Repertorio con premio (0-3)
Numancia-Cádiz CF · la crónica
El conjunto amarillo se agarra a la tercera posición con una contundente victoria fraguada en una sólida segunda parte, en la que marca tres goles y aprovecha la expulsión de un rival
Parecía una jornada propicia para que el Cádiz perdiera el tercer puesto que lleva disfrutando desde hace varias semanas. No va seguir siempre ahí, pensarían muchos. Pues ahí continúa una semana más. Que le quiten lo bailado. El sábado habían ganado Tenerife y Getafe y empatado el Oviedo, que habían dormido por delante de los gaditanos en la clasificación. Pero cualquiera le quita esa plaza de privilegio a un equipo que se agarra a ella con una fuerza inesperada empeñado en liderar la otra Liga, en la que no figuran Levante y Girona, lanzados sin freno hacia Primera División.
El Cádiz demostró ayer que está diseñado para la batalla de la promoción. Otra cosa es que consiga mantenerse hasta el final. Pero ahí está en la pomada, codo a codo con los más fuertes en modo resistente. Con su pegada recuperada. Con sus sistema intocable de velocidad de vértigo. Aguanta el asedio de sus rivales directos y se quita a uno de encima con un golpe de autoridad digno de un aspirante a todo. El Numancia estaba a cinco puntos, esperaba acercarse y se queda descolgado a ocho, con el goal average favorable a los de Álvaro Cervera, que ayer dieron un golpe de efecto en una demostración de que los que quieran quitarle ese tercer puesto van a tener que sudar tinta. Cuando más complicada se tornaba la situación, emergió el conjunto amarillo para levantarse después de atravesar un mini desierto de dos semanas consecutivas sin pronunciar el infinitivo del verbo vencer.
Cuando la Tacita se levantaba dispuesta a disfrutar de un intenso domingo plenamente festivo, el equipo, a 900 kilómetros de distancia, prolongó la celebración de Carnaval con una contundente victoria en Soria que puso la guinda a la fiesta gaditana. En el casco histórico de Cádiz resonaron los ecos de tangos, pasodobles, estribillos y de los goles Imaz, Aketxe y Salvi con los que los amarillos dieron un pelotazo digno de primer premio, con un repertorio de inspiración machadiana. El insigne poeta sevillano encontró en Soria su centro del universo y el Cádiz se sintió como en casa en el Norte de Castilla, en especial en una segunda parte en la que sacó a relucir su pegada pese a que le costó apuntillar a un adversario que nunca se resignó.
Siempre con la eterna premisa del carácter competitivo, el Cádiz atenazó al Numancia, no lo dejó respirar y lo mató poco a poco, suavemente, como la clásica canción de Roberta Flack. No le hizo falta irrumpir en ataque en exceso en una primera parte de pelea en el centro del campo y con algunas ocasiones de uno y otro bando aunque sin consecuencias.
Lo mejor estaba por llegar en la reanudación, cuando se rodearon varias circunstancias favorables: la aparición de Álvaro García, el golazo de Imaz y la expulsión de Iñigo Pérez.
Álvaro García despertó del letargo en el que había caído en los 45 iniciales, en parte porque el balón apenas llegó por su costado y el juego se había escorado a la derecha con claro protagonismo de Salvi, instalado en su mejor versión. Con el despertar del utrerano el Cádiz empezó a rugir de verdad como un león hambriento y el partido, si llegó a peligrar, fue por errores propios, como el mal despeje de Sankaré que dejó a Pablo Valcarce en buena posición dentro del área. La fortuna se alió con los andaluces porque su disparo se estrelló en el larguero. Lo que pudo haber sido el 1-0 en el minuto 50 giró hacia el 0-1 en el 54 con una obra de arte certificada por Imaz. El ilerdense, ubicado en la mediapunta, no pudo celebrar mejor su primera titularidad cuando, a la salida de un córner, cazó el esférico en la frontal del área y soltó un derechazo que se coló en la portería junto a un poste. Un hermoso tanto que dibujó un escenario óptimo que se convirtió en idílico cuando, en el 60, el árbitro castigó con la expulsión una durísima entrada por detrás del local Iñigo Pérez a Abdullah. Lo tenía todo a su favor el conjunto amarillo para meter los tres puntos en el equipaje de vuelta, pero no fue nada fácil el camino hasta el segundo gol, que llevó la rúbrica de Aketxe en el 88. Hasta entonces le tocó sufrir al cuadro visitante, que no lograba hilvanar una contra en condiciones. Unas veces faltaba el último pase, otras el remate no era certero... Y mientras, el Numancia, desencajado, empujó con más corazón que cabeza hasta esa diana del vasco tras una excelente acción de Álvaro García en una jugada iniciada por Rubén Cruz.
El Cádiz se había asegurado el triunfo y el tercer gol, en el tiempo añadido, no hizo sino engordar la cuenta y realzar la victoria. De nuevo Álvaro García al servicio del equipo con un preciso centro para que Salvo redondeara su excelsa actuación con una definición perfecta.
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