El Cádiz CF sobrevive a balón parado y no despeja las dudas

Cádiz/El encuentro entre el Mallorca y el Cádiz CF disputado la noche del miércoles 29 de noviembre se resolvió con un empate (1-1) que permitió a los amarillos conservar la 16º posición en la clasificación y no ser superados por el adversario que ocupa la 17ª.

La victoria era el objetivo, la derrota hubiese sido un desastre y se impuso el término medio que fue un empate que el cuadro visitante aceptó de buen grado porque jugaba lejos de su feudo frente a un adversario muy necesitado.

A la espera de la ineludible reconciliación con el triunfo, el Cádiz CF sigue teniendo mucho margen de mejora que es precisa para poder sumar de una vez de tres en tres. Sin victorias no es posible la permanencia en la máxima categoría.

Y es que si el conjunto gaditano salió vivo de Son Moix fue gracias a una acción puntual a balón parado. Una genialidad de Rubén Alcaraz en el lanzamiento de un libre directo puso el 0-1 antes del primer cuarto de hora y partir de ahí comenzó la defensa a ultranza del resultado en un duelo bronco entre dos rivales en apuros. El empuje de los locales propició la igualada antes del intermedio.

Afloraron los nervios en determinados momentos con todo lo que había en juego. El que perdiese podía quedar muy tocado. Para el Cádiz CF era casi más importante no perder que vencer y en este caso el empate le viene mejor que al Mallorca. El equipo andaluz quedó conforme y el insular insatisfecho.

El ejercicio de supervivencia no oculta la realidad de un equipo que no termina de borrar el largo rastro de dudas que se extiende sin freno en los últimos tiempos. Se vio a un Cádiz CF entregado en cuerpo y alma a las maniobras de destrucción pero con enormes limitaciones en la misión ofensiva.

El buen trabajo de contención, acompañado de instantes de sufrimiento, contrastó con la nula conexión en ataque. Una vez que Abdón Prats marcó el tanto del empate, el equipo de Sergio González no llegó a dar la sensación (salvo una clara ocasión de Álex Fernández) de poder conseguir su primer éxito a domicilio de la temporada. A estas alturas de las campañas anteriores desde su último retorno a Primera División ya había ganado lejos de casa.

Los problemas en ataque del Cádiz CF son evidentes. Hay poca imaginación en campo contrario. Le cuesta un mundo generar peligro, apenas enlaza pases en tres cuartos y los remates a puerta son escasos como se vio una vez más en Palma. La ausencia de futbolistas que desequilibren en acciones individuales es un problema. Falta un plus de calidad. La mayores esperanzas están puestas en Brian Ocampo, que va entrando poco a poco después de una larga lesión y necesita tiempo para alcanzar un pico de forma óptimo.