Punto de oro (1-1)

Numancia-Cádiz | Crónica

El equipo amarillo araña un valioso empate en Los Pajaritos tras jugar la última media hora en inferioridad numérica

Las imágenes del Numancia-Cádiz
Jesús Jaques Nuche

25 de agosto 2018 - 21:04

El Cádiz se coló en la fiesta soriana que celebraba tres décadas de la mítica canción de Gabinete Caligari y arrancó un valioso empate (1-1) ante el Numancia en su primera salida de la temporada después de jugar la última media hora con un hombre menos por expulsión de Kecojevic, que poco antes del descanso había replicado el tanto marcado de penalti por Guillermo. El conjunto amarillo se mereció el punto con una defensa ordenada y una vez más volvió a brillar Manu Vallejo, baluarte en ataque cuando el equipo ya estaba en inferioridad numérica.

Un punto fuera de casa vale su peso en oro, y más ante un contrincante de calado y cuando las circunstancias no son las adecuadas. No fue un partido brillante, ni mucho menos, pero bastó la solidez que caracteriza a este equipo para salir indemne frente a un rival que no encontró la manera de deshacer la eficaz telaraña de los foráneos.

La primera visita de la temporada deparó la primera titularidad de Rober Correa -ausente en la jornada inaugural por sanción- y de Salvi, las dos única novedades en una alineación de corte continuista, con más jugadores de la pasada campaña -siete- que incorporados en la actual -cuatro-.

Los gaditanos salieron con un 4-4-2 y una presión asfixiante arriba que obligó a los locales a regalar el balón. Los minutos iniciales fueron de claro color amarillo, con dos faltas lejanas colgadas al área por Ager Aketxe que acabaron en nada pero que funcionaron a modo de aviso. El dominio de los de Cervera llegó a ser aplastante en el arranque hasta el extremo de parecer que jugaban en el Carranza. El vasco dispuso de un libre directo -minuto 9- algo lejano que mandó por encima del larguero. Doce minutos tardó el cuadro rojillo en llegar al área de Alberto Cifuentes, dueño del esférico en el primer centro de los anfitriones, que despertó poco después gracias a la chispa de Yeboah. Fran Villalba, en el 15, abrió el casillero de disparos a puerta con uno desde la frontal que no inquietó a un Cifuentes bien colocado.

Los de López Garai aplicaron la misma medicina que los amarillos con una presión atosigante que equilibró la balanza en el juego. El Cádiz ya no se sintió tan cómodo aunque halló espacios en ataque que no supo aprovechar cuando se aproximó al área. El partido derivó en una pugna por anular el juego del otro y los porteros se convirtieron en dos espectadores más. El balón pasaba de un bando a otro en cuestión de segundos. Nadie era capaz de desatascar un duelo abonado a la destrucción, con mucha briega y escaso fútbol, sin apenas ocasiones a la espera de un error del contrario.

Los visitantes no sufrían atrás aunque no terminaban de alcanzar el otro lado del campo después de un comienzo prometedor que no tardó en caer en el cajón del olvido. La prioridad de unos y otros pasó por guardar la portería y fue entonces cuando los amarillos vieron peligrar el marcador. En el 34, Cifuentes estiró al máximo su cuerpo para llegar a una esquina del arco y evitar que un certero cabezazo de Guillermo se tradujese en el 1-0. Se libró por los pelos el Cádiz, que fue de más a menos hasta complicarse la vida del todo. En el 39, el árbitro señaló penalti por agarrón de Marcos Mauro a Guillermo dentro del área pequeña que el delantero transformó con solvencia un minuto más tarde. Los gaditanos parecían condenados a irse al descanso con desventaja, pero arreglaron el desaguisado en la última acción de la primera mitad, cuando Kecojevic llevó el balón hasta el fondo de la portería con un oportuno cabezazo a la salida de un córner sacado de manera magistral por Aketxe.

Los de Cervera se repusieron con rapidez del susto pese a haber sufrido un bajón en el tramo final del primer acto. Reaccionaron a los cinco minutos en una jugada aislada para recobrar el pulso con vistas al definitivo segundo periodo.

La vida continuó igual en la reanudación, con un Cádiz empujado a dar un paso atrás por un rival que redobló su asedio en busca de un nuevo tanto. Diamanka se hizo con el centro del campo, los locales penetraron por los dos costados y a los andaluces les tocó apretar en defensa. En el 53, José Mari despejó de cabeza en línea de gol un testarazo de Escassi tras un córner. Fue una señal de lo que le esperaba al visitante si no espabilaba. El Cádiz había dejado de existir en ataque hace tiempo. Sólo asomó la patita con centros al área de Aketxe, siempre peligrosos.

Si la cosa no iba nada bien, peor se puso en el minuto 57, cuando el colegiado expulsó a Kecojevic con roja directa por derribar a Yeboah en la frontal cuando éste se escapaba solo tras un grave error en el despeje de Marcos Mauro. Los amarillos afrontaron la última media hora larga con un jugador menos y la difícil misión de conservar el empate frente a un Numancia lanzado a tumba abierta.

Cervera dio entrada a Servando para reorganizar la defensa y renunció a Barco, el único delantero cadista que había sobre el césped. Con uno menos el empate se antojaba valioso y de eso se trataba, de emplear toda la energía en proteger la portería. Pese a las circunstancias adversas, dispuso de alguna oportunidad para el 1-2. La tuvo muy clara Manu Vallejo, que se plantó solo en el área pero no acertó en la definición con todo a su favor. Tiro alto con toda la portería para él.

Los amarillos desplegaron una defensa numantina con dos líneas de cuatro en su parcela -y Manu Vallejo algo más adelantado- para tratar de frenar las acometidas de los rojillos, ya con Juan Hernández sobre el tapete como relevo de Salvi. El Cádiz supo frenar el ritmo del partido y el tiempo corrió en su beneficio sin renunciar a la contra, con Manu Vallejo como actor principal en esa faceta, convertido en pesadilla de la zaga.

Los minutos finales se ajustaron al guión esperado. Los sorianos, con sólo tres defensas, se volcaron arriba y los gaditanos se guarecieron con orden aunque no se libraron del sufrimiento. En el 82, Larrea disparó desviado desde la frontal del área sin que nadie le molestase. El Cádiz se mostró consistente y hasta pudo ganar en el alargue con cabezazo de Carrillo que se escapó por poco.

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