Cádiz CF: Sin actitud no hay paraíso
Atlético-Cádiz | El análisis
El equipo amarillo fue una presa fácil porque no opuso el mínimo de resistencia ni mostró carácter competitivo
El Cádiz CF hace el ridículo en Madrid (5-1)
Clasificación: El Cádiz CF vuelve a quedarse sin margen de error
Cádiz/La visita al Cívitas Metropolitano a esta altura de temporada, con el Atlético de Madrid lanzado, no era un plato de buen gusto para el Cádiz CF. Sin embargo, el equipo amarillo no fue capaz de tratar de arrebatar la 'comida' del plato y más bien entregó la cuchara a su rival para que la utilizara a su antojo, como así hizo. El equipo de Simeone destrozó al de Sergio, en juego y en resultado. Sólo un conjunto mostró hambre aunque el premio menor sea quedar por encima del Real Madrid dentro de una temporada gris. Pero ese apetito futbolístico resultó suficiente para morder una, dos, tres... y hasta cinco veces a un Cádiz CF que dejó en la capital de España las peores sensaciones.
Sergio González entendía que al Metropolitano debía acudir con gente menos castigada de piernas, dentro de las posibilidades, y que ese grupo enarbolara la ilusión en forma de bandera. Los partidos hay que jugarlos y aunque se pueda notar la diferencia entre todo un Atlético y la versión B o C del Cádiz CF, nunca se deben bajar listones como actitud, ilusión y hambre por competir. Si luego el marcador es adverso, pues se impone la lógica, pero dentro de unos cánones de saber estar en una cita en un campo de altura.
Lo que el equipo cadista dejó en el verde en la noche de este pasado miércoles ruboriza después del orgulloso 2-1 al Valencia. Y ruboriza por la falta de actitud de gente sin minutos que tendría que haber mordido la hierba desde el minuto 1. Si en un año complicado se presenta una oportunidad en un escenario como el Cívitas Metropolitano, eso se debe notar sí o sí. Es la única forma de demostrar a un entrenador que se está equivocando o que no está siendo justo del todo.
Sin embargo, después de forma en que se produce el 5-1, Sergio González tiene aún más claro con los que puede contar y con los que no a pesar de que en este último bloque ayer se ganaron un sitio jugadores que hace poco estaban con cantos de grandeza.
La decepción se escribe con mayúscula no por la derrota -lo más esperado con este enemigo enfrente-, sino por la manera, por la falta de carácter, por no competir, por no ir de verdad a un encuentro que vale tres puntos, iguales que los del Valencia. Sergio González bien haría en recordar a esos elegidos en el Metropolitano, ya que si se consigue la permanencia y él se mantiene como entrenador, por sus manos estará la decisión que afecta al futuro de esos futbolistas que han quedado muy retratados.
Ya no hay marcha atrás y la goleada frente al Atlético de Madrid debe quedar en páginas pasadas, en color oscuro, para que lo de la actitud no se vuelva a repetir. Se puede perder, se puede caer goleador, se puede hasta descender... pero con la cabeza alta y que los que se salven de la quema no sean un canterano y un delantero con la cabeza en otro destino desde hace muchos meses.
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