Preocupante atasco en casa (1-1)

El resultado del Cádiz CF - Alcorcón

El equipo amarillo reacciona a tiempo para evitar la derrota pero nunca da la sensación de poder sumar los tres puntos

Bodiger cae rodeado de jugadores del Alcorcón. / Julio González

El Cádiz CF se estrelló contra el muro del Alcorcón y no pasó de un empate (1-1) que le impide mantener la renta de siete puntos en ascenso directo, aunque al menos no dejó de sumar después de ir por detrás en el marcador.

El equipo amarillo se mostró espesó y cayó en la trampa de un rival experto en cortar el ritmo al oponente a base de interrupciones con faltas. Segundo partido en casa tras la reanudación y segundo empate. El atasco como local es una evidencia, con cuatro puntos que vuelan en plena lucha por el ascenso y la prueba palpable de que el camino va a ser muy largo y dificultoso.

No estuvo fino el Cádiz C aunque le puso carácter en el peor momento para nivelar el marcador justo a tiempo. Pero no dio para más. Lo intentó pero la victoria nunca estuvo cerca.

Para ascender hay que salir a por todas desde el pitido inicial. Lo hizo el líder en Soria y repitió la secuencia en el regreso a un estadio Carranza una vez más sin público en las gradas. Tan acelerado comenzó que antes del medio minuto ya había pisado con peligro el área contraria con un pase de Nano Mesa que Diéguez evitó que llegase a Álvaro Giménez con la punta de la bota. Era imposible imaginar entonces que se trataba de un espejismo.

El dominio de los locales fue absoluto por voluntad propia y también por deseo de los madrileños, pertrechados en su parcela a la espera de una contra o un balón largo a la espalda de la zaga. El Alcorcón no dudó en ceder la iniciativa a un Cádiz inconstante que no llegó a poner el baló entre los palos de la portería contraria.

Jurado, titular por primera vez en toda la temporada, no tardó en aparecer con su conocida calidad en forma de un servicio en profundidad que no alcanzó su destino por centímetros. Nano Mesa y él fueron los que pusieron algo de sal en una primera parte insípida, con un Cádiz que funcionó a tirones y no supo aprovechar.

Como sucedió en Los Pajaritos, el empuje tuvo un límite y los de casa fueron a menos. La salida en tromba no tuvo el efecto perseguido y la balanza empezó a equilibrarse. El balón dejó de ser en exclusiva de los gaditanos y el juego se embarulló en el centro del campo con la complicidad del reloj.

Pero ahí estaba Jurado para sacar el desatascador. En el 24, el sanluqueño demostró frescura, se internó con habilidad por la izquierda hasta la línea de fondo y su centro medido a Nano Mesa lo despejó Bellvís en boca de gol cuando el ariete sólo tenía que empujar el cuero a la red. Una ocasión clara aunque no hubo remate.

Esa acción espoleó a los de casa, de nuevo a la carga en busca de un gol antes del intermedio aunque con intermitencia, con abuso de pases largos que terminaron en nada. La aparente clarividencia se convirtió en espesura.

Cuando parecían que los inquilinos del Carranza iban a más, los visitantes se las arreglaban para enfriar el encuentro, algo así como lo que suele hacer el Cádiz a domicilio. Todo un especialista el Alcorcón en poner palos en las ruedas con continuas faltas que cortaban el ritmo.

La mejor noticia para los anfitriones fue su eficaz labor en defensa con la excepción de un susto en el minuto 39, cuando Samu Sosa, estorbado por Iza Carcelén, disparó fuera delante de Alberto Cifuentes.

Tras el cerocerismo de los 45 minutos iniciales, los amarillos estaban obligados a dar un vuelta de tuerca en la segunda parte para optar a los tres puntos.

Pero sucedió todo lo contrario. El que salió despierto fue el Alcorcón mientras el Cádiz apareció en cuerpo pero sin alma, con José Mari y Lozano sobre el césped en lugar de Bodiger y Álvaro Giménez.

Muy caro pagó su adormecimiento y en el 48 llegó el mazazo. Ernesto se marchó de Espino con una facilidad pasmosa, centró al interior del área, la defensa no se enteró dónde estaba el cuero y apareció Stoichkov, el más listo de la clase, para fusilar con un derechazo con el que colocó el 0-1 en el marcador. Primer disparo a puerta y gol. Cien por cien de efectividad.

Los locales se toparon con el peor escenario posible, sin otra solución que volcarse arriba para esquivar la derrota. Lo más peligroso fue un tiro alto de Fali por encima del travesaño (en el 56) en una acción aislada.

Álvaro Cervera volvió a mover el banquillo con la apuesta por Akapo (por Espino) y Salvi (en lugar de Iván Alejo). La entrada de lateral derecho llevó a Iza Carcelén al carril izquierdo.

El partido se disputó sólo en el campo de un Alcorcón absolutamente encerrado, ordenado en defensa ante un Cádiz con pocos recursos más que las internadas de Jurado (en el 66 cabeceó el balón a las manos del portero) y las intentonas a balón parado.

El tiempo voló contra un líder enredado entre querer y no poder. La cosa no pintaba bien hasta que la insistencia de los gaditanos acabó por romper el cerrojo alfarero. En el 68, Álex Fernández sirvió con precisión al área pequeña y Lozano marcó de cabeza para elevar el 1-1, que tardó un par de minutos en subir el marcador tras pasar la prueba del algodón del VAR.

Con más de 20 minutos por delante, los amarillos dieron un paso más porque el objetivo era el triunfo. Un posible derribo a Iza Carcelén dentro del área (en el 73) ni siquiera fue objeto de revisión por el videoarbitraje. Pero lo más importante a esas alturas es que el Cádiz había recuperado el pulso. Sólo le quedaba rematar la faena.

La última carta de Cervera fue Pombo (por Nano Mesa), ubicado en el costado izquierdo mientras Jurado pasó a tres cuartos en una recta final una vez más preñada de incertidumbre para no perder costumbre. Nunca llegó a dar la sensación de poder ganar. Se escaparon dos puntos, pero uno más a la buchaca. Sólo el tiempo dirá si es suficiente.

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