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"Julio Peguero tiende a esconderse como una rata"

Borja González, representante de Mariño, denuncia que es "la cuarta vez" que el onubense "incumple su palabra" a la hora de fichar al peruano · "Ni él ni Antonio Muñoz están a la altura del Cádiz", escupe

Peguero habla con Mariño en presencia de Muñoz durante la presentación de hace dos temporadas.
Jose M. Vilches / Cádiz

02 de febrero 2010 - 05:02

Una sevillana. Ese es el baile que ha elegido el Cádiz para acercarse hasta en cuatro ocasiones a Juan Carlos Mariño, volante peruano del Cienciano que, finalmente, no ha reforzado la plantilla de Víctor Espárrago en el mercado de invierno.

Eso es al menos lo que piensa y lo que ayer denunciaba a Diario de Cádiz uno de los representantes del jugador, Borja González. "Julio Peguero tiende a esconderse como una rata. Es la cuarta vez que incumple su palabra a la hora de negociar con nosotros. Es la persona menos seria que he conocido en este mundo. Ni él ni Antonio Muñoz están a la altura del escudo del Cádiz", resumía Borja González, quien junto al argentino Osvaldo Martorano y el peruano William Pichling representa y defiende los derechos de Juan Carlos Mariño desde hace años.

Una sevillana. Borja González daba ayer su versión de los hechos, "la verdad", sin pelos en la lengua. Sin interrupciones, pero por partes: "La primera vez que el Cádiz se interesa por mi representado fue hace dos temporadas. Muñoz estaba convencido de que el recurso por la alineación indebida de Kiko Femenía iba a ver la luz y que su equipo no descendería a Segunda B. El cordobés le vende oro a los camellos: hasta siete veces me dijo que me iba a dar el dinero. Al final, como se sabe, no fue así y el Cádiz acabó bajando. El acuerdo dejaba claro que Mariño, que por aquellos entonces no tenía pasaporte comunitario y además se negaba a dejar el fútbol profesional, sólo vestiría de amarillo en Segunda A. No pudo ser y volvió al Cienciano, equipo con el que todavía tiene contrato y en el que va a jugar lo que queda de curso liguero".

Por partes. "La segunda vez que se muestra interés por él fue en el mercado de invierno de esa misma temporada, siendo ya Juan Carlos comunitario. Nos lo llevamos al Atlético Nacional de Medellín y no terminaba de encontrarse cómodo. Tuvo problemas personales que no le permitieron rendir al cien por cien y para colmo de males le llamaron matagatos por matar un gato al salir una noche a tomar una copa. Era joven, no pasaba por un buen momento... puedo asegurar que es un gran profesional. No me gusta que me mientan y por eso no miento yo. Estoy tan crispado que si Mariño fuera un golfo lo diría, pero no lo es: lo demostrará con el tiempo. Total, que el jugador quería dejar Colombia y hablo con Julio Peguero y le explico lo que pasa. Le recuerdo que ya es comunitario y nos dice que el jugador les interesa, que les interesa mucho. La propuesta del Cádiz era que ponía 100.000 euros en nuestras manos. No habló conmigo, habló con Osvaldo Martorano. Cuando todo estaba hecho nos llaman y nos dicen que el club no tiene ese dinero y se echan para atrás. El jugador se teme lo peor y tiene miedo de vestir de amarillo. Era la segunda vez que Julio incumplía de una u otra manera su palabra", recordaba el agente de Mariño.

Llega la tercera y Borja González la mira cara a cara. "El jugador se queda en Colombia y se marcha al Deportivo Cali. No brillaría por encima del resto, pero yo pude verle en directo varias veces y puedo asegurar que jugaba muy bien. Pero me dice que quiere volver a España y hablo con Peguero otra vez. Me voy desde Madrid a Irún, donde el Cádiz jugaba el partido decisivo del ascenso. Me dice Julio que vaya coche me he comprado y le digo que sí, que lo he comprado gracias a horas y horas de trabajo. Yo fui representante de Mariano Toedtli, yo le llevé al Recre y allí es donde conocí al actual director deportivo del Cádiz... La cosa es que hablamos casi una hora y vuelve a insistirme en su interés por fichar a Mariño. Le digo que no me joda, que ya la cagó en enero y que no quiero que siga jugando con el futbolista. Me pide que hablemos al día siguiente. Y lo hacemos. Me dice que él subirá a Madrid para cerrar la operación, que quiere contar con Mariño en el regreso a Segunda División A. ¿Hay o no hay interés? ¿Me lo invento yo? Pasan los días y no me vuelve a llamar. Tampoco me coge el teléfono: no da la cara y se esconde. Yo, tras hablar con él, le dije a Mariño que su regreso al Cádiz estaba garantizado. Y el jugador se ilusiona mucho. Al final, una nueva frustración. Yo no entendía nada y Juan Carlos estaba mosqueado. Mosqueado por la situación y enfadado conmigo".

Y la cuarta. "La cuarta y la última, no pienso volver a negociar con este hombre esté donde esté: siga en el Cádiz o fiche por otro club. Me dije que no volvería a llamar nunca más a Julio Peguero, ya me había tocado bastante los cojones, y Mariño se quedó en el Cali", explicaba Borja González haciendo un alto en el camino. "Esta última vez ya ha rizado el rizo de la falta de seriedad, de la poca profesionalidad. Estoy en Perú y recibo una llamada del onubense. Me la transmite mi asistenta. Me dice que llame urgentemente al director deportivo del Cádiz. Y lo hago. Total, que vuelve a tener interés en Mariño. ¿Me hablaba en serio? No lo podía creer...".

Borja González asegura que esto ocurre "hace una semana". "Me pide Julio que le diga cuanto queremos. Le digo que 50.000 euros, algo ridículo, y que el jugador cobrara 100.000: el club debía darle una ayuda para la casa y un coche. Entre él y Barla, porque los documentos que tengo por escrito del Cádiz los firma Barla, me dicen que no están para dar los 50.000 euros y que sólo pueden ofrecer que el futbolista cobre 75.000 euros netos de aquí al final de la temporada, sin ayuda para casa ni coche, que el presidente la lía si se le pide lo de la casa y el coche. Mariño quiera jugar en España, en el Cádiz, y acepto la oferta, una última oferta que era insultante para un internacional. Me senté con el jugador y con William Pichling y les dije que eso era lo que había. Mariño me pide que acepte, que quiere jugar en el Cádiz, que se siente en deuda con esa afición... y renuncio a cuatro ofertas mejores que llegaban de Perú. Julio Peguero me pidió urgencia y se la di. Yo le llamaba y no cogía el teléfono, me colgaba. Aún estoy esperando que me llame ... ".

Ayer, Ovación apuntaba a un problema con los impuestos. "¿Que no ha acabado vestido de amarillo por unos problemas con el pago de unos impuestos? Eso es totalmente falso", aseguraba Borja. "Le dije a Julio que sin un centrocampista y un mediapunta del estilo de Mariño se iban otra vez para Segunda B", concluía pasando por alto la llegada de Víctor Espárrago y Luis Soler al banquillo.

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