Desconsuelo cadista

Trofeo Carranza | Final de Consolación

El equipo de Cervera es goleado por el Villarreal y se despide del Trofeo sin marcar un tanto

Álex Fernández disputa un balón con Rodrigo. / Jesús Marín
Jesús Jaques Nuche

12 de agosto 2017 - 21:01

Cádiz/La abismal diferencia de pegada entre el Cádiz, negado de cara a puerta, y el Villarreal, con dinamita arriba, inclinó el duelo entre submarinos amarillos del lado de los visitantes, más prácticos que un conjunto gaditano carente de ideas en ataque, negado en la definición y con menos ritmo que en la primera cita de un Trofeo Carranza que acabó en cuarta posición sin n siquiera haberse llevado el consuelo de haber estrenado el marcador. Y eso que disfrutó de un penalti fallado por David Barral. La voluntad de los locales no fue suficiente frente a la calidad de un rival de superior categoría al que le bastaron unos cuantos chispazos para elevar un incontestable 0-3 que sitúa al equipo de Segunda A en la realidad de tener que mejorar dentro de siete días en el comienzo de la Liga.

Servando fue el único jugador que repitió de salida respecto a la semifinal en un nuevo duelo contra un adversario de Primera División. Al igual que el día anterior, Álvaro Cervera mezcló antiguos con nuevos y disfrutaron de su primera titularidad Rober Correa, Mikel Vilanueva y Álex Fernández. Cualquier momento es bueno para que acoplen lo antes posible.

Gaditanos y castellonenses se repartieron la posesión del cuero en un arranque sin un dominador claro, con el balón de un lado a otro aunque sin remates en ninguna de las dos porterías. Aitor, por izquierda, y Salvi, en la derecha, protagonizaron internadas interrumpidas por la zaga visitante.

El Cádiz fue el que más lo intentó en los compases iniciales sobre un césped lleno de calvas que dificultó la circulación del esférico. El técnico apostó por un 4-4-2 preñado de intensidad, con David Barral y Jesús Imaz presionantes arriba. Los locales pusieron la carne en el asador pero no basta con dar batalla sin poner la salsa. La historia caminó por los derroteros similares a los de la semifinal. El control de los amarillos derivó en un acto ficticio porque a la hora de la verdad el que dio en la diana fue el Villarreal en su primer disparo a puerta. En el minuto 17, Soriano soltó un latigazo desde la frontal del área de apariencia inocente pero Alberto Cifuentes se comió la pelota. La tocó y entró en la portería. Una cantada indiscutible que provocó inmediatos cánticos desde la grada de apoyo al cancerbero.

Una vez más se vio por debajo en el marcador un Cádiz con más voluntad que acierto que tiene tantos problemas con el gol que no marcó ni de penalti. En el 27, el árbitro señaló pena máxima por mano de Rodrigo dentro del área tras un centro de Brian. Barral no dudó en situar el esférico en el punto fatídico. Le sobró seguridad pero ajustó tanto el lanzamiento que el balón se estrelló en el larguero cerca de la escuadra.

El 0-1 espoleó al equipo de Primera, que tuvo cerca el segundo con un misil de Fornals que sacó la zaga cuando el balón iba adentro. El Villarreal se sintió cómodo e inquietó a la contra frente a un Cádiz que no lo vio claro, centró mucho y remató poco, con escasos recursos en ataque. Salvi envió a las manos de Barbosa justo antes del descanso poco después de que Bakambu perdonara el segundo con todo a su favor delante de Cifuentes. Los gaditanos fueron de más a menos en la primera parte y tuvieron suerte de no irse a los vestuarios con una desventaja aun mayor. La mejor noticia es que llegaba con vida a la segunda parte.

El Villarreal se adueñó del balón en la reanudación frente a un Cádiz que trató de robar la bola y buscar la contra con rapidez. En el 50 conectó José Mari con Salvi pero su centro murió una vez en las botas de la defensa. Los anfitriones apretaron el acelerador y crearon peligro a balón parado. En el 57, tras un saque de esquina, Barral se encontró con la pelota a un metro de la portería pero casi sin ángulo y su remate a bocajarro rebotó en la cara de Barbosa para terminar de nuevo en córner.

Los locales no aprovecharon su momento y los visitantes no desperdiciaron el suyo para finiquitar el partido. Bakambu superó por velocidad a Villanueva en el minuto 63 y no perdonó delante de Cifuentes con un tiro cruzado. El 0-2 llegó justo antes de un triple cambio en el Cádiz. Cervera aportó aire fresco en la medular con Garrido y Abdullah e hizo debutar al central Kecojevic, que apenas llevaba un minuto y medio en el campo cuando asistió como testigo directo de 0-3, firmado de nuevo por Bakambu a puerta vacía -en el 65- tras un servicio de Leo Suárez y un error de Villanueva.

Con el choque más que resuelto, el único aliciente era comprobar si el Cádiz era capaz de marcar un gol. Aitor lo tuvo en el 69 en un mano a mano con Barbosa mal culminado con un disparo que no vio puerta. Y para colmo, Rubén Cruz retiró lesionado tres minutos después de haber suplido a José Mari.

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