Locura con la llegada del autobús del Cádiz a Carranza
Cádiz CF
Los jugadores saludaron a los miles de aficionados que se agolpaban en el exterior del Fondo Norte
Críticas en medios de comunicación nacionales por la aglomeración en plena pandemia
No hubo forma. Ni todas las recomendaciones del mundo, ni un confinamiento de tres meses ni el riesgo de pandemia fueron motivos suficientes para tomarse el posible ascenso con responsabilidad. La llegada del autobús del Cádiz fue una locura. Bengalas, saltos, gritos, aficionados sin mascarillas y miles de personas pegadas. Uno se pregunta viendo las imágenes si no hubiera sido más sensato vallar todo el perímetro del Carranza previendo lo que iba a suceder, porque en esta sociedad tan individualista apelar a la responsabilidad de cada uno parece cosa de chiste.
Pero llegado el momento ni la Policía Nacional ni la Local pudieron contener a la muchedumbre. Entonces sólo quedaban dos opciones, o cargar y que se formara una estampida o aguantar. Y esto último es lo que hicieron.
Ni siquiera los jugadores pudieron abstraerse al ambiente, así que tras bajarse de los dos autobuses en los que llegaron al campo se acercaron a la acera donde estaban los aficionados amarillos y les agradecieron su apoyo durante una temporada que ya da los estertores finales.
Manolo Vizcaíno fue el primero en bajar del bus. Serio, quizá hasta preocupado no sólo por el posible ascenso sino por los posibles contagios, porque Cádiz está prácticamente limpia de Covid pero una concentración de tantas personas puede ser fatal. Sobre todo porque todos esos jóvenes que vivían por primera vez una situación similar, un posible ascenso a Primera, tienen abuelos y abuelas, padres mayores, y ni siquiera está claro que ellos mismos estén a salvo del virus.
Eso sí, las imágenes, ofrecidas en directo por Gol Televisión, merecieron todo tipo de críticas de los comentaristas, que entendían que en plena pandemia no es lo más aconsejable realizar este tipo de concentraciones.
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