José Mari, volver a nacer como futbolista
Cádiz CF
El equipo regresa el viernes a Zaragoza, donde hace casi un año el centrocampista roteño sufrió una de las peores lesiones para un jugador después de una entrada escalofriante de Papu
Cádiz/El 9 de diciembre del año pasado el cadismo guardó silencio cuando asistió con rabia a la brutal entrada del zaragocista Papu a José Mari. Una acción escalofriante en el primer minuto de encuentro, en La Romareda, que dio paso que antes del descanso el cadista tuviera que solicitar el cambio porque estaba 'roto'. Papu borró de un plumazo la temporada del jugador roteño, que no volvió a jugar más en ese curso. Zaragoza es el destino de los amarillos el próximo viernes, casi un año después del día en el que a José Mari le arrebataron la ilusión por una entrada fuera de lugar.
Cuando acabó el encuentro aquel 9 de diciembre, la preocupación era notoria entre los futbolistas y el cuerpo técnico, testigos directos de lo que había sufrido José Mari. Las horas posteriores y las pertinentes pruebas médicas confirmaron la peor de las noticias: lesión en el menisco y el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. La temporada 2017-18 acabó para el gaditano en ese mismo momento. Tras pasar por el quirófano, comenzó un largo periodo de rehabilitación y recuperación que se comió toda la campaña. Su papel, desde la distancia, fue el de un seguidor aventajado y un profesional castigado que sólo pudo animar a todos a pesar de ser él quien necesitaba más cariño que nadie.
El proceso de recuperación cumplió los plazos previstos porque desde el principio se habló de entre siete y ocho meses para el regreso del roteño a la actividad profesional. De esta forma fue en pretemporada cuando de nuevo sintió lo que vive un futbolista. A partir de ahí ya se está viendo lo mucho que aporta al equipo.
La de José Mari no fue una ausencia cualquiera. El equipo de la temporada pasada perdió a su 'buque insignia', a un referente dentro y fuera del vestuario, y a la mejor prolongación sobre el césped de lo que pretende el entrenador. Un Álvaro Cervera que fue el primero en lamentar la grave dolencia del centrocampista; la pérdida de una pieza clave en todos los sentidos.
Hace casi un año el enfado del cadismo con Papu fue evidente. Nadie encontraba justificación al comportamiento del jugador del Zaragoza, cuando en el primer minuto de encuentro realizó una entrada desmedida que acabó con el cadista en ese partido y para el resto de campaña. Papu ni siquiera fue amonestado con tarjeta por aquella acción fuera de lugar, pero es que, además, se permitió la licencia de repetir otra entrada muy fea en la que pisó a Garrido. El georgiano no cuidó las formas y rebasó los límites del reglamento aunque en el cómputo global el conjunto aragonés se mostró duro e incluso pasado de revoluciones. Quizás le afectó el hecho de estar más cerca de los puestos de descenso a Segunda B que los de ascenso a Primera, una situación que se repite para el envite de este viernes.
La preocupación con José Mari acaparó aquella semana posterior al encuentro en La Romareda y aunque en un principio se apuntaba, con la boca pequeña, a un esguince de rodilla, las sensaciones más privadas del cuerpo médico y del propio futbolista hacían pensar en una dolencia muy seria.
Días después de confirmarse la lesión tan grave y de pasar por el quirófano, Papu -el 'verdugo' de José Mari- se interesó por el estado del cadista, lo que fue, de alguna manera, el visto bueno del vestuario amarillo para entonar el perdón al georgiano.
El ko de José Mari dejó secuelas hasta la última jornada de Liga en forma de rendimiento. El equipo de Cervera acusó en exceso la baja de este futbolista y ni siquiera la llegada de Eugeni -procedente del Lorca FC- en el mercado de invierno fue suficiente. Nunca se sabrá si con el roteño se hubiera escapado el play-off de ascenso, pero lo seguro es que un georgiano que entró como no se debe privó al roteño de poder cerrar otra temporada espléndida en lo personal, con la repercusión en la parcela colectiva.
El pasado no tiene cabida en el fútbol salvo para recordar lo bueno. De aquella noche en Zaragoza queda la clara victoria del Cádiz (0-2), que vuelve a escena en la capital aragonesa con el deseo de mantener la buena racha en ese feudo sin tener que entonar aquello de ‘esto está amañao’.
Unas molestias ponen en peligro su participación
El destino parece empeñado en evitar que José Mari pise este viernes el césped de La Romareda. No jugó en octubre en la Copa y unas molestias en un pie pueden provocar que tampoco regrese al escenario de la lesión casi un año después. Y es que el centrocampista no está entrenando con sus compañeros en las instalaciones de El Rosal y ha sido sometido a unas pruebas médicas, después de que ante la UD Las Palmas acabara con molestias en el pie derecho. La entidad cadista indicaba ayer que sufre "una metatarsalgia en el pie derecho", que es el motivo por el cual no ha tomado parte en los entrenamientos junto al grueso del grupo. El roteño queda a la espera evolución en las próximas horas antes de decidir si puede estar presente en el encuentro del viernes en La Romareda.
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