Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Cádiz/Era el 29 de junio de 2003 y el Cádiz CF se jugaba salir de Segunda División B después de nueve temporadas de caminar hacia ninguna parte. Segunda fase de ascenso en nueves años, lo que puede permitir la idea del sabor de fracaso que se vivió en muchas ocasiones. Pero el equipo amarillo, con un proyecto encabezado desde el banquillo por Jose González, dijo basta y en Las Palmas, en Canarias, en las Islas Afortunadas, tocó el cielo con un ascenso que resultó una locura allí y aquí. Hace ya 18 años.
La temporada 2002-03 fue compleja en una Segunda B con el Cartagena, Real Jaén, Melilla, Ceuta, Écija, Ciudad de Murcia o Linares como candidatos a lo máximo. Pero con el sufrimiento que habitualmente acompaña al Cádiz CF y con una plantilla repleta de canteranos (De Gomar, Javi Navarro, Muiños, Navas, Palacios, Abraham Paz, Sambruno, Sergio Iglesias, Víctor García, José Luis, Velázquez y Zurdo) Jose González y Alfonso Cortijo consiguieron meter al equipo en el play-off como cuarto clasificado. Se trataba de dar el salto desde un lugar en el que en aquellas liguillas tocaba un campeón (Universidad de Las Palmas), un segundo (Barcelona B) y un tercero (el histórico CD Logroñés). Fue denominado el grupo de la muerte.
CD Logroñés, 1 - Cádiz CF, 2; Cádiz CF, 2 - Barcelona B, 0; Barcelona B, 3 - Cádiz CF, 1; Cádiz CF, 2 - CD Logroñés, 1; y Cádiz CF, 0 - Universidad de Las Palmas, 0, dejó todo a la espera de la última jornada. Los de Jose pudieron ascender en el entonces Ramón de Carranza contra los canarios, pero el empate obligaba a jugarse todo en Las Palmas, donde era suficiente un empate. Así fue, 1-1 en el campo Juan Guedes y por fin a Segunda A.
No cabe duda que en aquel proyecto, encabezado como presidente por Antonio Muñoz, existía mucho sentimiento cadista por la elevada cantidad de canteranos y la presencia de otros como Armando, Zafra, Palacios o Varela, quienes entendieron a la perfección lo que suponía defender durante varios años la camiseta amarilla.
Jose González dio con la tecla llevando al Cádiz CF a un ascenso que fue una locura cuando acabó el encuentro en el Juan Guedes, con ese inolvidable abrazo de los fallecidos Paco Puig y Michael Robinson con Antonio Muñoz, así como la locura en el césped por un logro que durante muchos años pareció imposible. Se han consumado muchos ascensos importantes después de aquel de 2003, pero aquello fue una explosión de júbilo que se pudo vivir al aterrizar el equipo en el Aeropuerto de Jerez, donde los cadistas se contaban por miles dentro y fuera de la terminal. Una caravana de vehículos acompañó al autobús del equipo por la autopista rumbo a la capital gaditana, donde por la noche Cádiz festejó como pocas veces el final de una pesadilla que duró casi una década.
Hace 18 años que se dejó por primera vez atrás la Segunda B, esa categoría que tanto ha marcado al cadismo en diferentes etapas y que supuso un freno a los mejores años del Cádiz CF en la elite. Fue el primero y luego han seguido dos ascensos más a Segunda A, pero como el de aquel 29 de junio de 2003 será difícil de repetir. Los privilegiados de vivir aquel logro aún sentimos el corazón de Cádiz y del Cádiz CF latir como nunca. Hace ya 18 años.
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