El Cádiz CF entra en su fase 2: arranca la segunda pretemporada del curso
El Cádiz CF y el coronavirus
Los jugadores ya se entrenan en solitario en El Rosal entre estrictas medidas de seguridad
Cádiz/El sábado 9 de mayo empezó la cuenta atrás para el regreso del Cádiz CF a la competición oficial. El equipo amarillo reanudó los entrenamientos en la Ciudad Deportiva de El Rosal (en el término municipal del Puerto Real) un día después de conocer los resultados de las pruebas del coronavirus que realizaron el pasado miércoles jugadores, técnicos y empleados esenciales en el retorno a la actividad. Todos dieron negativo y los futbolistas empezaron a trabajar sin incidencias.
Con la conocida ausencia del defensa central Fali, quien se niega a unirse al grupo por temor a un contagio, el Cádiz CF comenzó su segunda pretemporada del curso 2019/20, una situación jamás vista en una sola campaña. El objetivo es llegar lo mejor posible al reinicio del campeonato, que en principio está previsto para la segunda quincena de junio.
Los jugadores trabajaban en sus respectivos domicilios hace casi dos meses y, como el resto de los componentes de otras escuadras, no tienen la forma física adecuada para desenvolverse en los partidos en las mejores condiciones. Es necesario un periodo de preparación de un mes como mínimo. A partir de ahora se entrenan en El Rosal. Las instalaciones han recibido un profundo proceso de desinfección que ha incluido un tratamiento de choque mediante nebulización y pulverización.
El primer paso es hacer ejercicios en solitario en la denominada fase dos del fútbol. La desescalada ya está en marcha. El plan está establecido en tres turnos distribuidos por la mañana con sesiones individuales con una duración aproximada de una hora y planes personales de trabajo entregados el día antes por el preparador físico, Miguel Ángel Campos.
Dos son los campos que utilizan, el 1 y el 4, ambos de césped natural y delimitados por zonas para que no haya contacto entre los jugadores.
Los futbolistas llegan en sus vehículos ataviados con la ropa de entrenamiento y tal como acaba la sesión vuelven a su domicilio sin ni haber pasado por los vestuarios. Se duchan en casa. Lo único que pueden hacer antes de marcharse es recoger una bolsa con la ropa de trabajo del día siguiente.
El trabajo se desarrolla con unas estrictas medidas de higiene y seguridad. Las sesiones son a puerta cerrada y sólo pueden acceder a El Rosal las personas que han pasado las pruebas médicas, todas con mascarillas y guantes.
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