Osasuna y el recuerdo del escandaloso penalti contra el Cádiz CF en la primera vuelta
El colegiado y el VAR se saltaron la orden del jefe de los árbitros, Medina Cantalejo, por una mano de Momo Mbaye que nunca se debió señalar como pena máxima
La historia negra de las visitas del Cádiz CF a Osasuna
El domingo 10 de diciembre se disputó uno de los encuentros con mayor escándalo arbitral contra el Cádiz CF esta temporada. En la tarde de aquel día, en el marco de la 16ª jornada de Liga, era precisamente Osasuna el que acudía al Nuevo Mirandilla. El conjunto amarillo ganaba 1-0 hasta que un error del responsable del VAR que arrastra al árbitro del césped dio lugar a la igualada rojilla.
La clasificación antes de aquella jornada mostraba a Osasuna con tres puntos más que el Cádiz CF (15 los rojillos por 12 los amarillos, ambos fuera de la zona de descenso), por lo que era una oportunidad ideal para dar caza al cuadro navarro en la clasificación y escalar tres posiciones.
Pero un nuevo escándalo arbitral frenó las aspiraciones de victoria del Cádiz CF. El conjunto amarillo se las apañaba durante la segunda parte para mantener el 1-0 con el que se había ido al descanso tras el gol anotado por Roger Martí en el minuto 19. El cuadro navarro apretaba pero no podía superar a Conan Ledesma hasta que en el minuto 65 se produjo la jugada clave del encuentro que causó una honda indignación más allá del club cadista.
El portero argentino sacó de puerta después de un remate de cabeza de Chimy Ávila que se perdió por línea de fondo sin peligro para la portería local. Fue en ese instante cuando el colegiado Juan Martínez Munuera comunica que se pare el juego porque alguna indicación le llega por parte del árbitro responsable del VAR, Mateo Busquets Ferrer.
La sospecha de un escándalo estaba servida porque nadie se había percatado de lo sucedido, ni siquiera los jugadores del Cádiz CF y de Osasuna sabían qué jugada tocaba revisar. Y es que tras el testarazo del ariete del cuadro navarro dentro del área, el esférico tocó ligeramente en la mano de Momo Mbaye. Fue una acción involuntaria que además no desvió la trayectoria de una pelota que salió fuera sin más. No cambió nada porque en ningún caso el esférico iba a portería o hacia otro compañero del cuadro navarro.
Pero Martínez Munuera decidió, tras revisar la acción en el monitor, señalar penalti que después transformó Budimir para poner el empate que a la postre fue definitivo. Lo peor es que se trataba de un penaltito de los que ya no se iban a pitar según las indicaciones de los rectores arbitrales.
Sin embargo, Martínez Munuera sobre el verde y Busquets Ferrer como responsable del VAR contravinieron la pauta marcada por el jefe del presidente del Comité Técnico de Árbitros, Luis Medina Cantalejo, que en su día dijo con meridiana claridad (en declaraciones a la Sexta) que "si la mano no tiene consecuencias en el juego no se debe sancionar". Palabras que cayeron en saco roto para estos dos colegiados.
Después de aquel error en la señalización del penalti, las declaraciones de Medina Cantalejo circularon con rapidez por las redes sociales. Sus palabras fueron la demostración palpable del grave perjuicio ocasionado al Cádiz CF, hace dos meses, al que una decisión del todo equivocada según el propio jefe de los árbitros le privó de la victoria que tanto necesitaba.
Nunca debió haber sido penalti a tenor del criterio marcado por el responsable de los árbitros. Un escándalo en toda regla. Uno más delante de miles de aficionados amarillos que quizás se sintieron estafados aquel día en el que por primera vez esta campaña Osasuna era el rival a batir.
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