El Cádiz CF repite la secuencia de la pasada temporada
El conjunto gaditano vuelve a perder cuando ya no se juega nada
Cádiz/El Cádiz CF puede presumir de ser una temporada más un equipo de Primera División después de conseguir la permanencia de manera holgada. Se la ha ganado a pulso y antes de los que mucho podía pensar.
El conjunto amarillo, una vez que ha cumplido el objetivo, se quita al traje de faena y se enfunda la bata y las zapatillaspara asistir desde el sofá a los últimos encuentros del campeonato.
El Cádiz CF se presenta a los partidos pero no compite al cien por cien, como un cuerpo sin alma. Los resultados están a la vista. No es normal que el Osasuna y el Elche le hagan tres goles cada uno. El cuadro alicantino marcó tres tantos en la segunda parte cuando acumulaba tres envites seguidos sin ver puerta.
La dinámica perdedora se instala en el vestuario cuando ya tiene el trabajo hecho. La sombra de la relajación se agiganta y los marcadores no se ajustan a la lógica.
El Cádiz CF repite la secuencia de la pasada temporada cual día de la marmota. En julio de 2020, tras la gesta del ascenso a Primera División (regresaba después tres lustros de ausencia) hizo lo mismo.
Una vez amarrado el ascenso, el equipo se dejó llevar en las dos jornadas restantes para finalizar la Liga. Entre las rotaciones en las alineaciones y la falta de intensidad, el Cádiz CF cosechó un par de derrotas que se unieron a la que sufrió un día antes de subir. El 11 de julio cayó (0-1) ante el Fuenlabrada y el día 12 confirmó el salto a la élite tras la derrota del Zaragoza.
No puso interés el cuadro gaditano el 17 de julio en su visita a un Girona que se estaba jugando el billete para el play-off. En Montilivi perdió 2-1 sin presentar batalla.
Tres días más tarde, en la jornada de clausura en el estadio Carranza, un Cádiz CF nada competitivo se dejó los tres puntos (0-1) ante un Albacete que necesitaba ganar para salvar la categoría.
La historia se repite diez meses después. El Cádiz CF no se juega nada y pierde (3-2) en el terreno de un Osasuna que también ha completado su tarea.
Vuelve a caer en casa (1-3) cinco días más tarde frente a un Elche que se está jugando la vida en la zona trasera de la clasificación. Las sensaciones son las mismas: inapetencia competitiva, relajación, con la mente en las vacaciones… Y todavía que un partido para la clausura del curso.
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