Un Cádiz CF gris no pasa del empate en El Arcángel (1-1)

El Cádiz CF no pasó del empate (1-1) en Córdoba en su sexto ensayo de la pretemporada, en este caso el I Trofeo Puertas de Córdoba. La tanda de penaltis decidió y el único fallo de los locales, en el quinto lanzamiento, trajo la copa para la Tacita.

Sergio González montó un primer once con mayoría de jugadores que apuntan a no ser titulares en las primeras semanas de competición, destacando la presencia de Luis Hernández para dar fe de la buena recuperación del central, un futbolista muy importante. Promesas como Carlos García, Mwepu y De la Rosa tuvieron sus minutos de inicio.

Lo cierto es que hay que hablar de un primer periodo muy gris de un Cádiz CF que, hasta el descanso, estuvo como su camiseta: negro. Poca velocidad al juego, escasa verticalidad y apenas una llegada hasta el descanso teniendo enfrente a un rival de Primera Federación. Por destacar, un centro de Zaldua con la zurda que Mwepu cabeceó alto. Ahí empezó y acabó la aportación ofensiva de los visitantes.

Al equipo gaditano le costaba dar buena salida al balón y resultaba vulnerable en defensa por ambas bandas. El ex cadista Kike Márquez estuvo muy activo por la izquierda dispuesto a dar la noche a Sobrino y Zaldua. Precisamente de botas de Márquez nació una buena llegada cordobesista que acabó con el esférico por encima del travesaño. El equipo de otro ex amarillo, Iván Ania, se prodigaba con más frecuencia en el área de David Gil, y lo cierto es que acumuló más mérito para inaugurar el marcador en el primer acto.

Álex Sala, Diarra y un muy activo Carracedo eran los pilares de la estructura local en la zona ancha, donde sufría el equipo de Primera para encontrar espacios e ideas con las que ver de cerca la cara de Lluis.

La realidad es que el cero a cero se impuso al llegar el 45’ y que la lectura en lo que respecta al Cádiz CF dejaba mucho que desear. El margen de mejora, hasta ese momento, era enorme y preocupante a nueve días del debut liguero.

El paso por vestuarios trajo cambios de nombres y posiciones, pues la entrada de Fede por De la Rosa envió a Álex al costado izquierdo, quedando Bastida por delante de la zona ancha al retirarse Mwepu. Meré también dio el relevo a Luis Hernández.

Le costaba pero el Cádiz CF tuvo mayor capacidad para generar peligro. Lucas Pires estuvo con más chispa y de hecho un regate hacia el interior dio paso a un chut con su pierna menos buena, la derecha, cuyo rechace de la zaga lo cabeceó Sobrino con la mala fortuna de que el balón golpeó en el cuerpo de Bastida.

Algo estaba cambiando en el Trofeo Puertas de Córdoba para beneficio gaditano. El equipo de casa ya no llegaba tanto y la voluntad cadista era otra para marcar la teórica diferencia respecto a un conjunto dos categorías inferior.

Pero el tramo final trajo la acción absurda en un agarrón de Iza dentro del área estando el rival casi de espalda a portería. Gudelj, con pasado en el filial amarillo, lanzó al centro y superó a un David Gil que se había tirado a la izquierda.

Seguidamente Sergio González puso toda la carne en el asador y sacó a la artillería para evitar el descalabro. Y bien que lo logró en el 86', con una llegada de Javi Hernández cuyo centro dio en el poste y el rechace lo envió al fondo de la red Darwin Machís.

Hasta el final, el Cádiz CF llevó el peso del juego con más corazón que cabeza pero con superioridad técnica, lógica entre uno y otro. Pero el marcador no volvió a moverse y quedó todo para la tanda de penaltis, donde el equipo gaditano marcó sus cinco lanzamientos y Gudelj falló el último por parte del Córdoba.