Enésimo fiasco (1-1)

Cádiz-Nástic | Crónica

El Cádiz CF se viene abajo tras un buen arranque y no pasa del empate en casa para encadenar siete jornadas consecutivas sin ganar

Las imágenes del Cádiz-Nástic / Lourdes De Vicente
Jesús Jaques Nuche

07 de octubre 2018 - 22:00

Cádiz/El Cádiz CF no sale del atasco. Todo lo contrario. Todo le sale mal. Tenía que ganar y no pasó del empate. Y eso que se las prometía muy felices con un gol madrugador y un juego arrollador hasta que recibió el tanto de la igualada poco después de la media hora ante el que ya no supo reaccionar. Se ahogó cuando se topó con la más mínima dificultad y encadenó la séptima jornada consecutiva sin conjugar el verbo vencer que le mantiene en un peligroso coqueteo con la zona de descenso.

Álvaro Cervera agitó el once en busca del equilibrio necesario para dar con la tecla. Apostó por Agra en lugar de Salvi, devolvió la titularidad a Aketxe y se la dio por primera vez a Lekic en la Liga. Y Edu Ramos de central junto a Kecojevic. Arrancó con fuerza el equipo de casa, como queriendo resolver el asunto por la vía rápida, incluso con un tempranero golazo de Lekic por fuera de juego.

El asedio de los locales fue absoluto. Llegaron por las dos bandas y por el centro y obligaron a los visitantes achicar un balón tras otro. Un centro de Matos llevó el esférico a la parte superior del larguero. Eso sí, los catalanes marcaron la primera vez que pisaron el área contraria -en el minuto 12- aunque el tanto de Luis Suárez no subió al marcador por un ajustado fuera de juego.

No había respiro en un duelo con un ritmo frenético, digno de una final a vida o muerte. La persistencia de los gaditanos dio fruto al cuarto de hora, cuando a la salida de un córner el colegiado Ais Reig apreció penalti de Djetei a Lekic por un supuesto agarrón o empujón. No se sabe muy por qué, pero decretó un máximo castigo dudoso que Álex Fernández transformó a la perfección con un lanzamiento raso pegado a un poste.

El 1-0 premió la salida en tromba de un Cádiz concienciado de la necesidad de aliarse con la victoria. No pararon los de Cervera pese a su pronta ventaja. Manu Vallejo estuvo de marcar en el 16, Becerra repelió un zurdazo lejano de Aketxe en el 25, un derechazo de Álex que se estrelló contra Djetei en el 28...

El dominio de los locales era absoluto con una participaron coral de los jugadores más ofensivos. Todo salía a pedir de boca pero en el fútbol una jugada aislada cuesta un disgusto. Pasada la media hora -en el 33-, Luis Suárez aprovechó una indecisión de la defensa para quedarse solo de Alberto Cifuentes, al que batió con remate suave con la puntera que pasó por debajo de las piernas del cancerbero.

Todo el trabajo se iba al garete en un abrir ir cerrar de ojos. El 1-1 cayó como un jarro de agua fría. Era como empezar de nuevo el partido después de tanto esfuerzo. De hecho, las fuerzas igualaron. El Nástic creció mientras las dudas encogieron por momentos a un Cádiz que intentó sin consecuencias un último arreón antes del intermedio. Álex Fernández apareció una vez más en el área para soltar un disparo colocado que se perdió junto a un poste.

Los gaditanos pasaron de haber podido finiquitar el partido en la primera parte a marcharse al descanso con la tarea pendiente frente a un adversario que dio la sensación de ir a más pese a su aparente debilidad defensiva que los anfitriones no exprimieron.

El Cádiz salió adormecido en la reanudación hasta el punto de provocar algunos pitos procedentes de la grada. Y es que fue el Nástic, muy mejorado. el que de verdad se acercó a la portería. A Cervera no debió gustarle un pelo lo que veía porque enseguida puso en escena a Salvi e hizo debutar a Jairo. Fueron relevos naturales en las bandas por Agra y Manu Vallejo, apagados tras el descanso.

Muy poco le faltó al canario para estrenarse por todo lo alto. El primer balón que tocó, en el 58, fue para armar un disparo que hizo sufrir a Becerra.

El partido llegó a la última media hora sin dueño. Podía inclinarse hacia cualquier lado una vez que los rojillos dieron un paso al frente y los gaditanos funcionaron a ráfagas, con escasez de ideas. La última carta desde el banquillo fue la de Mario Barco en lugar de Aketxe. Los locales afrontaron el tramo definitivo con dos delanteros puros pero sin la sensación de poder quedarse con los tres puntos. Los visitantes se protegieron con orden mientras Jairo fue el único que desbordó, el único que sobresalió en un equipo que se volvió plano, con José Mari nada fino y Álex desacertado.

El Cádiz se volvió plano. Tanto que sólo hizo un disparo a puerta en toda la segunda parte. Muy poco para un conjunto que necesitaba el triunfo como el oxígeno. De nada sirvió tener dos puntas espigados. Ni un balón en condiciones al corazón del área hasta los últimos minutos, cuando se produjo un asedio que no se tradujo en gol. Kecojevic cabeceó el balón muy cerca del larguero y pero la última pañabta la tuvo Uche, sin fuerzas para rematar delante de Cifuentes.

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