Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Cádiz CF
Cádiz/Hay entrenamientos que son especiales por alguna circunstancia, sobre todo después de un periodo de confinamiento como el que ha vivido el fútbol español y que ha afectado de lleno al Cádiz CF. En la sesión preparatoria de este jueves sucedió un hecho que tuvo tanto de alegría como de emotividad. Fue el regreso de Jon Ander Garrido, que se unió al trabajo del grueso del grupo en lo que ha sido otro paso más hacia su normalidad dentro de esta nueva normalidad.
El caso es que cuando los compañeros vieron que uno de los capitanes y buque insignia del equipo regresaba al 'fango', no dudaron en exteriorizar la alegría con unos aplausos sentidos que ponen de relieve el buen ambiente de un vestuario que va de la mano hacia la gloria del ascenso a Primera y el cariño y respeto que representa la figura del centrocampista.
Garrido no es uno más en este proyecto, sobre todo con Álvaro Cervera al frente. Todo lo contrario, porque es el exponente de un Cádiz con garra, oficio y disciplina que el jugador vasco lidera a la perfección. Con Garrido no vale sólo aquello de que "ya estamos todos". Su vuelta es la mejor medicina para un plantel que sigue apurando la preparación física y mental para lo que está por llegar. Todos se miran en el pivote y en su recorrido con la elástica amarilla.
El exfutbolista de la cantera del Athletic está descartado para recibir al Rayo Vallecano porque llevaba lesionado desde antes de que saltara la alarma por el coronavirus. Pero, sin duda, su presencia este jueves sobre el césped realizando el trabajo de sus compañeros significa que el final del túnel está más cerca. Fortaleza no le falta para coger el tono cuanto antes para estar a disposición del entrenador.
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