Dolor nostálgico en los costados
Cádiz - Rayo Vallecano
Los ex cadistas Juan Villar y Álvaro García se presentan en el Ramón de Carranza como una seria amenaza ofensiva del equipo madrileño si finalmente entran en los planes de Paco Jémez
Cádiz/El primer partido tras el obligado parón por la crisis del coronavirus depara para el Cádiz un posible reencuentro con dos futbolistas que inscribieron con letras mayúsculas su nombre en su periplo de amarillo y azul, no tanto por el total de temporadas que completaron sino por lo que representaron en sus respectivas etapas y plantillas. Sin duda, la afición, confinada para la causa en estos momentos por fuerza mayor, guarda un grato recuerdo de ambos.
Álvaro García y Juan Villar, dos estiletes en las bandas, auténticos quebraderos de cabeza para los rivales en sus mejores días, pueden representar este domingo en el Ramón de Carranza una seria amenaza ofensiva del Rayo Vallecano, siempre y cuando finalmente Paco Jémez cuente con ellos.
El extremo zurdo utrerano, que militó en el titular de la Tacita de Plata entre las campañas 2015 y 2018, pisará por primera vez el estadio que le catapultó en el fútbol profesional. Alvarito se enfrentará al equipo en el que triunfó durante tres cursos, convirtiéndose en un pilar fundamental para el inolvidable ascenso a Segunda A firmado en el José Rico Pérez de Alicante hace ahora cuatro años. Tal fue su peso en el grupo que ya comandaba Cervera, que el club de Vallecas se hizo con sus servicios protagonizando con ello el traspaso más caro en la historia del Cádiz hasta ese momento, aunque superado un año después, en 2019, por el cerrado de Manu Vallejo al Valencia.
Los números de Álvaro García con la elástica amarilla confirman su importancia en los esquemas. Con 21 goles en 119 partidos, sin embargo, su aportación siempre fue más allá de simples registros. Lo que se conoce en el deporte rey como los intangibles, su capacidad de sacrificio en tareas ofensivas y su eléctrica salida al contragolpe, una virtud que padecieron no pocos adversarios, motivó que aún hoy se le eche de menos.
A sus 27 años y ya con experiencia en Primera División, intenta consolidarse como uno de los mejores jugadores de la categoría y, por supuesto, pretende regresar a la élite, aunque para eso tenga que arañar la ilusión de la que un día, no hace demasiado, fue su casa.
Por su parte, Juan Villar también podría pisar este domingo el césped de Carranza aunque en su caso sería la tercera vez que lo hiciera desde que abandonóde la disciplina de la entidad gaditana.
En efecto, el onubense ya visitó al Cádiz en enero de 2017, militando en el Valladolid, con el que obtuvo un triunfo por la mínima (0-1) que puso un pequeño borrón como colofón a la gran primera vuelta del cuadro de Cervera en su vuelta a Segunda, y también lo hizo en mayo del pasado año con Osasuna, que amarró un 0-0 que le acercaba un poco más al sueño de Primera. Con el Tenerife no llegó a jugar aquel mayo de 2018 en el que los insulares empataron en la prolongación (1-1) con gol del hoy cadista Malbasic, frustrando un pase al play-off que finalmente no fue posible en la última jornada, en Granada.
Con 114 partidos acumulados entre 2012 y 2015, todos en Segunda B, el extremo derecho destacó siempre no sólo por sus incursiones y su capacidad como asistente sino por su olfato goleador. De hecho, en su periplo cadista anotó nada menos que 42.
A sus 32 años, Villar apura la recta final de una carrera en la que lo mejor parece ya que quedó en el pasado. No obstante, a buen seguro trata de aprovechar la cesión al Rayo para prolongar su trayectoria en el fútbol profesional. Sin ir más lejos, el pasado ejercicio, en Osasuna, fue de los jugadores más destacados de Segunda, además de uno de los artilleros más certeros.
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