Kichi se posiciona en un tono comedido
El alcalde de Cádiz dice que "el racismo se condena siempre. En la sociedad y en el fútbol. Sin fisuras, sin medias tintas y sin excusas"
Cádiz/En algunos momentos, es necesario ser prudentes a la hora de lanzar una opinión pública sobre un hecho determinado. Sobre todo, cuando no existen pruebas claras de lo sucedido más allá de las reacciones de unos y otros y lo único que se tiene es dos versiones contrapuestas de un mismo asunto.
La presunción de inocencia, que se supone que es uno de los pilares básicos de nuestra sociedad, salta por los aires cuando interesa. En el caso del lío entre Juan Cala y Diakahby, varios políticos de partidos de izquierdas han aprovechado el caso para utilizarlo como mensaje antirracista. Con diferente grado, al final terminan realizando una acusación contra el central lebrijano cuando, hasta el momento, no existen pruebas claras de si dijo el insulto por el que ha sido acusado por parte de Diakhaby y por el Valencia.
Uno de ellos ha sido el exvicepresidente del Gobierno y candidato de Unidas Podemos a las elecciones de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, que ha mostrado su solidaridad con Diakhaby al asegurar que "no podemos aceptar insultos y agresiones racistas ni en el deporte, ni en la calle, ni en los medios de comunicación".
Mucho más grave ha sido la acusación del portavoz en el Congreso de Unidas Podemos, Pablo Echenique, que ha demostrado en Twitter que para él no existe la presunción de inocencia. En este caso directamente acusa a Cala de haber llamado "negro de mierda" a Diakhaby. Unas manifestaciones muy graves que salen de un servidor público cuando, hasta el momento, no existen imágenes que lo prueben.
Una acusación que deja en bandeja que se produzca un linchamiento público en las redes sociales, especialmente al compararlo con lo sucedido entre los hinchas del Rayo Vallecano y Zozulya, partido que se suspendió por los gritos de "nazi" que recibió el delantero ucraniano.
En parecida tesitura se mueve el líder de Más País, Íñigo Errejón, al comparar los mismos hechos, dándose por sentado que lo que Cala le ha dicho a Diakhaby ha sido "negro de mierda".
Por su parte, mucho más comedido ha sido el alcalde de Cádiz, José María González, que se ha limitado a condenar el racismo sin mencionar lo sucedido.
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