Cádiz CF: Las dos lecturas de los últimos 36 días

Cádiz/Lejos empieza a quedar el 13 de noviembre, día en el que se detuvo la competición oficial para el Cádiz CF y para el resto de equipos de Primera División, y cada vez está más cerca el retorno del fútbol de los puntos y la apertura del mercado de invierno. Los 36 días transcurridos desde el ridículo copero frente al Real Unión no han dado para mucho, al menos es la sensación, sin discutir la labor que se esté realizando desde el área deportiva del club.

El mes largo que ha pasado desde aquella cita en el Stadium Gal, eleva dos lecturas que de manera inevitablemente han estado sobre la mesa del cadismo mientras el Mundial ganado por Argentina mataba las penas por la ausencia del fútbol de andar por casa. Por un lado, el hecho de que 36 días después solo parezca seguro que Raúl Parra dará por concluida su cesión al Mirandés para cubrir la vacante existente en el lateral derecho de la plantilla profesional, dice poco en favor de lo que espera la masa social para un equipo que se fue al parón en puesto de descenso. Por otro lado, la aparición de nombres cercanos a la puerta de salida (Awer Mabil, Antonio Blanco, Tomás Alarcón...) invita a razonar que, al menos, algunos de los huecos que puedan provocar esas bajas serán cubiertos con los tan necesarios refuerzos.

Sin embargo, en ese vaivén de tratar de ir y venir a las puertas de la segunda ventana de incorporaciones, resulta llamativo que quizás no se haya aprovechado el parón mundialista para mover fichas con destinos fijados y decisiones con mayor firmeza. Es posible que tras la puerta del presidente existan esas gestiones, pero la afición del Cádiz CF sigue aguardando ver hechos consumados.

Raúl Parra es una elección con cierto porcentaje de lógica porque el zaragozano jugó en el filial y procede ahora de un equipo de Segunda División A, el Mirandés, en el que está cedido desde el pasado verano. Conoce la casa y a Sergio y, siendo objetivos, no desentonó cuando apareció por el primer equipo el curso pasado. Pero otro cuestión distinta es que repescar a un canterano sea un mensaje ambicioso a los cuatro vientos.

La masa social pide, exige y espera que se cumpla lo que hace falta. Esos seguidores dieron el paso al frente en la primera pretemporada de este curso para renovar el compromiso con un sentimiento llamado Cádiz CF, a través del carné de abonado, y ahora aguardan a que se produzca una respuesta clara de la entidad en cuanto a las caras nuevas que eleven el nivel de la plantilla. Un equipo en puesto de descenso después de 14 jornadas tiene carencias.

La lectura del momento de despacho que vive el Cádiz CF se puede entender como aquello del vaso medio lleno cuando se sabe que futbolistas como Mabil, Blanco y Alarcón podrían dejar el equipo. Tres salidas que dejarían espacio libre para los anhelados fichajes. Hay otros casos como Arzamendia, deseoso por tener minutos en otra parte, si bien es una tema al que da poco debate la cúpula del club gaditano. Y el de Lucas Pérez, que puede ser un quebradero de cabeza entre el verdadero deseo del jugador y la postura del equipo que a día de hoy le paga.

El próximo día 30 el equipo de Sergio González recibirá al Almería -rival directo por la permanencia- y los tres primeros puntos tras el Mundial -en este caso algo más que tres puntos- estarán sobre la mesa. Un encuentro trampa por las sensaciones que pueda dejar; es decir, un triunfo de los amarillos iría de la mano con las 'gestas' de haber vencido al Manchester United y a la Roma en sendos amistosos, con el consiguiente posible error de "tenemos una buena plantilla". Sería duro y comprometido sufrir un mal resultado contra los almerienses, si bien podría ayudar a abrir los ojos y los bolsillos ante una realidad que tiene poca discusión: el Cádiz CF necesita refuerzos.