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Cádiz/Luismi Quezada ha sido el protagonista del encuentro virtual con los aficionados del Cádiz CF. Una cita que ha servido para que al defensor se le conozca más de lo que se le está viendo sobre el terreno de juego, ya que lleva buena parte de la temporada viviendo a la sombra de Pacha Espino.
El jugador madrileño pero que tiene la doble nacionalidad porque su padre es dominicano, pone la mejor cara posible a una campaña que no está siendo favorable en lo personal. Hay un momento de la temporada que le sigue 'encendiendo' cada vez que lo recuerda. "Cuando me vuelve a la cabeza la expulsión de Ponferrada me molesta mucho. ¿Los arbitrajes? Todo el mundo está viendo lo de los arbitrajes y lo que hay dentro", se queja con cierta amargura.
Sabe que la vuelta de la competición, si al final se produce, puede dar lugar a oportunidades para los menos habituales. "Bajo esta situación debemos estar todos preparados porque habrá muchos partidos seguidos, en poco tiempo, y tendremos que luchar fuerte por la titularidad para ayudar a que el equipo suba". Todo ello sin el respaldo de la masa social, una afición que Quezada define de la siguiente manera: "No hay palabras. Apoya un montón y viaja a todos los lugares. ¿Qué más se puede pedir?".
Hay una cuestión que le planteó un seguidor sobre su doble nacionalidad y su preferencia para elegir entre la República Dominicana -país de origen de su padre- y España. "Soy joven y tengo la doble nacionalidad. A la selección dominicana la tengo en el corazón, pero llegó un momento en el que paré para ver si tengo opciones con la española", añadiendo posteriormente que "me gustaría que fuera con la selección española, si bien dispongo de esa doble nacionalidad".
Desde el encierro obligado, expone su deseo por acabar esta situación. "Estoy deseando volver a la rutina de entrenar y ver a la familia. Un poco de normalidad. Al principio es verdad que lo llevaba mejor, pero ahora la cabeza me estalla y necesito entrenar", apunta con unas ganas enormes por cambiar la dinámica de las últimas siete semanas.
Repasó sus inicios desde niño hasta que metió la cabeza en la cantera del Real Madrid. "Empecé en el Santa Ana, que tenía una filialidad con el Atlético de Madrid. Yo era benjamín y posteriormente un ojeador fue a verme y me acabó llamando. Cuando entré en el Real Madrid y vi todo lo que es ese club, me di cuenta que estaba en el equipo de mis sueños", relata el lateral izquierdo cadista antes de agregar que "la etapa en el Real Madrid fue buena porque debuté en el Bernabéu, una experiencia que les podré contar a mis hijos".
"Carranza es una olla a presión; cuando aprieta, los rivales saben que el Cádiz se va a llevar el partido"
Dice abiertamente que "el fútbol es lo que me hace más feliz, también la familia, pero el fútbol es mucho para mí", al tiempo que expone que en el vestuario del Cádiz "parecemos una familia". "Da igual de donde vengas porque convivimos como hermanos. Hay una unión muy grande", momento que aprovecha para recordar a David Querol, que le envió un saludo. "Eres muy grande. Se te echa de menos porque eras alguien muy importante para el vestuario".
Si antes elogiaba a la afición cadista, ahora la agrupa a lo que significa cuando llena el campo en los partidos. "Carranza es una olla a presión. Cuando Carranza aprieta, los rivales saben que el Cádiz se va a llevar el partido", explica antes de asegurar de su día a día que "Cádiz es un sitio tranquilo, como El Puerto, donde vivo". "Tenemos la playa al lado y es un lugar que recomendaría".
Para acabar, se ve jugando "como extremo en cualquiera de las dos bandas" a pesar de ser lateral. Y reconoce que sufre "para marcar y defender a gente como Salvi". "Cuando me enfrentaba a él era complicado por su velocidad. Es muy buen jugador".
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