómez en 26 tras un grave error de Perea, que perdió el balón al intentar regatear en la frontal de su propio área e hizo posible el zurdazo del jugador visitante, atrapado por el arquero. Fue la última acción del mediapuna cadista, que se marchaba lesionado y dejaba su lugar a Eugeni.
El partido se movía en los parámetros que quería el cuadro oscense, claro dominador del cuero frente a un Cádiz que ya no robaba con la misma celeridad que al comienzo y sólo daba señales de vida con chispazos aislados sin llegar a inquietar a Remiro.
Los hombres de Rubi terminaron de hacer valer su superioridad en el juego antes del descanso. En el 35, el colegiado anuló un gol a los norteños por fuera de juego tras un tiro lejano de Chimy Ávila
que rebotó en Cucho Hernández, en posición ilegal, antes de entrar en la portería. Se libró el equipo local pero un minuto después chocó con la cruda realidad cuando sí subió al marcador el tanto de Ávila, quien dentro del área fusiló a Cifuentes con un derechazo tras recibir un magistral pase de Cucho. Un gol que resumió la calidad de un Huesca que demostró su ubiación en la clasificación.
El 0-1 reflejó la lógica de un equipo que fue mejor pese a la corajuda respuesta de los anfitriones, que buscaron sin éxito el empate antes del intermedio. Un zurdazo de Garrido -en el 42- y un libre directo lanzado por Eugeni se toparon con el cancerbero.
Los amarillos salieron con bríos renovados en la reanudación y no tardaron en lograr el empate. En en el 49 un centro de Eugeni en el saque de una falta que casi se coló en la portería tras un error de Remiro, al que se le escurrió el balón, que se perdió por la línea. Del lanzamiento de esquina, ya en el 51, brotó el tanto de la igualada. El cuero entró el área por bajo, la defensa no acertó a despejar y Servando, más listo que nadie, empujó a puerta vacía para colocar el 1-1 y alumbrar el nacimiento de un nuevo partido,
Con el gol los gaditanos se vinieron arriba pese al inconveniente que supuso el inmediato abandono de Salvi por molestias. Álvaro Cervera sacó a Barral y se la jugó con dos puntas, con un 4-1-3-2 con el que plantó cara a un adversario de calado. Álvaro García se encontró más cómodo en la derecha y Eugeni aportó creatividad desde la izquierda.
La recta final fue una lucha de poder a poder, con un Cádiz envalentonado que había nivelado la balanza en el juego a base de casta, con una presión sofocante con la desactivar el control del esférico del contrario. Las ocasiones brillaron por su ausencia en una segunda mitad plena de intensidad. Los oscenses casi marcaron a la salida de un córner en el 78 en el único susto que no alteró el marcador.
Moha aportó un plus de explosividad en unos últimos minutos de infarto. Los aragoneses buscaron el área con insistencia y Álex Gallar envió un zurdazo al poste en el 87 que hubiese dado la victoria a su equipo. Lo pasaron mal los amarillos, que no aprovecharon los espacios aunque Eugeni tuvo en sus botas el gol de triunfo con un zurdazo en la prolongación que se escapó cerca del larguero.
No hay comentarios