Cádiz CF: el día que Sevilla fue una playa
El análisis
El equipo amarillo se aprovecha de su máxima necesidad y de la falta de intensidad de su rival para ganar, por primera vez en 55 años, en el Ramón Sánchez-Pizjuán
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Parece muy complicado que el Cádiz CF se vuelva a encontrar un escenario como el que gozó para competir este pasado miércoles en el campo del Sevilla FC, donde no había ganado jamás en las 22 comparecencias anteriores desde 1969 que es cuando se vieron las caras por primera vez ambos equipos. No será fácil que la historia vuelva a poner frente a frente a un conjunto gaditano en situación extrema y a un equipo sevillano con tantísima relajación por no tener nada en juego en una campaña en la que se ha tenido que conformar con evitar el descenso a Segunda.
Puede sonar feo, pero es lo que se encontró el Cádiz CF en el Ramón Sánchez-Pizjuán: una playa. El equipo del barrio de Nervión se distingue por una intensidad absoluta, sobre todo ante una afición exigente como es la suya, y de no facilitar que el rival dispare a portería hasta en 15 ocasiones en un partido. El Sevilla puede empatar o perder como le ha sucedido esta temporada en demasiadas ocasiones porque su proyecto no da para más, pero no es habitual la bajada de brazos y quedar a merced de un adversario, el cadista, que es inferior.
En favor del Cádiz CF hay que colocar que fue de verdad a por el partido, con graves carencias en la finalización -evidentemente la falta de gol es uno de los motivos que tiene al equipo anclado en la zona de descenso-, y que desde el minuto 1 tenía asumido que para ganar no podía esperar sólo al error del enemigo estando encerrado atrás.
Los amarillos mandaron en el encuentro en muchas fases y tuvieron demasiada facilidad para alcanzar el área del Sevilla por el centro, los extremos e incluso en centros laterales, algo que con el Sevilla jugándose las 'papas' hubiera sido difícil de ver. El conjunto de Pellegrino puso toda la carne en el asador con sus carencias, que las tiene y muchas, pero con unas ganas enormes de ver moverse el casillero visitante del marcador.
Ante una situación agónica en la que sólo vale ganar, es la imagen que se espera para hacer los deberes. Ha existido suerte con llegar al cruce con el equipo de Quique Sánchez Flores sin que éste se juegue algo. Una calma que pocas veces gusta en la grada, pero que este miércoles era esperada. Sirva como ejemplo las declaraciones de Sergio Ramos al término del partido hablando del "vecino andaluz", cuando el cadista de cuna sabe que en el Sánchez-Pizjuán no quieren al Cádiz CF ni en pintura. Y así lo muestra la historia.
El conjunto gaditano debe aprovechar sus momentos, y esta última jornada en el barrio de Nervión tenía el suyo para hacer lo único que le queda y que está en sus manos; el resto es cuestión de terceros. Pero que nadie lo olvide: el 15 de mayo de 2024 Sevilla fue una playa.
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