Lo mejor y lo peor del Cádiz CF en el arranque de la segunda vuelta

El equipo amarillo vuelve a ser el equipo menos goleado de la Liga, aunque se atasca contra un adversario encerrado en su parcela

Iván Alejo trata de escaparse con el balón de dos jugadores de la Ponferradina.
Iván Alejo trata de escaparse con el balón de dos jugadores de la Ponferradina.
J.J.N.

05 de enero 2020 - 14:54

Cádiz/El comienzo de la segunda vuelta y del año 2020, que llegaron de la mano, se saldó con un empate del Cádiz CF en el terreno de la Ponferradina, un rival que atraviesa un dulce momento de forma (encaraba el duelo después de vencer en el estadio del Almería). El conjunto amarillo no ganó pero tampoco perdió. Dar un paso a domicilio, aunque sea pequeño, es importante antes de regresar al hogar.

El Cádiz CF ofreció sensaciones buenas y otras no tan buenas en la 22ª jornada de Liga que disputó en Ponferrada.

LAS NOTAS POSITIVAS

Pese a no poder celebrar una victoria y a sumar un solo punto de los últimos seis (empate en Ponferrada tras caer en casa ante el Numancia), el Cádiz CF domina el campeonato con cierta holgura y sostiene una ventaja de ocho sobre el tercer clasificado. Un amplio colchón de seguridad en plaza de ascenso directo. Una semana más.

El Almería, segundo en la tabla, se acerca al líder (se coloca cinco puntos), pero la que de verdad importa es la diferencia sobre el tercero, el Huesca, y esa sigue siendo considerable. Aunque restan todavía 20 jornadas, una hoja más arrancada del calendario y todo continúa igual que al final del pasado 2019.

La escuadra entrenada por Álvaro Cervera dejó la portería a cero y demostró que el desastre frente al cuadro numantino obedeció a un mero accidente sobrevenido por una cadena de acontecimientos adversos amontonados en pocos minutos.

En El Toralín cerró la portería, un asunto nada menor, y el Cádiz CF recupera la bandera de equipo menos goleado de la Liga que comparte con el Huesca, ambos con 19 tantos recibidos en 22 partidos (un promedio inferior a uno por en encuentro).

Las opciones de éxito pasan por la eficacia de la defensa. Esa es la filosofía de los amarillos desde el esperado retorno a la categoría de plata. Los de Cervera mantuvieron a raya a su contrincante, recuperaron su habitual estado de solidez y cuando apareció el incombustible Yuri se topó con Alberto Cifuentes, otro viejo rockero que brilló con luz propia.

La aportación del portero fue una de las notas destacadas del Cádiz CF en la fría sobremesa de Ponferrada. Para el recuerdo queda el paradón que hizo el capitán en la recta final, una de las acciones que formarán parte del resumen cadista de la temporada. Esa intervención supuso un punto que hizo justicia porque los gaditanos no merecieron la derrota. El empate fue el resultado más acorde con la realidad de los hechos después de haber tenido posibilidades de ganar y perder.

Otra buena noticia fue el regreso de Juan Cala, puntal en la zaga que tras dos meses y medio fuera de la competición retomó la actividad con un elevado nivel, líder de la defensa.

Una de las claves del liderato es que el Cádiz CF nunca encadena dos derrotas consecutivas. Después de un varapalo puntúa en la siguiente jornada. Cayó 3-0 en Alcorcón y después empató en casa (0-0) ante el Deportivo de La Coruña. Regresó de vacío de Albacete (1-0) y de inmediato se impuso 3-1 al Sporting de Gijón. Sufrió un revés en Fuenlabrada e igualó ante el Elche sin goles. Y tras ceder 2-4 ante el Numancia sumó punto en El Bierzo.

LO MENOS BUENO

Los amarillos se vieron envueltos en El Toralín en un atasco en ataque del que no consiguieron escapar. Dieron un paso al frente en la segunda parte con balones a Alberto Perea pero no hubo manera de derribar el muro defensivo leonés, compuesto por cinco hombres más las constantes ayudas de sus compañeros.

No marcar significa no vencer y en ese caso el empate es la única alternativa posible. Todo queda a expensas del funcionamiento del sistema defensivo.

El paso del líder por El Toralín deja el mal sabor de boca de una nueva expulsión, la segunda seguida. Cabe preguntarse si los jugadores han recibido instrucciones precisas de no meterse en líos cuando están sobre el césped y si las están cumpliendo, porque la actitud de Luismi Quezada carece de una lógica explicación.

Cervera expuso tras la roja que Salvi vio ante el Numancia que no había que dar oportunidad a que los árbitros se equivocasen y Quezada, con su protesta al auxiliar de banda, se lo puso en bandeja a Pulido Santana para que el colegiado le mostrase la segunda cartulina, que acarreó la expulsión.

Con un futbolista menos en los últimos minutos, el Cádiz CF no sólo se quedó sin opciones de ganar sin que casi perdió el punto que nunca había peligrado hasta entonces. El lateral izquierdo, que había cumplido su trabajo en su primera titularidad, desperdició su oportunidad porque irá a la grada la próxima jornada si se confirma la sanción por parte del Comité de Competición.

La visita a la provincia de León deja como efecto colateral tres bajas para el siguiente compromiso liguero (contra el Mirandés el miércoles 15 de enero a partir de las nueve de la noche), todos por motivos disciplinarios. Quezada fue expulsado, mientras que Fali y Garrido vieron la quinta amarilla y tendrán que descansar.

Una situación que preocupa es el empeño de los rivales en encerrarse conscientes de las dificultades de los gaditanos cuando no hallan espacios para correr. Es lo que se van encontrar cada semana. Un muro tras otro. La batalla por el ascenso pasa por la destrucción del dique de contención del adversario de turno. No es una tarea que se le dé bien al Cádiz, pero es lo que hay.

Aunque el líder no esté más de dos partidos de sin perder, tampoco lo está sin ganar hasta la fecha. Enlaza un par de duelos sin la alegría de un triunfo y ahora está obligado a sumar tres puntos en la cita más inmediata para no romper la secuencia que desarrolla desde el comienzo de una temporada de momento intachable.

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