Cádiz CF: Sin tiempo para lamerse las heridas

CÁDIZ CF-REAL MADRID | EL ANÁLISIS

Los amarillos deben pasar página a lo sucedido ante el Real Madrid porque el sábado espera el Valladolid

Desolación en los cadistas después de encajar uno de los goles ante el Real Madrid. / Jesús Marín
F.J.D.

22 de abril 2021 - 13:31

Cádiz/El fútbol es un reloj que no para para lo bueno ni para lo malo. Es el tiempo el que retiene los momentos dulces y el que va borrando los más amargos. En la noche del miércoles al Cádiz CF le tocó lo segundo a pesar que era más que previsible una derrota ante todo un Real Madrid. Sin tiempo para lamerse las heridas, los amarillos saben que el sábado en Valladolid estarán en juego tres puntos que pueden valer una permanencia.

A pesar de que la lógica tomó todo el protagonismo en el estadio Ramón de Carranza, con un 0-3 incontestable, hay cierto sabor amargo por el desarrollo de los hechos. Es decir, el Real Madrid es superior al Cádiz CF como bloque y jugador por jugador, pero es inadmisible que se le facilite tanto el trabajo con acciones puntuales que pueden ser evitables. Para muestra, los dos primeros goles; un penalti tan claro como absurdo y una incapacidad para defender con entereza como se le vio a Iza Carcelén ante Marcelo y Nacho, el origen del segundo tanto. El colmo del día para olvidar del portuense es que habilitó a Benzema al romper al fuera de juego de éste para que pusiera rúbrica al tercero.

Si el Real Madrid es un potencial al que se le puede oponer poca discusión, perder la concentración y las formas tan fiables en materia defensiva es una tumba para el Cádiz CF. Álvaro Cervera es el primero que lo sabe, de ahí a su profundo malestar no sólo por la derrota, sino las formas. Hay que tener presentes que no es lo mismo que esa cadena de fallos se haya producido el miércoles ante un candidato a ganar la Liga y la Champions, a que pueda suceder el sábado en Zorrilla, por donde pasa la salvación.

La lectura más favorable para el cadismo se comprende entre los minuto 1 y 29. Casi media hora con el conjunto de Zinedine Zidane sin saber cómo hincarle el diente a su enemigo. Un Cádiz CF cómodo como pocos en ese papel de sufridor que tan bien se le da. Esa barrera del minuto 30 era clave para aspirar a llegar al descanso con la igualdad inicial, que hubiera sido de enorme mérito y hubiera aportado décimas al sueño de repetir algo como lo de Valdebebas en la primera vuelta (0-1).

Cuando el viento era favorable el dibujo de los amarillos mostraba a un Cádiz CF como una máquina perfecta; Jonsson y José Mari tuvieron claro que el experimento obligado de los blancos en la zona ancha no les dejaba levantar el pie un ápice a la concentración y el cierre de espacios. Negredo y Rubén Sobrino esperaban con la lucha aérea como carta de presentación y siempre atentos a echar un mano en labores alejadas de lo ofensivo. Salvi trabajaba con la 'moto' a punto para cuando fuera preciso arrancar con toda la velocidad. Y la defensa era un bloque compacto, incluido Iza, quien después del penalti se desconectó del encuentro como posteriormente fueron haciendo sus compañeros.

La ventaja en el marcador puso de relieve que el Cádiz CF debe ser fuerte de mente. Es complicadísimo igualarle un encuentro a un grande pero tampoco se puede arrojar la toalla hasta el punto de que si hubiera sido un Real Madrid más ambicioso y con otros jugadores que se quedaron en la capital de España le hubiera pintado la cara a base de bien al conjunto de Cervera. Se puede perder, más aún con el rey de Europa enfrente, pero cuidado con las maneras y los errores que un conjunto gaditano tan limitado no puede permitirse.

No cabe duda que después del primer gol se abrió otro partido en el Ramón de Carranza, con un equipo muy cómodo y seguro contra otro descolocado, perdido y dando muestras de una fragilidad psicológica preocupante. Lo de preocupante es pensando en el Valladolid, para que en Pucela no suceda lo mismo si el marcador también se pone en contra.

A todos los entrenadores con principios lógicos en el balompié les molesta a rabiar que una acción a balón parado de ataque, bien sea un córner o un saque de banda, acabe en un gol en contra. Antes de que Iza pisara por detrás a Vinicius, el juego se desarrollaba en el área madridista gracias a un saque de esquina del Cádiz CF. De esa posibilidad de hacer algo ante la portería de Courtois se pasó al 0-1. Cuando otro error da paso al segundo gol, queda de manifiesto que la concentración se va de manera inesperada del bando cadista.

Las heridas son más dolorosas que graves después del 0-3 porque el grande hizo lo justo para ese premio, servido en bandeja por el equipo pequeño. Pero no hay tiempo para lamerse esas heridas dentro de ese reloj de la temporada que no para y que fija para el sábado el próximo examen. Esta vez frente a un adversario de la 'misma Liga', el Valladolid. El 0-3 deja ya dos víctimas seguras, pues Jonsson y Salvi están sancionados y el Cádiz CF tendrá que reinventarse sin dos futbolistas muy importantes esta campaña.

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