El Cádiz CF, ante el 'cierre' de El Rosal
Cádiz CF
El club tendrá un problema serio cuando se produzca el aislamiento del equipo en la ciudad deportiva
¿Cómo se compatibilizará ese exigente protocolo con el trabajo de los conjuntos de la cantera?
Cádiz/Partiendo de la base de que el primer equipo del Cádiz CF es el que mantiene económicamente toda la estructura deportiva hasta las categorías inferiores, los acontecimientos que se pueden producir en las próximas semanas o meses en cuanto al aislamiento obligado de la plantilla profesional en su lugar de entrenamiento, abre un escenario lleno de incertidumbre. ¿Qué sucederá con los 12 conjuntos restantes que dependen de la entidad y que tienen su epicentro, la mayoría de ellos, en las instalaciones de El Rosal?
La prioridad desde el deporte rey es que la pelota vuelva a rodar una vez que las autoridades sanitarias den para ello el visto bueno. Pero eso sucederá bajo un protocolo exigente a más no poder para evitar que aparezca un contagio entre los protagonistas del fútbol profesional. Ese protocolo describe claramente la necesidad de aislar a las plantillas en su lugar habitual de trabajo. Trasladando esto al Cádiz, estamos hablando de El Rosal como el lugar estratégico que debe ser cerrado a cal y canto para Álvaro Cervera y sus ayudantes -cuerpo técnico-, los jugadores y la mínima presencia de la dirección deportiva.
He ahí la cuestión. ¿Qué va a suceder con los demás equipos de las secciones inferiores que a diario utilizan para entrenar el recinto ubicado en el término municipal de Puerto Real? ¿Dónde van a jugar sus encuentros como local? No cabe duda que parece una cuestión secundaria cuando se trata de que arranque la maquinaria del plantel profesional, el motor que tira de todo.
Sin embargo, la cuestión es peliaguda en el caso del filial, un equipo de Segunda División B que prácticamente cuenta con un tratamiento profesional. ¿En qué lugar se ubicará en este protocolo asfixiante pero necesario para que vuelva la competición?
Desde el Cádiz, lo primero será ajustar las piezas necesarias para que Cervera y sus chicos puedan encontrar las condiciones requeridas en el día a día en la ciudad deportiva. Una instalación que sería sometida a un control férreo de acceso y uso. Si, por ejemplo, por la mañana se encuentran allí entrenando los jugadores, técnicos y ayudantes del primer equipo (algo más de 30 personas), resulta complejo que eso se compatibilice con la presencia del Cádiz B (otras 30 personas).
La cuestión es más profunda de lo que parece, ya que si por la mañana se han intentado mantener todas las zonas comunes con la desinfección que requiere la alerta, ¿como se hace para que por la tarde acuda a El Rosal a entrenar un chorreo de jugadores y técnicos de los equipos de la cantera?
No es un disparate que la ciudad deportiva quede reservada exclusivamente para el primer equipo y, a lo mejor, para el filial. Eso sí, con entrenos a horas totalmente diferentes y sin acceder un equipo en aquellas zonas que haya utilizado el otro.
Del Balón de Cádiz hacia abajo estarían los tres conjuntos juveniles, dos cadetes, dos infantiles, dos alevines y dos femeninos. Muchos equipos para reubicar en cuanto a entrenamientos y partidos. Pueden abrirse escenarios de lo más variopinto, como el alquiler de campos e intercalar esas sesiones con otras en la playa; algo así como se hacía hace bastantes años.
Tampoco ayuda la configuración de los equipos base, con jugadores que llegan desde diversos puntos de la provincia porque ni mucho menos son mayoría los de Cádiz capital. La movilización es notable a diario para entrenar y competir.
No cabe duda que esta cuestión es ahora mismo menor ante la dimensión de tener parado al líder de Segunda A, aunque más pronto que tarde será un problema que tendrán encima de la mesa todos los clubes profesionales.
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