El Cádiz CF y la montaña rusa que le impide salir de la zona de descenso
El equipo amarillo no da con la tecla de la regularidad
El dato clave de la derrota en San Mamés
Cádiz/El Cádiz CF empezó con mal pie la segunda vuelta de la Liga. No sólo perdió en San Mamés en el duelo contra el Athletic de Bilbao correspondiente a la vigésima jornada, sino que además lo hizo con un marcador abultado, 4-1, pese a que estuvo más de media hora sobre el césped con un futbolista más. Los de casa ni siquiera necesitaron sacar su mejor versión. Le bastó con eficacia en el remate ante una defensa bizcochable.
La derrota puede considerarse como un hecho que forma parte de la normalidad dada la diferencia deportiva y económica que hay entre uno y otro. El Cádiz CF es un modesto ubicado en zona de descenso que se presentó en el terreno de uno de los tres equipos que siempre han estado en Primera División y que pelea por agarrarse a una plaza europea.
Otra cuestión es la forma de caer. Tuvo que ser el Cádiz CF el que resucitó a un Athletic que acumulaba tres derrotas seguidas y cinco partidos sin vencer en los que sólo había marcado un gol. Reaccionaron los leones, pero a costa de un tierno adversario vestido de amarillo. Demasiado blando.
Y es que el conjunto de Sergio González volvió a las andadas. Se olvidó de que los partidos duran noventa y tantos minutos. Ha adquirido la mala costumbre de desplegar un buen juego al principio y decaer con el paso de los minutos. De más a memos y a merced del oponente.
El Cádiz CF comenzó muy enchufado el encuentro en la Catedral. Desarrolló un buen juego colectivo y reacción al primer gol de los locales con el tanto del empate. Pero de poco le valió todo lo anterior cuando a partir de la media hora empezó a diluirse hasta el punto de regalar dos goles antes del descanso que fueron decisivos en la resolución del choque.
En la segunda parte, cuando se vio en superioridad numérica durante más de media hora, fue incapaz de hacer daño a un rival que, con uno menos, incluso aumentó su ventaja para dar la puntilla.
La secuencia es repetida. El equipo empieza con energía pero se desinfla, incapaz de sostener una línea de continuidad. Le sucedió lo mismo en los partidos contra el Almería y el Elche (más allá de la negligencia del VAR), en los que se le escaparon en casa cuatro puntos de oro, y también en Sevilla, donde se acobardó en la segunda parte hasta el gol postrero que le impidió llevarse un punto.
La inconstancia es un problema que persiste en un Cádiz CF del que se puede esperar lo mejor y lo peor en un mismo partido. No es fácil que complete un buen encuentro de principio a fin. Lo consiguió en casa ante el Mallorca (2-0) en la mejor actuación de la temporada, pero se trata de un hecho aislado en los últimos tiempos. En Valencia (0-1) supo resistir con un férreo entramado defensivo tras un gol tempranero.
El Cádiz CF vive en una montaña rusa que dificulta su salida del pozo en la clasificación, metido entre los tres últimos puestos desde el arranque del campeonato. Ahora le toca dar su mejor versión el próximo viernes 10 de febrero frente al Girona en el estadio Nuevo Mirandilla en un envite casi a vida o muerte por la permanencia en Primera División, con escaso margen de error para los gaditanos en un momento complicado de la temporada 2022/23.
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