Y el rey Pelé pisó el sagrado suelo del Carranza

Muere O Rei Pelé

En 1974, el brasileño disputó el Trofeo Carranza con el Santos, enfrentándose en el partido de consolación al FC Barcelona de Johan Cruyff

"El público ha sido mi mejor trofeo", dijo Pelé al término del partido

Pelé y Cruyff en el Ramón de Carranza. / E.P.

Antes de que la globalización alcanzara al fútbol, mucho antes de que cada pachanga pelotera se retransmitiera por televisión, los aficionados que querían ver a los mejores futbolistas del mundo en acción tenían una ocasión inmejorable en el Trofeo Ramón de Carranza. Desde su nacimiento, en 1955, poco después de la inauguración del estadio, podríamos decir que el torneo gaditano se convirtió en algo así como un Mundial de clubes oficioso en el que cada año participaban campeones de ligas europeas, de competiciones continentales y de Sudamérica.

Por Cádiz pasó el Madrid de las Copas de Europa, con Di Stéfano, Gento, Puskas y compañía, el Barcelona de Kubala, el Inter de Luis Suárez, el Benfica de Eusebio… pero le faltaba la muesca del que era considerado por muchos el mejor jugador de la historia: Pelé.

En 1974, el mundo del fútbol aún estaba conmocionado por la irrupción de la Naranja Mecánica de Rinus Michels, que, liderada por Johan Cruyff, había maravillado en la Copa del Mundo de Alemania. Aquel año la Liga española había vuelto a permitir la inscripción de jugadores extranjeros, algo que desde 1962 estaba vetado excepto a los llamados oriundos, argentinos de ascendencia española, lo que promovió la picaresca de los clubes a la hora de falsificar pasaportes y buscar fórmulas de alquimistas para hallar en la sangre de sus bisabuelos sudamericanos algún rastro de unos pocos glóbulos gallegos.

El fichaje del holandés por el Barcelona hizo que los organizadores del Trofeo se decidieran a contratar a los culés, pero, para completar un cartel histórico faltaba la guinda: el Santos de Pelé. Aunque O Rei había jugado un buen número de encuentros en torneos amistosos en España, hasta ese 1974 nunca había pisado el sagrado césped del Carranza.

Hay que tener en cuenta que la dictadura brasileña, que derrocó al gobierno democrático de Joao Goulart en 1964, nunca permitió la salida de Pelé al fútbol europeo, por lo que sus apariciones por el viejo continente fueron siempre en amistosos o en Mundiales, como el de Suecia en 1958, donde se comenzó a forjar su leyenda tras encabezar a la selección campeona con sólo 17 años, o el de Inglaterra en el 66, en el que Brasil fue eliminada en la primera fase y Pelé sufrió la dureza de los defensores rivales.

Aunque en 1974 Pelé ya no era ese futbolista explosivo que dejó para el recuerdo jugadas memorables y disputaba sus últimos partidos con el Santos, antes de su retiro dorado en el Cosmos de Nueva York junto a otros ilustres como Beckenbauer, su figura seguía despertando una gran expectación. Máxime cuando el Trofeo de los trofeos podía lograr juntar por primera vez a Pelé con Cruyff, el viejo emperador con el nuevo ídolo de masas, el máximo exponente de ese fútbol total que proponían los oranges.

Recorte del Diario de Cádiz del 1 de septiembre.

El cartel de aquel vigésimo Carranza lo completaron el Palmeiras y el Español de Barcelona. La idea de los organizadores era que Pelé y Cruyff se vieran las caras en la gran final, pero la cosa se torció en la primera semifinal, en la que el cuadro carioca derrotó por 0-2 a los azulgrana con goles de Leivinha, de penalti, y Ronaldo. Como anécdota, hay que decir que la gran actuación de Leivinha y Pereira, en los trofeos Carranza del 74 y 75, hizo que ambos fueran fichados por el Atlético de Madrid, donde, sobre todo el segundo, hizo historia, llegando a ser el único jugador en ganar cinco Trofeos Carranza seguidos, dos con Palmeiras y tres con los rojiblancos (76, 77 y 78). En aquel Barcelona jugaba gente como Asensi, Neeskens, Marcial o Rexach, además del citado Cruyff. Sea como fuera, en la segunda semifinal el Santos se dejó sorprender por el Español y también perdió por 2-0.

Así pues, la cita entre Pelé y Cruyff se trasladó a la tarde del 1 de septiembre. Antes del partido los dos astros mundiales posaron para los fotógrafos, que captaron unas instantáneas que son ya historia del balompié. Aunque los culés vencieron por 4-1, Pelé consagró las porterías del Carranza con su único gol en suelo gaditano al transformar un penalti en el minuto 88. Aquel día el técnico del Santos alineó a jugadores como Carlos Alberto o el peruano Miffin, que, junto a Pelé serían fichados un año después por el Cosmos, que podría catalogarse como el primer equipo galáctico de la historia.

Al finalizar el encuentro, Pelé no sólo habló con los periodistas del Diario de Cádiz sino que dedicó una fotografía con la camiseta del Santos a la ciudad de Cádiz. “El público ha sido mi trofeo”, llegó a comentar. Sobre el torneo indicó que “el Palmeiras y el Barcelona son los que han hecho mejor fútbol. Cada vez que he venido a España me han tratado muy bien y en esta linda ciudad no iba a ser menos. Reconocen lo que he sido en el fútbol y esto es siempre de agradecer. Por eso quiero enviar un cariñoso saludo a todos los aficionados, a todo el público que se ha portado muy bien conmigo”. Palabra de Pelé.

La muerte de Pelé cierra la cuadratura de ese círculo tan imposible como exclusivo que formó junto a Di Stéfano, Cruyff y Maradona. En apenas ocho años los cuatro han muerto, aunque su presencia, y lo que aportaron a este deporte, es algo imperecedero.

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