Punto de oro en Vallecas (1-1)
Rayo vallecano-Cádiz cf · la crónica
El equipo amarillo logra un justo empate y mantiene el pulso en cabeza.
El Cádiz arañó un valioso empate en Vallecas que le sirve para no perder la estela de las posiciones de ascenso directo. El conjunto amarillo mereció el punto frente a un Rayo que se adelantó en el marcador por medio de Trejo pero Barral igualó antes del descanso. Los gaditanos impusieron su ley en defensa e incluso dispuso de un par de oportunidades claras. Hasta fueron superiores en algunas fases del partido, como en el arranque de la segunda mitad.
El empate permite al Cádiz conservar la cuarta posición, a sólo dos puntos del liderato y con cinco de ventaja sobre el séptimo clasificado.
Álvaro Cervera sorprendió con una alineación revolucionaria, con cinco modificaciones respecto al choque anterior y la entrada de jugadores que habían caído en el olvido en las últimas fechas a los que además ubicó en posiciones que nada tienen que ver con las suyas, como fueron los casos de Carpio, en el lateral izquierdo, y Carrillo en la banda derecha como sustituto del lesionado Salvi. El entrenador renunció a la velocidad en ese lado al decantarse por un gladiador acostumbrado a moverse en punta. Pese a todo, el murciano sobresalió por su habitual briega e implicación en el juego.
Hubo cambio de hombres pero no de sistema. Los amarillos salieron a defenderse, como siempre, como punto de partida para ir a por el triunfo. Por momentos presionaron arriba en busca de un robo con el que plantarse en el área contraria. No tardaron en conseguirlo. Álvaro García lo hizo en el minuto 12. Birló el cuero a Baiano en tres cuartos y sirvió en bandeja a Barral, que sólo tenía que definir en el mano mano con Alberto pero el ariete, con todo a su favor, envió el esférico fuera de manera inexplicable. El Cádiz dejó escapar una ocasión clarísima. No iba a tener muchas más como esa aunque en el 16 tuvo de nuevo cerca el gol tras un saque de esquina con un cabezazo de Garrido que se marchó muy cerca de un poste.
Los visitantes avisaron de sus intenciones pero la máxima de que el que perdona lo paga se cumplió a rajatabla porque los locales sí que aprovecharon su primera llegada con verdadero peligro. En el 19, Trejo se inventó un golazo rebosante de calidad. Hizo un control orientado con la cabeza con el que superó a Garrido, dejó botar la pelota ya dentro del área y soltó con la bota derecha un tiro flojo pero colocado, una especie de pase a la escuadra con el que batió a un petrificado Alberto Cifuentes.
Con el 1-0 poco varió el guión. Los madrileños se sintieron cómodos con el balón frente a un Cádiz carente de argumentos más allá de cerrar espacios al adversario sin dejar de intentarlo convencido de poder revertir la situación. Alguna internada de Álvaro García y poco más a la espera del momento, que estaba por llegar.
Bebé, en el 35, puso a prueba a Cifuentes con un potente zapatazo raso pegado a un poste que el portero desvió a córner. Del posible 2-0 que hubiese puesto el encuentro muy cuesta arriba se pasó al 1-1 cuatro minutos más tarde. Carrillo, brillante, condujo un contragolpe y sirvió un pase de alta escuela en profundidad al utrerano. Álvaro García se plantó solo delante de Alberto, al que se empeñó en regatear en lugar de tirar, aunque el rechace del guardameta lo recogió atento Favid Barral, que esta vez sí acertó en boca de gol pese a que Embarba tocó con la cabeza en la línea de su portería. El isleño se resarció de la ocasión que había fallado con un oportuno tanto que metía de lleno en el partido a los gaditanos.
El Cádiz detectó las debilidades de un rival dubitativo atrás y fue capaz de rehacerse para irse al descanso con un empate a uno que dejaba la espadas en todo lo alto.
Los de Cervera salieron con valentía en la reanudación con la idea de neutralizar la salida de balón de un Rayo algo inseguro. Robaron una y otra vez en tres cuartos, metieron balones al área, provocaron saques de esquina y tiraron a puerta. Un derechazo de Álex Fernández en el 49 se perdió cerca de un poste después de rebotar el cuero en un defensa.
El Cádiz llevó el timón en la segunda mitad con una presión arriba que desactivo a un Rayo al que le costó enlazar pases arriba. Hasta el 61 no conectó un remate, el que envió fuera Raúl de Tomás.
Los minutos corrían sin que sucediese nada, como le gusta a Cervera fuera de casa, aunque los locales dieron un paso al frente y empezaron a acorralar los dominios de Cifuentes, que en el 61 blocó un disparo de Bebé poco antes de la aparición en el césped Rafidine Abdullah en busca de frescura en la medular en la recta final.
El empuje de los locales no desordenó a un Cádiz que en desprendió sensaciones de seguridad aunque quedaba lo más difícil, que era contener la oleada de los madrileños en el último cuarto de hora, el definitivo, ya con Jona sobre el césped en lugar de Carrillo. Apretó de lo lindo el Rayo mientras el conjunto amarillo dejó de llegar al área contraria. Servando evitó el gol de De Tomás en el 81 al desviar con la cabeza un peligroso remate del delantero.
Cervera se jugó la última carta con Aitor en busca de un misil de los suyos mientras los amarillos sufrieron hasta el final el acecho de un Rayo que a punto estuvo de marcar en el 87 con un remate de De Tomás en el área pequeña que no encontró puerta.
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