Mágico marca el camino
El gaditano y ex cadista Carlos Martínez se va a convertir en el primer español que juega la Liga salvadoreña El Luis Ángel Firpo, su nuevo equipo, le presentará al ídolo del cadismo
Carlos Martínez Aibar. Aquel juvenil que con 17 años debutó con el Cádiz en Segunda A. Un canterano para cualquier posición de ataque al que García Remón le dio la oportunidad en un Castellón-Cádiz (2007-2008). Una promesa, como tantas otras, que vio la alfombra roja pero que al final salió del club por la puerta de atrás.
Carlos Martínez, aquel juvenil de zurda prodigiosa y descarado desparpajo; genio y figura en la forma de entender la vida y el fútbol, su pasión. Fue así como tras dejar el Cádiz y con apenas 19 años, se enroló en el balompié austríaco para jugar en las filas del Vöcklabruck. Su juventud le jugó una mala pasada y decidió volver a España, donde comenzó su etapa más dura. Estuvo en el desaparecido CD San Fernando con la mala fortuna de que las deudas no permitían a este club hacer fichajes; lo que se dice entrenar para nada. En el tramo final surgió la opción de ir al Guijuelo, pero una lesión de tobillo pocos días antes de hacer las maletas truncó esa opción. Otro golpe de escasa suerte. En su camino y en el del que entonces era su agente, Javier Marraco, se cruzó Julio Peguero, director deportivo cadista. Prometió lo que no podía cumplir: vestir de amarillo, o salir cedido a la Balona o al Jerez Industrial. Se acabó el plazo de fichajes y acabó en el Chiclana. Fueron dos campañas duras en Andaluza hasta que dijo "basta". Le castigaba sentirse lejos del fútbol profesional o de otros niveles. Y eso que al acabar la primera de las temporadas chiclaneras, Marraco le abrió las puertas del torneo Paulista, en Brasil. A un trotamundos le asustó cruzar el charco. Su ciclo por el otro fútbol acabó hace unas semanas en el Bazán, al que echó un cable en las últimas jornadas para que lograra la permanencia en Andaluza.
Carlos Martínez, Carlinhos, como se le llegó a conocer en su etapa más dorada, ha vuelto a llenar la maleta y a engrasar las ruedas sobre las que descansa. Se marcha. Este gaditano que siendo juvenil debutó en el Cádiz y que posee una zurda prodigiosa, aparca el miedo de la otra vez y cruza el Atlántico. Serán muchas horas de vuelo para acabar en El Salvador, su nueva patria. La tierra del ídolo del cadismo, Jorge Alberto González Barillas, Mágico González. Aseguran desde el Club Deportivo Luis Ángel Firpo, que será su nuevo equipo, que Carlos se convierte en el primer español que disputa la Liga salvadoreña. El excadista llegará recién conquistado el título del Torneo de Clausura; pisará el suelo del Rey, del Mago, del jugador que aún hace soñar al cadismo con las gestas más sonadas. El Luis Ángel Firpo sabe lo que supone que un gaditano y excadista tome protagonismo en esta república de América Central. De hecho, los dirigentes organizarán un encuentro para que Mágico y Carlos se conozcan y hablen para que el chico de 24 años reciba los consejos del Dios del balón al otro lado del viejo continente, con permiso de Pelé y Maradona.
Carlos se prepara para otro reto, como el de Austria; lo vive en un constante sinvivir, nervioso, responsabilizado, íntegro..., todo futbolista. Su nuevo destino será la ciudad de Usulután, en la región oriental del país. Su estadio, el Sergio Torres Rivera, y su césped unirán más que nunca a Carlos y a Mágico; a Cádiz y a El Salvador.
Hugo Alvarado, agente salvadoreño que reside en Los Ángeles, y Oskar Olsen le brindaron hace unas semanas la opción de entrenar con el Philadelphia Unión, de la MLS, pero este club se decantó al final por un jugador recién salido del Draft. La aventura americana no iba a quedar ahí, ya que surgió la oferta salvadoreña del nuevo campeón del Clausura que, además, jugará la Concacaf Liga de Campeones, que es la máxima competición continental de clubes de fútbol en la zona de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.
"Me comentan que están muy ilusionados, que como gaditano seré el primer español en jugar aquella liga y que están muy entusiasmados por mi pasado en el Cádiz, un club al que guardan mucho cariño. Me van a reunir con el Dios del fútbol -así define a Mágico González- y aprovecharé para pedirle consejos y que me cuente sus vivencias. Debe ser una maravilla", explica a Diario de Cádiz Carlos Martínez.
Este gaditano que va a hacer historia ya conoce el pensamiento que hacia él tiene el entrenador, el argentino Roberto Gamara. "Me quiere dar libertad en el campo y que tenga mucha presencia en ataque, lo que es una alegría para un jugador de mis características". En el Luis Ángel Firpo saben lo que puede aportar su nuevo fichaje. "Quieren que use en el campo el regate que ellos llaman la culebra, que por suerte heredé de mi abuelo -exjugador del Sevilla- y que se me da tan bien".
La pretemporada para Carlos comenzará en julio, periodo en el que el vigente campeón salvadoreño entrenará en Estados Unidos y jugará amistoso contra equipos de ese país y de México. Y vuelve a soñar: "Buscarme la vida en el extranjero es algo que me maravilla porque conoces mundo, pero lo mejor es ganarme el pan con lo que más adoro, y ojalá que hubiera sido posible en mi tierra, en Carranza". Y retoma otro sueño que parece imposible. "Deseo que cambien las cosas y algún día veamos a un bloque de canteranos en el primer equipo del Cádiz". Él seguirá sin verlo desde un club que da nombre a un recordado boxeador argentino. Golpe bajo.
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