Almería-Cádiz CF
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El Cádiz CF y Sergio, ante una de las semanas de mayor tensión desde el regreso a Primera

El equipo en descenso después de 15 jornadas sin ganar, 17 encuentros contando los dos de Copa, y sin rastro de sensaciones esperanzadoras; contra el Valencia es algo más que un partido

Antecedentes Cádiz CF - Valencia

Gesto cabizbajo de Sergio mientras sus pupilos trasladan una portería portátil. / Cádiz Cf

Lejos empieza a quedar el encuentro del pasado día 3 frente al Granada (2-0), y la fecha del domingo 14 de enero de acerca como una amenaza muy seria para el Cádiz CF de Sergio González. Arranca la segunda vuelta en el ecuador del primer mes de 2024 y la situación de equipo es realmente comprometida. Inmerso en la zona de descenso con lo que supone haber agotado ese comodín de estar fuera a pesar de la malísima dinámica, y con sensaciones sobre el verde que invitan poco al optimismo, el club debe estar preparado para todo si esta jornada un triunfo no rompe la racha.

El Cádiz CF busca una bocanada de aire donde apenas queda oxígeno porque son 15 jornadas de Liga sin una victoria (suma ocho puntos de los últimos 45 en juego) y 17 partidos sin ganar si se cuenta el empate y la derrota en las dos eliminatorias de Copa del Rey. Ruboriza mirar al 1 de septiembre como la fecha del último triunfo, 3-1 sobre el Villarreal, porque desde entonces está siendo una larguísima travesía por un desierto de decepciones.

No hay que destapar nada novedoso si se habla de que el Cádiz CF, los jugadores y Sergio González, están viviendo una de las semanas de mayor tensión desde el regreso a Primera División en verano de 2020. El conjunto gaditano sabe lo que es llegar a la última jornada con la obligación de ganar y esperar el fallo de algún rival para seguir en la élite, pero en mitad de la competición nunca antes en este tiempo ha estado el 'cuchillo' tan cerca del cuello de los protagonistas más directos de los resultados del equipo.

El presidente, Manuel Vizcaíno, ha realizando una defensa a ultranza del entrenador y éste, en alguna de sus últimas comparecencias, ha lanzado como deseo que la paciencia del máximo mandatario no se agote porque él y sus ayudantes se sienten fuertes y capaces de revertir la situación. Palabras llenas de coherencia por parte del preparador catalán, que se mantiene firme y sin síntomas de querer arrojar la toalla.

Sin embargo, los resultados marcan el tiempo en que tarda en caer la espada de la destitución porque es insostenible alcanzar la 16ª jornada consecutiva sin ganar y con la posibilidad de que se amplíe la diferencia actual de un punto hacia la salvación. El presidente del Cádiz CF dice que lo tiene claro, si bien un mal resultado el domingo y que la masa social se vuelva hacia el palco precisamente no para ovacionar a los dirigentes puede provocar que la cuerda se rompa por el lado más frágil, el del entrenador.

Esta situación es una tensión controlada y casi oculta en la semana de trabajo de la plantilla. No se ve pero se respira lo que está pasando y lo que puede suceder si el domingo por la tarde el conjunto amarillo sigue con 15 puntos. A Sergio González le aprieta como el nudo de una corbata, y él de forma voluntaria o involuntaria traslada esa tensión al día a día de trabajo en las sesiones ya celebradas y las que le quedan en el estadio Nuevo Mirandilla -este jueves- y en las instalaciones de El Rosal -viernes y sábado- porque es ley de vida futbolística que el aire se corte con un cuchillo en estos escenarios.

El entrenador necesita de sus jugadores y estos saben que el futuro del 'jefe' depende de ellos. El planteamiento es claro esta jornada y hace tres meses, pero por una causa u otra se resiste esa victoria que pueda permitir ver las cosas desde un prisma de positividad. El descenso es una realidad tras caer en Granada, tanto como la posibilidad de que Sergio y algún jugador puedan estar ante su último partido en el Cádiz CF.

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