Joaquín Benítez
Luces y sombras en navidad
Cádiz/La vida puede dar tantas vueltas en tan escaso margen de tiempo que hay que estar preparado para superar los inconvenientes más insospechados que surgen en el instante más inesperado. En ello está un Cádiz CF que afronta la 24ª jornada de Liga sumergido en su peor momento de la temporada y además con una visita harto complicada a un Deportivo de La Coruña que demuestra con hechos va a más.
El equipo amarillo se ve envuelto en la primera mala racha de su mejor campaña, reflejada en una sola victoria en los últimos seis capítulos, sin poner en práctica el verbo ganar en 2020 y con los rivales directos acechantes cada vez más cerca de la primera posición.
Para colmo, con el estrés postraumático que supuso el empate ante el Mirandés hace sólo cuatro días, con dos goles recibidos en el tiempo de prolongación que impidieron un triunfo que ya estaba en bolsillo.
La tranquilidad que hubiesen aportado esos tres puntos tornó en revuelo causado por una herida que los amarillos pretenden cerrar cuanto antes. El domingo, sin ir más lejos.
No deja de ser curioso que el líder del campeonato ande alicaído aunque continúe en el pico más alto y sea el cuadro gallego el que sonría de oreja a oreja pese a que reside en la zona de descenso, eso sí, impulsado por tres victorias consecutivas que le sacan de la condición de colista (ahora es el penúltimo) y además le meten de lleno en la batalla por la permanencia cuando no hace mucho parecía desahuciado. El Dépor es ahora más peligroso que nunca, y más con los fichajes que está haciendo en el mercado de invierno.
El líder dibuja una línea descendente y el penúltimo de la fila traza una curva ascendente. Una coincidencia que a priori no favorece a los visitantes. Aunque el Cádiz CF vive veinte puestos por encima y dispone de 24 puntos más que su rival (45 frente a 21), el que está más entonado a día de hoy es el cuadro norteño, que además ejerce de local arropado al cien por cien por su hinchada. Se espera un lleno hasta la bandera en Riazor.
La temporada es tan larga que, más allá del puesto que ocupe uno y otro, la referencia es la dinámica actual. Los nueve puntos del Dépor en las últimas tres jornadas contrastan con los dos de los gaditanos, atrapados en un atasco que empieza a ser kilométrico.
El encuentro está programado para una sobremesa del domingo (a partir de las cuatro de la tarde) en la que no está permitida la siesta.
El equipo de Álvaro Cervera encara un exigente examen que pone a prueba su fortaleza. Se enfrenta a un adversario crecido y también a sí mismo. Dos partidos en uno. Hay una situación real de riesgo de adentrarse en un profundo bache, pero a la vez es una oportunidad de enderezar el rumbo. Nada mejor que un triunfo para volver a poner todo en su sitio.
No sólo es un asunto futbolístico, que lo es, sino una cuestión mental. Ahora, cuando vienen mal dadas, es cuando el equipo debe dar un paso adelante con valentía, sin hacer concesiones y sobre todo sin perder la concentración, el mayor pecado que condujo al cruel desenlace en el duelo frente al Mirandés.
Cervera no oculta que está preocupado (lo reconoció justo después del último empate y también el viernes en la previa de la nueva jornada) pero hace un llamamiento a la calma mientras busca una solución.
La primera medida del técnico es la vuelta de Jon Ander Garrido al once inicial tras cumplir el pivote defensivo un partido de sanción. El vasco, uno de los 19 convocados, es considerado un hombre fundamental por el equilibrio que da en la medular y su rigor táctico. La vuelta del bilbaíno es la única novedad segura en una alineación sujeta a más modificaciones que pueda hacer el entrenador en pos de una reacción inmediata.
El partido contiene un elemento más que no había aparecido en los últimos meses. El Cádiz CF gobernaba la Liga con tanta autoridad que el liderato nunca había peligrado en los últimos meses. Pero ahora sí puede perder el primer puesto. Una derrota en territorio gallego, unida a una victoria del Almería en el campo del Extremadura, sacaría a los amarillos del trono que ocupan 16 jornadas de manera consecutiva y 20 en total desde el comienzo del torneo.
Un punto es suficiente para conservar el puesto de máximo privilegio, aunque la ambición del Cádiz CF es sumar los tres. La estadística juega en contra. Nunca ha vencido al Dépor a domicilio, pero alguna vez tiene que ser pese a que la de Riazor sea una misión difícil, pero no imposible.
El posible once del Cádiz CF estaría formado por Cifuentes, Iza Carcelén, Cala, Rhyner, Espino o Luismi Quezada, Garrido, Edu Ramos, Iván Alejo o Nano Mesa, Alberto Perea, Álex Fernández y Lozano.
Por el Deportivo jugarían Dani Giménez, Eneko Bóveda, Mujaid, Somma, Montero, Salva Ruiz, Nolaskoain, Shibasaki, Beauvue, Aketxe y Sabin Merino.
El partido será arbitrado por el colegiado vasco Aitor Gorostegui Fernández-Ortega.
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