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Cuando Álvaro Cervera fue el talismán de Rafa Nadal

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Foto histórica del entrenador cadista y del también ex futbolista Miguel Ángel Nadal, ambos en el Mallorca, junto al 12 veces campeón de Roland Garros cuando era un niño.

Cervera (i) y Miguel Ángel Nadal posan con Rafa Nadal antes de un partido del Mallorca hace 30 años. / Fútbol Retro
F. J. Díaz

10 de junio 2019 - 21:54

Cádiz/Cuando se echa la mirada atrás en el tiempo hay circunstancias que reaparecen con la sorpresa de que han ganado hoy en día una notoriedad increíble cuando en su momento podían ser una más de tantas. Es lo que sucede con una foto histórica en la que aparecen Álvaro Cervera y Miguel Ángel Nadal -ambos cuando militaban como futbolistas en el Mallorca-, y con ellos un niño de apenas dos o tres años que entonces era un jovencísimo seguidor del equipo bermellón y hoy en día es el 12 veces campeón de Roland Garros. El gran Rafa Nadal.

La imagen tiene unos 30 años y se produjo antes del comienzo de un encuentro del conjunto mallorquinista, en el que Cervera y el tío del tenista coincidieron como jugador entre 1987 y 1991. El técnico cadista tuvo una relación muy estrecha con Miguel Ángel Nadal y, por ende, existió un vínculo con ese niño entonces amante del fútbol, como le sucede hoy en día, y que al final es el rey del tenis, deporte en el que difícilmente saldrá otra 'bestia' igual.

Álvaro Cervera, durante los cinco años que permaneció residiendo en la isla, vio crecer a Rafa entre balones de fútbol y pelotas de tenis, y seguramente fue testigo de los consejos de su tío, el defensa central Miguel Ángel Nadal, para inculcarle el carácter competitivo que a la larga ha sido clave para que el tenista de Manacor sea un tenista único.

Desde la distancia que le hace trabajar para el Cádiz, donde hace su vida desde hace algo más de tres años,Cervera asiste con orgullo a los logros de Rafa Nadal, al que ve hoy como un hombre de 33 años cuando hace tres décadas le pasaba la mano por la espalda con el cariño y la protección casi de un padre en unos años en los que ambos lucían en el pecho el escudo del Mallorca, uno como profesional y el otro como aficionado.

Ahora que corren tiempos menos cómodos para el preparador cadista, esta estampa le traerá grandes recuerdos de una etapa exitosa como futbolista en el cuadro balear, con el que tuvo un papel tan decisivo que le ayudó a debutar con la selección española en septiembre de 1991.

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