Destructor compulsivo

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El conjunto amarillo, el menos goleado de la categoría, saca músculo en la misión de aniquilación del rival con un férreo sistema defensivo en el que se implican todos los jugadores

Carrillo dispara a puerta en el mano a mano que tuvo con Masip, que desvió el remate del delantero del Cádiz.
Carrillo dispara a puerta en el mano a mano que tuvo con Masip, que desvió el remate del delantero del Cádiz. / Fito Carreto
Jesús Jaques Nuche

27 de noviembre 2017 - 02:06

Cádiz/El planeta cadista brilla con una luz de resplandeciente felicidad. No es para menos. Un triste octubre sin una victoria que llevarse a la boca, generador de cierta inquietud, dio paso a un noviembre, ya completado, de una máxima plenitud que no era de fácil pronóstico. Un giro contundente de 180 grados propició cuatro triunfos que propulsan a un equipo que recupera el terreno perdido con una aceleración asombrosa al alcance de muy pocos. El Cádiz es, junto al Lugo -ganador entre la cuarta y la séptima jornada-, el único conjunto que ha enlazado un póquer de éxitos, casi una proeza en el imperio de la igualdad que domina la categoría de plata.

La regularidad que tanto le costó alcanzar es ya un hecho apoyado en resultados favorables, edificadores de una racha imponente que devuelve a la escuadra de Álvaro Cervera al selecto grupo de candidatos al ascenso a día de hoy, en la recta final de la primera vuelta. Son cinco capítulos seguidos sin perder se le une el empate contra el Rayo Vallecano. Una cosa es el modesto objetivo de la permanencia como punto de partida, lógico en un club que vive su segundo año en la división de plata después de una condena de seis en el eslabón de bronce, y otra es la realidad del presente de un equipo que se instala en la zona de arriba y de nuevo hace disfrutar a una afición que reúne sobrados motivos para la ilusión. Está permitido soñar a la espera de un futuro que no pinta nada mal.

Si por algo sobresalen los amarillos en los últimos tiempos es por su capacidad para sacar adelante los partidos más allá de su contexto. Da igual el cómo, lo importante es el qué. La victoria, que es lo que se celebra, está por encima de la estética. El preparador cadista subrayó pasadas las seis de la tarde del pasado sábado que "vinimos aquí para ganar". Nada que reprochar. Cuando el marcador acompaña la forma queda en un plano irrelevante, casi inapreciable porque son los puntos los que acaparan la atención, los que perduran. ¿Quién se acordará dentro de un mes de cómo superó al Real Valladolid? El Cádiz más camaleónico se transforma según le convenga para continuar su impecable marcha con paso firme. Contra el Reus cuajó una primera parte perfecta, con un fútbol exquisito, alegre, con su ya conocida verticalidad. En El Molinón pasó por encima del Sporting de Gijón con una personalidad arrolladora y una versión que mejoró aún más la que había ofrecido en Almería, donde supo aprovechar su momento para asestar un golpe a su adversario. Frente al cuadro pucelano se remangó para emplearse a fondo en las maniobras de estorbo del juego de toque de un rival que acabó aburrido en medio del enjambre de camisetas amarillas. Construyó la victoria desde la demolición del contrario. Lo invirtió todo en el tempranero gol de Álex Fernández al que sacó la máxima rentabilidad. Cerró espacios por las bandas y el centro, anuló a Jaime Mata, goleador de LaLiga 1|2|3 con 12 tantos y dejó a cero a un contendiente acostumbrado a martillear la portería contraria que no encontró argumentos para romper la pegajosa telaraña tejida por los gaditanos.

Los de Álvaro Cervera se especializan en meter a su adversario en un laberinto sin salida. No despuntan por la excelencia y sí por una solidez elevada a la enésima potencia hasta el extremo de armarse como un conjunto casi indestructible. ¿Qué rival será el próximo en marcar y cuándo? Con el cerrojazo que impone en sus dominios, el Cádiz ya es el equipo menos goleado de Segunda División A. Sólo ha recibido diez tantos en 16 jornadas y se queda con la cifra más baja después de que el Huesca, que llevaba nueve, sufriera ayer dos dianas en la visita al estadio del Granada.

El conjunto amarillo acumula las últimas cinco jornadas consecutivas con el arco intacto -450 minutos- y en total son diez los encuentros de Liga sin haber tenido un gol en contra: frente al Alcorcón, el Lugo, el Nástic de Tarragona, el Numancia, el Sevilla Atlético, el Rayo Vallecano, el Almería, el Reus, el Sporting de Gijón y el Real Valladolid.

Los de Cervera demuestran ser a día de hoy el equipo más sólido de la categoría de plata. El promedio de goles recibidos es de 0,6 por partido. Sus cifras suponen la demostración palpable de que es harto complicado hacerle un tanto al Cádiz, que basa su remontada en la clasificación en un férreo sistema defensivo en el que participan todos los jugadores, desde el hombre más adelantado hasta el guardameta. ¿La roca? ¿El muro? Cualquier denominación en esa línea se ajusta a la consistencia del equipo incómodo de la Liga.

A la venta 770 entradas para los seguidores que deseen ir a Sevilla

Este lunes, en el horario habitual de taquillas, se ponen a la venta en el estadio Ramón de Carranza las entradas para el encuentro de Copa del Rey del próximo jueves entre el Real Betis y el Cádiz Club de Fútbol. En virtud del acuerdo alcanzado por ambas entidades antes de la disputa del encuentro de ida de dieciseisavos, la afición cadista dispondrá de 770 entradas a 20 euros cada una en la ubicación de grada visitante del estadio Benito Villamarín. Los aficionados que retiren entradas deberán confirmar el DNI de las personas que vayan a hacer uso de la misma el próximo jueves. De lunes a miércoles las taquillas estarán abiertas de 10 a 14 y 17:30 a 20 horas. Aunque la eliminatoria está casi perdida, la cercanía del desplazamiento puede invitar a la presencia de cadista en la grada.

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