Corazón blando (2-1)
El resultado del Girona - Cádiz CF
El equipo amarillo llega tarde al partido y tendrá que pelear en la última jornada por ser campeón
La competición dejó de tener sentido para el Cádiz CF desde que amarró el ascenso el domingo 12 de julio. Tenía que pasar el trámite ante el Girona, con viaje de por medio, y lo hizo sin más, con una dulce derrota que no escuece lo más mínimo.
Quedar campeón es un objetivo menor que tendrá que espera a la última jornada en casa frente al Albacete. En Montilivi no puso el Cádiz CF no toda la carne en el asador. Fue a pasar la noche, además con la segunda unidad, pero en realidad daba igual. Sólo apretó de verdad al final, cuando ya era tarde.
Como era de prever, Álvaro Cervera repartió el once entre futbolistas no habituales hasta el extremo de que hizo debutar al lateral izquierdo del B Marc Baró, acompañante en la zaga de Akapo, Sergio González y Akapo. Edu Ramos y Augusto Fernández (su primera titularidad) se ocuparon de la medular, con Bodiger como apoyo en la media y en tres cuartos, Iván Alejo y Pombo en las bandas y Filip Malbasic en punta.
Eran los catalanes los que se jugaban la vida y los que por tanto tomaron la iniciativa. Los amarillos, muy tranquilos, esperaron atrás sin ninguna prisa tras una tímida presión alta que con la que estorbaban la circulación de los rojiblancos.
Cambió el once de arriba abajo (salvo Alberto Cifuentes) pero no un sistema con el que trataba aburrir al contrario. Lograron desactivar en el arranque a los locales, que sólo asustaron con un gol de Stuani en el minuto 9 anulado por fuera de juego de Borja García, de quien había recibido el pase.
Pero el Cádiz estaba con el corazón blando y alegre, todavía con el ascenso caliente. Y con un regalo se activó el marcador. No perdonó el uruguayo en el 22 al aprovechar un certero servicio de Gumbau tras un grave error de Fali en la salida de balón. El delantero sorteó la salida de Cifuentes y Sergio González, en línea de gol, no acertó a despejar el remate.
Al Girona le bastó con muy poco para adelantarse en el marcador. Su primer tiro a puerta se tradujo en el 1-0, mérito del máximo artillero del campeonato y demérito de la defensa cadista, que pagó caro su error colectivo.
Los gaditanos no dieron la sensación de poder igualar la contienda, al menos antes del intermedio. Lo intentó Sergio González con un inocente testarazo que llevó el cuero a las manos de Riesgo, que al filo de la media hora detuvo con problemas un lejano libre directo lanzado por Pombo que no presentaba aparente dificultad. El zaragozano fue el más activo. Poco más en ataque ofreció el líder en un acto inicial de un partido que le sobraba y se notó.
El partido no era malo, sino lo siguiente, con Augusto Fernández sin influencia en el juego. El Girona se veía cómodo con la ventaja y los visitantes sólo se asomaban arriba con acciones a balón parado, con Malbasic a modo de isla solitaria.
El duelo caminó hacia el descanso inmerso en un concurso de desaciertos de unos y otros. La mejor noticia fue la interrupción durante un cuarto de hora para aclarar conceptos y buscar algo más en la reanudación.
Por más que lo intentaban, los amarillos no lograban conectar hasta que el partido se rompió de manera definitiva en el minuto 56. Javi Duarte, que acaba de debutar en el primer equipo, tocó el balón con un brazo dentro del área y el colegiado señaló penalti que transformó Stuani al colocar el esférico con fuerza junto a un poste. Ciffuentes adivinó la dirección pero el delantero
Mala suerte tuvo el canterano. Su primera intervención derivó en un penalti discutible aunque pasó la revisión del VAR. El 2-0 llegó justo después del ingreso en el campo de Duarte, Salvi y Álvaro Giménez, sin cambio de dibujo pero con el partido muy cuesta arriba.
De ahí hasta el final lo intentaron los amarillos con las sustituciones. Cervera tiró de Álex Fernández y Alberto Perea, titularísimos durante todo el año. Esos cambios alteraron la disposición del equipo sobre el tapete, con Bodiger de central.
El choque parecía resuelto a favor de los locales pero un codazo de Mojica a Salvi dentro del área se saldó con un penalti (tras la revisión del árbitro en el monitor) y expulsión del zaguero local (segunda cartulina). Álex no perdonó desde el punto fatídico en el 84 para poner el 2-1 y poner salsa a los últimos minutos.
El Cádiz tocó a rebato pero Alberto Perea le dijo algo al árbitro, que lo expulsó de inmediato y se igualaron las fuerzas. El asedio en la prolongación no dio frutos aunque Álex tuvo muy cerca el 2-2 con un derechazo con el balón se escapó por centímetros junto a un poste.
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